Un vecino de Manzanilla es investigado por la Guardia Civil como consecuencia de un supuesto delito continuado de maltrato animal y otro continuado de falsedad documental en documento público.

Las investigaciones comenzaron cuando agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza tuvieron conocimiento de la existencia de una rehala de perros, donde los animales se encontrarían en muy malas condiciones en la localidad de Manzanilla. Una vez localizada, se procedió a realizar una inspección en presencia de su propietario.

En un primer momento, los agentes encontraron un total de 56 perros atados en su perímetro y otros introducidos en casetas en la parte central de las instalaciones.

La mayoría de los canes presentaban una delgadez extrema, con presencia de parásitos y otros con patologías en sus cuerpos como cojeras, cataratas y heridas de diversa consideración, unido a un gran cúmulo de excrementos así como de trozos de pavos en descomposición esparcidos por las perreras que servían de sustento a los perros, desprendiendo un fuerte olor.

Por todo ello se levantó acta de inspección y se procedió a pasar el lector de microchip a todos los animales allí albergados, resultando que 34 de ellos carecían de identificación, otros la tenían pero estaban puestos a nombre de terceras personas y sólo 8 correspondían con el titular de la explotación.

Además se constató in-situ, anomalías en tres cartillas, no correspondiendo el animal con lo reflejado en la documentación presentada, por lo que se ha informado a la Autoridad Judicial competente por una supuesta falsedad en documento público.

De los perros albergados, 27 de los adultos y tres cachorros de 6 meses de edad aproximadamente, tenían las orejas amputadas y parte de sus rabos, práctica prohibida según la normativa de bienestar animal vigente en España, salvo circunstancias excepcionales.