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Una anticuaria en Huelva subasta la tarjeta de visita falsa que usó el asesino de Cánovas del Castillo

Tarjeta subastada estos días en Puebla de Guzmán

Tarjeta subastada estos días en Puebla de Guzmán / M.G. (Puebla de Guzmán)

Marta Micaela Fernández de Navarrete, una anticuaria onubense afincada en el municipio andevaleño de Puebla de Guzmán y especializada en libros y documentos antiguos, saca a subasta este jueves, 16 de marzo, la tarjeta de visita que el asesino del político e historiador Antonio Cánovas del Castillo -figura capital en la política española de la segunda mitad del siglo XIX- se falsificó para poder acceder al balneario en que éste se encontraba, donde le asestó varios tiros a bocajarro hasta matarlo.

Se trata concretamente de una de las tarjetas de visita que se mandó hacer Michelle Angiolillo, asesino de Antonio Cánovas del Castillo, para poder moverse libremente por España bajo la identidad falsa de "Emilio Rinaldini. Tenedor de libros. Corresponsal del periódico Il Popolo", como figura impreso en el anverso del pequeño documento, de 11x7 centímetros, en cuyo reverso puede leerse, escrito a lápiz seguramente por la policía: "Esta tarjeta se encontró en el bolsillo del asesino de Cánovas del Castillo, Angiolillo".

El documento, que según describe la anticuaria onubense, se encuentra en buen estado, y con "muy pocas señales de uso", sale a subasta con un precio de partida de 650 euros. Dicha subasta permanecerá abierta hasta el próximo martes, 21 de marzo.

La curiosa tarjeta de visita proviene del archivo de Mariano Ordóñez García (1874-1938), quien fuera ministro de Gracia y Justicia, ministro de Hacienda y ministro de Marina, durante el reinado de Alfonso XIII). Dicho archivo incluía documentos de su padre, Ezequiel Ordoñez (1843-1918), que fue diputado del Partido Conservador por Cuenca y de Tui en once legislaturas, además de miembro del Consejo de Sanidad, director de Correos y Telégrafos, de Obras Públicas, de Sanidad y subsecretario del Ministerio de Ultramar; y de su suegro Francisco Romero Robledo (1838-1906, ministro de Fomento durante el reinado de Amadeo I, ministro de Gobernación durante el de Alfonso XII, y ministro de Ultramar y ministro de Gracia y Justicia durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena.

Marta Micaela Fernández de Navarrete posee dicha tarjeta desde hace unos 20 años en su casa de Puebla de Guzmán, desde donde se dedica a la venta de libros y documentos antiguos de forma telemática.

La propia anticuaria ha señalado que se hizo con la tarjeta porque la librería De la Escalinata, que regentaban sus padres en Madrid, compró a finales de la década de los noventa del siglo pasado el archivo personal de Mariano Ordóñez, encontrándose entre los documentos que contenía.

Según escribió el conocido periodista y activista republicano y anticlerical español José Nakens Pérez (Sevilla, 21 de noviembre de 1841-Madrid, 12 de noviembre de 1926), cuya vida estuvo vinculada al semanario satírico El Motín, y que conoció en persona al asesino de Cánovas del Castillo, "Angiolillo había nacido en Foggia, cerca de Nápoles, de humilde y numerosa familia. Su padre era sastre y su madre se dedicaba a sus hijos y al hogar. Su verdadero nombre era Michelle Angiolillo Lombardo, y cuando vino a España tenía 26 años".

Marta Micaela Fernández de Navarrete ben su casa de Puebla de Guzmán Marta Micaela Fernández de Navarrete ben su casa de Puebla de Guzmán

Marta Micaela Fernández de Navarrete ben su casa de Puebla de Guzmán / Jordi Landero (Puebla de Guzmán)

Al llegar a Madrid, lo primero que hizo Angiolillo fue ir a una imprenta de la calle de Carretas para encargar unas tarjetas con su nueva identidad, una de las cuales entregó a José Nakens para presentarse cuando fue a reunirse con él en la redacción de El Motín.

El asesinato de Cánovas del Castillo

El asesinato del conocido político se produjo un domingo del verano de 1897, en el balneario guipuzcoano de Santa Águeda, donde sus aguas termales sulfurosas eran un buen tratamiento para los achaques de glucosuria que, a sus 69 años, padecía el entonces presidente del Gobierno.

En su viaje al balneario, Cánovas se había detenido a despachar con la Reina regente María Cristina en San Sebastián. Se instaló con su esposa en Santa Águeda el 8 de agosto. Pero cuatro días antes también lo había hecho un extraño personaje italiano que se registró con el falso nombre de Emilio Rinaldini, haciéndose pasar por corresponsal del periódico Il Popolo.

Aunque de apariencia modesta, éste se alojaba en una habitación de primera, y decía seguir un tratamiento de baños para curar la faringitis. Era un hombre retraído que levantó las suspicacias del marqués de Lema, director general de Comunicaciones, que acompañaba al jefe del gobierno, pero que no despertó la menor sospecha entre los nueve policías y 25 guardias civiles encargados de la protección de Cánovas.

El 8 de agosto, a primera hora de la tarde, Cánovas del Castillo bajó desde su habitación al comedor acompañado de su mujer, Joaquina de Osma. Mientras ella se entretenía hablando con una amiga, el político se adelantó y se sentó a leer el periódico en banco. Allí le esperaba el asesino. Rinaldini se acercó a él y, sin mediar palabra, le disparó tres veces con un viejo revólver: un tiro en el pecho y otros dos en la cabeza. Rinaldini aún hizo un cuarto disparo al techo, seguramente para amedrentar a quienes intentaron detenerle, aunque no ofreció resistencia al ser capturado.

Texto escrito a lápiz por la policía en el reverso de la tarjeta Texto escrito a lápiz por la policía en el reverso de la tarjeta

Texto escrito a lápiz por la policía en el reverso de la tarjeta / M.G. (Puebla de Guzmán)

Tras matar a Cánovas Rinaldini dijo: “He venido a vengar a mis hermanos de Montjuïc”, en  referencia a los fusilados en Barcelona acusados de perpetrar atentados, en la espiral de violencia esos años protagonizaban en la ciudad condal los partidarios del anarquismo y las fuerzas del orden. Mostró total indiferencia al ser detenido.

En realidad se llamaba Michele Angiolillo y siete días después fue sentenciado a muerte por un consejo de guerra, siendo finalmente agarrotado el 20 de agosto a las 11:00 horas en la prisión de Vergara.

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