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El acusado del doble crimen sigue en la cárcel y sin juicio cuatro años después

  • El 27 de abril de 2013 se produjo la muerte de Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de ocho años, a cuchilladas

  • Varias incógnitas se ciernen sobre la autoría de los homicidios

Francisco Javier Medina Rodríguez fue detenido en junio de 2014 en Almonte.

Francisco Javier Medina Rodríguez fue detenido en junio de 2014 en Almonte. / h. información

Hoy se cumplen cuatro años del doble crimen de Almonte. Francisco Javier Medina, el único acusado hasta ahora, permanece en prisión desde hace 33 meses, pendiente de que se celebre el juicio con jurado popular. Su abogado ha pedido en varias ocasiones su puesta en libertad, pero su solicitud siempre ha sido denegada. El 27 de abril de 2013, Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de ocho años, fueron cosidos a puñaladas. Dos días después fueron encontrados entre regueros de sangre. Marianela Olmedo, expareja y madre de los fallecidos, mantenía entonces una relación con el acusado. Los investigadores se centraron en el círculo más cercano a las víctimas, incluso a Olmedo le pincharon el teléfono en calidad de investigada, y también a su novio. Finalmente, Medina fue detenido el 24 de junio de 2014 como acusado de cometer el doble crimen. Cuatro años han transcurrido desde que ocurrieran los hechos con más dudas que certezas sobre la autoría.

Una de las primeras acciones que crean incertidumbre son las conversaciones que mantienen la expareja y madre de la niña con su abogada, Inmaculada Torres, en las que ésta confiesa a su defendida que no cree que Medina "haya hecho nada" y que "con lo que hay está cogido con pinzas", esto es, que no hay pruebas suficientes que lo incriminen aparte del ADN. "Lo único que hay para incriminar a Fran son las toallas y eso es muy leve", afirmó entonces la letrada.

Los mensajes de Whatsapp fueron claves para concretar la hora de las muertes

La abogada aseguró también que la decisión de pedir prisión provisional es una decisión "profesional mía" y que incluso pensaba que el juez no iba a decretarla. En la conversación, la letrada expresa su temor a que la madre y expareja de las víctimas pueda ser imputada. Además Olmedo deja entrever también que no es el culpable de haber matado a su hija y a su exmarido. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha excluido del procedimiento éstas escuchas telefónicas.

Los restos de ADN encontrados en las toallas ha sido hasta el momento la prueba en la que se ha sustentado la acusación pública y la particular para considerar a Medina el autor del doble crimen. Un informe pericial de la acusación apunta a que los restos biológicos están en las toallas porque el asesino las utilizó después de ducharse para secarse y para limpiar en una de ellas la sangre del cuchillo que utilizó para cometer los asesinatos, incluso las suelas de las zapatillas.

Sin embargo, otro informe señala que el ADN encontrado se debe a una transmisión indirecta, masiva y acumulativa, ya que Medina mantenía relaciones sexuales con Olmedo. El estudio sostiene además que si el acusado hubiera utilizado las toallas habría aparecido en las mismas algún pelo del ahora encarcelado y no ha sido así. Además, se encontró un nuevo perfil de ADN distinto del de las personas moradoras de la vivienda y del propio imputado.

Una de las piezas clave es la localización del acusado a la hora de crimen. La madre de la niña asegura que salió del supermercado donde trabajaban los dos poco después de las diez de noche y la conversación de una vecina donde se produce el homicidio sitúa una supuesta pelea que dio origen a las muertes a esa misma hora.

La propia Marianela Olmedo declara ante la jueza que vio al detenido nada más salir de trabajar para coger el coche. Serían entre las 22:08 y las 22:10. Estaba en la puerta del supermercado y llevaba sin verlo dentro del establecimiento desde antes de las 21:15, hora de cierre al público.

La conversación que mantuvo una vecina con su novio a través de Whatsapp determina que los asesinatos se cometieron después de las 22:00. Se trata de la persona que escuchó los forcejeos y la pelea que se produjeron en el piso de la avenida de los Reyes, que terminó en el fatal desenlace. Ésta trasladó a su novio el miedo que estaba pasando por la disputa de al lado y los gritos de la niña. Dos minutos duró la conversación escrita, que terminó a las 22:04. Según estas localizaciones, Medina no podía estar en dos sitios a la vez o tendría que haber un doble homicidio en cinco minutos.

El auto de prisión dice que "la comisión de la agresión fue datada aproximadamente entre las 21:50 y las 22:10". Para ser el autor de las muertes, el acusado tendría que haber recorrido la localidad de una punta a otra en tan poco tiempo. Ese día, además, Almonte celebraba la procesión de su Virgen y había una gran afluencia de turistas.

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