El actor Santiago Ramos, Premio Luis Ciges en la séptima edición del Festival Internacional de Cine Bajo la Luna, manifestó ayer su convencimiento y "confianza en que la Cultura, con mayúsculas, ésa que define la esencia de todo un pueblo, sobrevivirá a la crisis y a todo ataque que reciba por parte de cualquier poder, porque nos pertenece a todos, y está por encima de todas las siglas y signos políticos".

Ramos, que actualmente no se encuentra inmerso en ningún proyecto profesional, agradeció al Festival de Islantilla este reconocimiento porque "me trae un soplo de frescura: acabo de cumplir 65 años, llevo dos años sin trabajar porque las condiciones son horrorosas, y prefiero quedarme en casa antes que volver a una situación laboral que se asemeja a cuando tenía 30 años". "Pese a ello, me gusta mucho la vida pase lo que pase, y aunque se nos muestre como futuro un deambular por el desierto que dure años, la vida es la vida y la vida es bella", declaró el actor durante su encuentro con los medios de comunicación antes de recibir el máximo reconocimiento honorífico de Islantilla Cinefórum 2014.

Enamorado confeso de su profesión, Santiago Ramos destacó dos personajes de cuantos a encarnado durante su dilatada trayectoria en cine, teatro y televisión: sus interpretaciones en Luna de lobos (1987) y en Como un relámpago (1996). Ésta última le convirtió en merecedor del Premio Goya al Mejor Actor protagonista en 1997, así como del Premio del Festival de Peñíscola en aquel mismo año. "Ese tipo de personajes tienen algo que, desde el primer momento, te permiten saber que vas a conectar con el público", reconoció.