Pocas distinciones permiten aunar tal unanimidad como el Premio Andalucía al Medio Ambiente, concedido por la Junta de Andalucía al científico Benito de la Morena.

Madrileño de nacimiento, el doctor en Ciencias Físicas desembarcó en 1975, en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en El Arenosillo (Mazagón), donde ejerce desde hace décadas como director de la Estación de Sondeos Atmosféricos. Además de echar en Huelva sus raíces profesionales, su nexo de unión a esta tierra tiene a su mujer como mejor anclaje.

-Un nuevo premio para coronar una carrera brillante. ¿Piensa ya en la jubilación?

-Se trata de un premio que estimula y motiva para mantenerse en la lucha del día a día y con el objetivo de seguir colaborando en esa labor diaria por destacar las bondades de nuestra tierra y ofrecérselas al mundo como patrimonio. La jubilación oficial se aproxima, pero opino que sentirse vivo es disponer de actividad. Tengo la suerte de ejercer otras actividades que ilusionan, como por ejemplo, a nivel docente en la Universidad de Huelva donde colaboro con un máster sobre medio ambiente, o las clases que imparto en otro en la Universidad de Córdoba. Además, asesoro a la empresa Antonio España en su gestión ambiental, sin contar otras actividades como las que ejerzo desde la Academia Iberoamericana de La Rábida. Con toda esta actividad, ¡cómo me voy a jubilar!

-¿En qué proyectos internacionales trabaja actualmente desde la estación de Sondeos del INTA?

-La observación y estudio de la atmósfera no es algo que puedas, ni debas realizar en solitario. La atmósfera está 'viva' por lo que resulta obligado mantener colaboraciones con otros grupos científicos.

Desde El Arenosillo colaboramos en investigaciones sobre determinados parámetros atmosféricos. Hablamos del cambio climático y efecto invernadero que se retroalimentan de las excesivas emisiones de gases y partículas que se generan a nivel planetario, así como del incremento de radiación solar y específicamente ultravioleta que se produce cuando la capa de ozono disminuye por actividades antropogénicas, o bien analizando el estado de los 'caminos' por donde se propagan las ondas que permiten las comunicaciones vía teléfono móvil, radio o televisión, también conocido por radiopropagación de ondas electromagnéticas por la ionosfera. Por último, desearía destacar que gracias al Instituto Astrofísico de Andalucía, somos un observatorio de referencia internacional en la observación de emisiones gamma procedentes del espacio interestelar profundo.

-¿Qué necesita el INTA El Arenosillo para materializar el prestigio del que goza en la comunidad científica en reconocimiento social?

-El Arenosillo no es nada por sí solo. Por ello, los premios compartidos, como este de Medio Ambiente, que me ha otorgado la Junta de Andalucía, es también obra de muchos: familia, amigos, compañeros y con ellos se debe disfrutar.

Actualmente El Arenosillo, y específicamente nuestro grupo de ciencia, recibe el respaldo de numerosas instituciones. Cito a modo de ejemplo la Aemet, siempre a nuestro lado; universidades andaluzas, como la de Huelva, Granada, Pablo de Olavide, Córdoba… otros organismos diversos entre los que destaco a modo de representación municipal al Ayuntamiento de Moguer, en cuyo término nos ubicamos y, cómo no, la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente que nos facilita compatibilizar nuestra actividad dentro del mismo Parque Natural de Doñana. No debo olvidarme del CSIC y, en concreto la Estación Biológica de Doñana con quienes recientemente hemos firmado un acuerdo de colaboración para contribuir a la mejora de este maravilloso espacio.

¿Le parece poco el reconocimiento social de la ciudadanía? institutos, colegios, asociaciones y universitarios de distintas facultades nos visitan periódicamente. Somos conocidos y reconocidos.

-¿Cuál es el estado de salud de nuestra atmósfera a nivel planetario?

-Se dice que desde los inicios de la industrialización los niveles de polución han aumentado notablemente, tanto que son perniciosos para una vida humana saludable. Se dice que el aumento del parque automovilístico ha disparado los niveles de monóxido de carbono en todos los países desarrollados. Se dice que la deforestación masiva de las zonas boscosas del planeta tiene un impacto adverso además de facilitar la erosión del suelo. Se dice que el desarrollo de China contribuirá negativamente al calentamiento global. Se dice, se dice….

Pienso que la atmósfera planetaria está mucho mejor que cuando se creó hace unos 3.800 millones de años. Unos quinientos millones de años más tarde comenzó la vida microbiana, y seguimos hasta hoy adaptándonos a la forma de vida que toca en cada momento. Eso no quiere decir que si sabemos que algo es pernicioso para la atmósfera lo dejemos estar, pero si quisiera destacar que, por muchos desmanes que el ser humano haga, la vida del planeta seguirá su curso. Solo será la calidad de vida del propio ser humano la que lo sufra.

-¿Y a nivel provincial, preocupan los efectos del Polo Químico?

-Si nos movemos a escala local debemos de reconocer que la compatibilidad entre conservación y desarrollo ha alcanzado en Huelva un presente ambiental que permite encarar el futuro con gran esperanza. Recuerdo épocas pasadas en las que ver subir el 'humo' era síntoma de progreso. Luego comprobamos que eso no era saludable. La entrada en la Unión Europea dictó normativas que poco apoco se fueron cumpliendo en las empresas del Polo Químico.

Dicha época la viví como primer director provincial de la recién instituida Agencia de Medio Ambiente de Huelva (AMA) y pude conocer a personas muy valiosas del Polo que han sido los verdaderos artífices de los cambios tecnológicos que hoy disponen. Sin embargo, una empresa no decide por sí misma. Pertenece a un grupo que pide beneficios, por lo que las medidas suelen tardar más de lo deseado.

-¿Considera que la crisis económica mitigará la emisión de gases de efecto invernadero?

-Pienso que no. La crisis no la sufren las multinacionales y menos aún las que generan los gases de efecto invernadero. China se desarrolla a un gran ritmo. La siguen India, Pakistán, Venezuela... y los que ya están desarrollados seguirán generando gases de todo tipo. No hay más que ver que el cumplimiento de lo pactado en el protocolo de Kioto. Ahora bien, la tecnología avanza muy rápidamente y las normativas ambientales son cada vez más severas, lo cual repercutirá positivamente a medio plazo.

-¿Teme que en pos de la reactivación económica se sacrifiquen determinados blindajes medioambientales?

-Creo que no, al menos en lo que a grandes industrias se refieren y casi me atrevo a incluir el sector de la automoción.

El motivo de mi respuesta se apoya en que la optimización tecnológica de los sistemas ambientales adheridos al proceso industrial conlleva a una reducción de los costes de producción, especialmente en las industrias que ya lo tienen implantado y en los que la normativa obliga. Mas difícil es que se aplique en aquellas industrias ubicadas en países con poca o nula legislación ambiental. En la UE, el caché del medio ambiente y el cumplimiento de la normativa de calidad favorece la competitividad, pero no sucede así en otros países a los que exportamos y de los que importamos, caso de los juguetes de origen asiático.

-En la provincia, nuestra joya medioambiental es Doñana. ¿Qué riesgo y potencialidades ve en ella?

-De momento no veo riesgos significativos pues las personas que dirigen el Parque son muy profesionales y tienen un gran sentido común. Permiten un desarrollo de la zona, que a mí me parece sostenible, y las labores de conservación están dando frutos significativos. Siempre habrá protestas concretas procedentes de cualquier sector afectado, eso el lógico, pero los resultados deben de evaluarse a medio plazo y yo creo que están siendo positivos.

-¿Tiene futuro la ciencia en España con los recortes que llegan desde uno y otro frente de la Administración?

-Todo Gobierno conoce que el progreso de un país está intrínsecamente unido a la Investigación y el Desarrollo, la famosa I+D a la que añadimos la i de Innovación. Dicho esto dudo mucho que este Gobierno, sea el de Andalucía como el de España, ponga trabas a este primordial objetivo. Otra cosa es el cómo se distribuyen estos fondos. Yo creo que estamos en un momento en el que la optimización es determinante, y que convendría evaluar muy rigurosamente si los fondos empleados hasta este momento han ofrecido los frutos deseados, y mejorar el procedimiento.

-Necesita la ciencia un lobby como el cine o la cultura para contrarrestar o amortiguar la merma de fondos públicos?

-No, bajo esa perspectiva de 'lobby' no, pues el tema es tan suficientemente importante para el desarrollo global de un país, que siempre deberá ser impulsado por las Administraciones, al margen del color que tengan. Plantearse que un 'lobby' privado respalde económicamente la investigación sería potenciar el desarrollo de parcelas de interés del 'lobby', en vez de las de los intereses generales del Estado y de la sociedad que lo respalda. Otra cosa es que haya compatibilidad de objetivos y los esfuerzos de la ciencia y la tecnología tengan una aplicación directa e inmediata en las empresas que están detrás del 'lobby'. Ahí sí debe haber entendimiento a la hora de diseñar los campos prioritarios de la investigación y el consiguiente empleo de fondos públicos.

-Desde su cargo en 1984 como director provincial de la Agencia de Medio Ambiente pudo constatar las interioridades de la política, ¿con qué se queda de aquella etapa?

-No tengo la percepción de haber pasado por la política. Siempre tuve la sensación de ser un técnico al que le había pedido el Gobierno de Andalucía que intentara poner en marcha una Agencia de Medio Ambiente. Quizás por eso me llegué a entender muy bien con los sectores implicados. Pero si algo debo destacar es que aprendí a gestionar, pues realmente era muy pretencioso pensar que desde mi posición se pudieran adoptar medidas que, a corto plazo, solucionaran los problemas ambientales de Huelva.