Como si de un hechizo se tratase, Punta Umbría ha sido el escenario de un efecto visual que engaña a quienes lo contemplan. Como muestra la imagen superior, el fenómeno atmosférico denominado fata morgana consiste en la aparente elevación y alargamiento de los objetos situados en las cercanías del horizonte. El evocador nombre tiene su origen en la hermanastra del rey Arturo, Morgana, la mujer fatal de continuas metamorfosis. 

Las islas, acantilados, montañas en lontananza o icebergs pueden adoptar, al estirarse aparentemente, un aspecto que recuerda a los castillos de los cuentos de hadas, es la razón por la el fenómeno recibe el citado nombre. 

La primera referencia a una fata morgana data de 1818, y se refiere a un espejismo observado en el Estrecho de Messina, entre Calabria –la punta de la bota que parece formar la Península Itálica– y Sicilia.