Provincia

La Virgen del Prado llega este domingo a Higuera de la Sierra para los cultos de mayo

  • La Patrona es portada a hombros, acompañada de caballistas, carriolas y coches de apoyo

La imagen de la Virgen del Prado peregrinará este domingo en una primera romería de ida hasta Higuera de la Sierra para los cultos anuales del mes de mayo. La Patrona será portada a hombros de los romeros, acompañada de caballistas, carriolas y coches de apoyo por el carril de Los Chaparrales, un camino privado de doce kilómetros, que recorre montes y dehesas desde la ermita del Prado hasta la bella localidad onubense.

Después de celebrarse una jornada de convivencia en el paraje del Prado, donde es tradicional el consumo de la típica empanada serrana, la comitiva romera tiene prevista su salida hacia Higuera a las 17:00, para atravesar por el vado el emblemático Arroyo del Rey y recorrer el sendero de Los Chaparrales. Su entrada en la localidad se realizará cinco horas más tarde por el barrio de San Antonio, donde será recibida por cientos de vecinos.

Una vez en Higuera de la Sierra, los cultos en honor de la Patrona comenzarán con la novena, en la iglesia parroquial de San Sebastián, ejercicio que culminará con la función principal de la Virgen y la procesión por las calles de la localidad, un acto que contará con el acompañamiento musical de la banda municipal de Higuera de la Sierra, dirigida por el maestro Matías Fernández.

Después de tres semanas en el pueblo, la Patrona será devuelta a su ermita en una segunda romería, en el mes de junio. Tras la misa de romeros en la parroquia higuereña, la virgen saldrá sobre las 9:00, y después de realizar un recorrido urbano será despedida por los vecinos en el barrio de La Fontanilla. La comitiva se adentrará en el carril de los Chaparrales, llegando a su capilla del Prado a primeras horas de la tarde.

La Virgen ha permanecido un año entre los higuereños

Cabe destacar que con anterioridad a esta romería de ida, la Patrona ha permanecido durante un año en Higuera, donde, según el hermano mayor del Prado, “ha sido arropada día tras día por el amor de un pueblo entero que rogaba tenerla cerca en los peores momentos vividos a causa de la pandemia”. Después de doce meses entre los higuereños, la Virgen del Prado regresó a su ermita del Prado el pasado 25 de marzo, día de la Anunciación.

Una devoción de época medieval

Los orígenes de esta tradición mariana se remonta, según la leyenda, a los albores del siglo XIII, cuando un pastor que guardaba su ganado en El Prado, encontró una imagen pequeñita de la virgen al pie de una encina, figura que tomó como una muñequita y que guardó en su zurrón para trasladarla al pueblo como regalo. Pero, al mostrar su hallazgo, la imagen había desaparecido, por lo que en el lugar de la aparición se erigió la primera capilla en el Prado, donde desde entonces se le rinde culto.

De esta forma, comienza esta devoción mariana, en la capilla del Prado, edificio de estilo rural que fue reconstruido en la segunda mitad del siglo XVI. De la virgen se encargaba el ermitaño, que residía en las habitaciones de la fachada sur del recinto mariano. De este popular personaje ya se tiene constancia en el año 1700, según cuenta Domingo Fal Conde en su obra “La devoción a Ntra. Del Prado”, y que desde antiguo paseaba todos los domingos por el pueblo una pequeña imagen de la Patrona, y visitaba todas las casas pidiendo limosna, ya que vivía de la caridad de los vecinos.

Con la constitución de la Hermandad de la Virgen, a mediados del siglo XIX, continuó la devoción a la Patrona en los tiempos modernos, situándose las fiestas en torno al día de la Encarnación, 25 de marzo, fecha en la que se celebra la Misa del Prado en la ermita del mismo nombre, donde se acercan cientos de romeros cada año, y cuando también se elige al mayordomo que presidirá las fiestas del año siguiente. Cantes y bailes de la tierra al son del tamboril y las guitarras junto a la tradicional empanada higuereña aderezan esta jornada campera.

Sobre la existencia de la primitiva imagen de la Virgen, según Fal Conde, no existen documentos escritos, hasta mediados del siglo XVIII, cuando queda constancia de una de las restauraciones. Un siglo más tarde, intervino en la reparación de la imagen el escultor Pizarro, y tras quemarse en un incendio, en 1925, fue recuperada por Galiano. La última mejora de la virgen la llevó a cabo el ilustre imaginero higuereño, Sebastián Santos Rojas, en el año 1949, en su estudio de Sevilla.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios