Toñi Fortes Martín: Compañera del alma, como una hermana

Gente de aquí y allá

En el Ayuntamiento de Punta Umbría siempre hubo y hay muy buenos trabajadores, personal de mucha categoría humana y profesional, pero Toñi ha sido siempre un espejo donde mirarse, un ejemplo a seguir

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Toñi Fortes Martín.
Toñi Fortes Martín.
Fernando Barranco Molina

Punta Umbría, 01 de mayo 2023 - 06:00

Era el mes de noviembre de 1974 cuando ingresé en el Ayuntamiento de Punta Umbría como ingeniero técnico. El edificio era pequeñito y muy bonito, obra del que fue el primer arquitecto municipal Juan Miguel Rodríguez Cordero, que tantas obras bonitas nos dejó entre Punta Umbría y Cartaya. Al entrar en el ayuntamiento había un pequeño espacio de operaciones y algunos despachos a izquierda y derecha y luego un pasillo muy estrecho donde estaba el despacho del alcalde y el de su secretaria: Lola Carmona, siempre agradable y sonriente. Y al final, a la derecha, un despacho en el que estaba Toñi, que se iba a convertir en una compañera inseparable y amiga para toda la vida. En aquel despacho había un tablero de dibujo que lo ocupaba otro compañero, también ingeniero técnico: Manolo Leal, que también se haría inseparable. También estaba en ese despacho su encantadora esposa Marily, también ingeniera, y Toñi, que era la administrativa. Y ahora, al llegar yo, no sabíamos dónde ponernos, porque literalmente no había sitio. Pero para eso teníamos una profesión que desarrolla el ingenio, ya lo dice el título, así que encargamos a nuestro carpintero Elías otro tablero y dos caballetes para que fuese mi mesa y la mesa de Toñi la colocamos con la mitad debajo de mi tablero. Y así, de esta forma, conformábamos los servicios técnicos municipales junto a Carlos Hermoso, que era el arquitecto municipal, pero que venía por las tardes; y José María González Azcona, que tenía horario reducido. En estas condiciones nuestro compañerismo era muy íntimo.

Toñi había entrado unos meses antes gracias una oferta para trabajar solo en verano, pero que se prolongó hasta final de año y después para toda la vida. Ella nació el año que nevó, 1954 y, como siempre dice ella, “año de nieves, año de bienes”. Sus padres, a los que yo conocí, eran Antonio Fortes López, un hombre dedicado siempre a la mar que fue patrón y casi toda su vida capitaneó los barcos de su padre. Además, fue también un gran maestro redero con el que me gustaba mucho hablar y que ya, en su jubilación, me lo encontraba siempre en las pescaderías y me enseñaba muchas cosas sobre los pescados y cómo reconocer su frescura. El apodo de su padre era muy curioso: “Reventado”. Existen varias versiones pero, por venir de mucho tiempo atrás, ni la propia familia está segura de cuál es el verdadero origen. Su madre, una gran señora, muy dedicada siempre a su familia y a obras sociales. Su nombre era Pepita Martín Feria, que vino a Punta Umbría muy jovencita por el trabajo de su padre, pero había nacido en Isla Cristina y que, como todas las madres y esposas de hombres que pasaban mucho tiempo fuera de casa, tuvo que ejercer de madre y de padre.

La vida municipal transcurría con gran armonía y los problemas y alegrías de todos las hacíamos comunes. Toñi era una gran trabajadora que, además, disfrutaba de su trabajo porque le gustaba mucho y por eso estudiaba y se preparaba continuamente. Por las tardes asistía en Huelva a clases y estudió Magisterio y obtuvo el título de Graduado en Relaciones Laborales, que había estudiado precisamente porque su trabajo posterior en el ayuntamiento estaba relacionado con los Recursos Humanos, donde ella fue la técnico especializada y, aunque ya en el edificio nuevo y en despachos muy diferentes, yo le hacía diariamente una visita para saludarla.

Toñi tuvo tres hijos con su magnífico marido Manolo Alvarado, con el que se había casado en la preciosa Capilla de la Virgen de Lourdes. Sus hijos, a los que conozco desde que nacieron, son: Silvia, que actualmente vive en Córdoba y ejerce como profesora de instituto, y a buen seguro que lo hará de maravilla, ya que se especializó en Antropología, lo que le facilita la relación con el alumnado; y Álvaro, ingeniero a quien conozco muy bien, ya que fui profesor suyo en la Universidad de Huelva y siempre fue un excelente alumno y ahora también se dedica a la enseñanza; y el pequeño, Daniel, que es quien regenta el gimnasio que fundó su padre en 1978 y por donde ha pasado media Huelva.

Toñi Fortes Martín es una funcionaria municipal que ha dedicado al ayuntamiento casi toda la vida, ya que entró muy jovencita y se tuvo que jubilar un poco antes de la cuenta por culpa de una enfermedad en sus manos. Pero es de las que más tiempo ejerció en el consistorio de forma eficiente. En el Ayuntamiento de Punta Umbría siempre hubo y hay muy buenos trabajadores, personal de mucha categoría humana y profesional, pero Toñi ha sido siempre un espejo donde mirarse, un ejemplo a seguir.

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