Los alcaldes de Punta Umbría Guillermo Márquez
50 aniversario de la independencia
GUILLERMO accede a la Alcaldía de forma casi inverosímil porque él se había presentado a las elecciones por aquel partido que fundó el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y no salió elegido concejal. A pesar de ello, como uno de los concejales electos dimitió cuando sólo habían pasado algunos meses desde su toma de posesión, su lugar lo ocupó Guillermo Márquez. Unos meses más tarde, junto a otros miembros de otro partido, presentó una moción de censura que acabó llevándolo a ocupar el sillón de la Alcaldía, aunque no duró mucho tiempo en ese puesto ya que a él le hicieron, pasados unos meses lo mismo que el había hecho anteriormente.
Guillermo no quiso desaprovechar la oportunidad que le brindaba la vida de ser el máximo regidor de su pueblo y optó por hacer cosas que dejasen su huella. Emprendió el proyecto de urbanizar 21 calles de la localidad entre las que se encontraban las siguientes, Rosa de los Vientos, Choco, Delfín, Ballena, Lisa, Tembladera... y esa fue su mayor satisfacción la de ver tan contenta a la gente llana del pueblo que se les iluminaba la cara viendo como se le quitaban definitivamente los charcos de delante de sus casas. Todo esto fue posible gracias a la ayuda inestimable de su compañero y amigo José Luis Morales que ocupaba el puesto de concejal de Obras y Urbanismo.
Durante su periodo como alcalde empezó las negociaciones que en años posteriores dieron como fruto la venta de terrenos de El Portil a la empresa Bekinsa que relanzó la urbanización y le dio vida a un proyecto hasta entonces estancado y olvidado.
El alcalde era totalmente novato en estas tareas políticas a la que llegó por doble carambola, lo que hace bueno el refrán que dice que en política todo es posible. Tan novato era que la primera vez que le hicieron una entrevista en televisión se quedó totalmente bloqueado. Esto ocurrió en una fiesta celebrada en el Club Marítimo y Tenis de Punta Umbría con motivo del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Pero no tardó en aprender y en soltarse y en las siguientes entrevistas y ruedas de prensa ya se comportaba como si fuese un político de toda la vida.
Realicé varios viajes de trabajo con Guillermo y pude comprobar personalmente su compromiso con Punta Umbría y su capacidad de trabajo, como asimismo su amistad. Bien es cierto que no todo el mundo puede opinar lo mismo pues a algunos funcionarios del Ayuntamiento logró crisparlos debido a su carácter a veces bravucón. Y es que cuando algo se le ponía en contra no podía soportarlo y pasaba por alto cualquier informe negativo, con lo que conseguía indisponerse con el funcionario de turno. Eso es algo que muchos políticos no han aprendido todavía, que el hecho de estar en el poder no les da la facultad de tener siempre la razón y que siempre se tenga que hacer lo que ellos quieren sin oír las voces de los expertos y personas con veteranía. Un buen alcalde debe tener a su equipo contento para que todo esté de su parte y lograr así que se le preste toda la ayuda que necesite durante su mandato, lo mismo que un buen funcionario debe ser fiel a su alcalde independientemente del partido político al que pertenezca.
Y por eso mismo, por no prestar la debida atención a quien le asesoraba, se vio metido en un lío que le sirvió para que lo inhabilitaran para ocupar cualquier cargo público durante seis años y un día. Esto ocurrió porque faltando unos meses para las siguientes elecciones municipales, le plantearon una moción de censura y por ley tenía un plazo para convocar un pleno en el que sin duda iba a ser desbancado de la Alcaldía. Su decisión desoyendo a todo el mundo, fue la de no convocar esa sesión plenaria en el plazo establecido por la legislación.
Al final, y fuera de plazo, se celebró por fin el pleno en el que salió elegida para gobernar el pueblo en los últimos meses de esa legislatura Josefa Pérez López, primera mujer alcaldesa en la historia de Punta Umbría.
Guillermo Márquez Cruz había sido denunciado y la sentencia fue la comentada anteriormente. El recurrió y fue indultado, por ello pudo presentarse a las siguientes elecciones municipales y salir elegido concejal, cargo que ostentó durante doce años a la vez que fue Diputado Provincial.
Pero sin duda alguna, el cargo que más le gustó y disfrutó aparte del de alcalde, fue cuando su partido político, el PP, lo nombró asesor del gobernador civil de la Provincia en aquel momento, Ángel Horcajadas -que a la sazón fue el último Gobernador Civil de la historia de la Provincia de Huelva-, cargo que posteriormente siguió ocupando con los dos primeros subdelegados del Gobierno, Carmelo San Martín y Salvador Cejudo.
Hoy, Guillermo vive retirado totalmente de la política y dedicado plácidamente a sus negocios en Punta Umbría.
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