Ventanillas de coches abiertas, suciedad en las carreteras
En los 35 kilómetros que separan Valverde con La Palma se han recogido cuatro toneladas de basura
El comportamiento incívico de la sociedad puede llegar a cualquier lugar. Si en medio de una dehesa encontramos neumáticos o paragolpes de coche, ¿qué podemos hallar en las cunetas de nuestras carreteras? De todo. Respuesta corta y contundente. A poco que paremos nuestro vehículo, en lugar seguro, en cualquier carretera, podremos constatar que el comportamiento incívico de muchas personas que viajan en vehículos es considerable.
Si nos centramos en la zona de la provincia de Huelva y en las carreteras autonómicas, en la demarcación Huelva Suroeste, localizamos un entramado de carreteras de 280 kilómetros por la que velan una plantilla de 18 personas. No sólo reparan el firme, colocan señales, asisten la limpieza y reparación de la vía en accidentes o montan otros dispositivos de seguridad, sino que también se encargan de la limpieza de las cunetas, verdaderos vertederos en los que podemos encontrar todo tipo de desechos y basuras. Cada carretera tiene su idiosincrasia y según qué tramos, más o menos suciedad. Esto parece que va por barrios y temporadas.
El Gobierno andaluz aprobó hace unos años en Consejo de gobierno la Red Autonómica de Carreteras de Andalucía con una longitud de 10.179 kilómetros. En Huelva localizamos casi 800 kilómetros de vías regionales distribuidas en las categorías de Red Básica y Red Intercomarcal. Donde destacan en la primera categoría carreteras como la A-461 Santa Olalla del Cala a Zalamea la Real; la A-484 entre Bonares y Almonte o los 35 kilómetros de la A-493 y que unen La Palma del Condado, entre otras. En la Red Intercomarcal localizamos otras vías con mucha circulación como, por ejemplo la A-483 entre Bollullos del Condado y Matalascañas.
Por citar ejemplos, estos días operarios de la demarcación Huelva Suroeste están trabajando en la carretera que une La Palma con Valverde. Dos trabajadores tardarán en limpiar las cunetas de la vía, de gran tránsito de vehículos, diez días y recogerán más de cuatro toneladas de basura lanzadas desde los vehículos que por allí pasan. En los pasos de agua, por la acción de arrastre, se acumulan más desechos, pero esta carretera también cuenta con la componente del transporte de residuos hacia el vertedero de Villarrasa lo que produce que algunas veces caigan bolsas o desechos desde estos camiones.
Entre los desechos, las estrellas son las latas de bebidas, envases de tetrabrik y pañales de bebés (con su premios, se entiende). Pero la cosa no tiene límites cuando nos ponemos a tirar por la ventanilla del vehículo la suciedad que nos molesta en el habitáculo del coche y que, por la velocidad, suponemos, no vemos y nos sonroja en las cunetas de las carreteras. Ruedas, tapacubos, parachoques, papeles de todo tipo, embalajes varios, bolsas de basura bien llenas y, en alguna ocasión, se puede encontrar hasta dinero.
Lo más insospechado, puede quedar en los márgenes de las carreteras. Colchones, incluso. Los operarios van provistos de un palo terminado en pincho para recoger la basura y un buen manojo de bolsas -de color amarillo- que van dejando en las cunetas para más tarde recogerlas. De lunes a jueves, por lo general, se limpian las cunetas y los viernes se recogen las bolsas llenas. Según la zona y el lugar se pueden llenar treinta o cuarenta bolsas en una jornada y según la afluencia de tráfico esta cantidad puede subir hasta las 70 ó 80 bolsas. En diez días, en esos 35 kilómetros que unen Valverde y La Palma del Condado se pueden recoger más de 4 toneladas de basura en las cunetas.
Las frecuencias de limpieza también las puede marcar el tipo de vía o el paso de vehículos que la frecuenten. En el caso de la carretera del Rocío, la limpieza se realiza cada dos meses. Otras vías necesitan menor limpieza en invierno o verano, según sea zona de costa o de sierra, por aquello de la temporalidad y de la afluencia de personas a estos lugares. Y no se puede olvidar que todos estos desechos en las cunetas pueden actuar de acelerante o propagador del fuego si se lanzan -algo que pese a estar prohibido se sigue haciendo- colillas de cigarrillos y cigarros a la cuneta pudiéndose provocar un incendio.
Todo empieza con el trabajo de un inspector de carreteras que recorre la red viaria para comprobar el estado de la misma. Entre sus funciones, comprobar el estado de las cunetas para limpiarlas. A partir de ahí, el equipo se pone en marcha y en función de la cantidad de residuos se emplearán a más o menos trabajadores.
Con esta circunstancia se dan muchas curiosidades, según explican, ya que, por citar un ejemplo, en la rotonda de El Rocío se podría montar un macro botellón con las botellas que arrojan por las ventanas muchas personas cuando se dan cuenta que más adelante hay un control policial. Nunca olvidan de tirar, además, los vasos de plásticos. Las anécdotas son muchas y cuentan que una vez encontraron una bolsa llena de joyas que fueron entregadas a la Policía, acción que les valió a los operarios un reportaje televisivo. También hace unos años en otra zona de la provincia encontraron dos escopetas con cañones recortados, dos esposas y dos placas falsas de la policía y el revuelo que se armó también fue mayúsculo.
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