Rita Núñez

Rita Núñez
Rita Núñez

02 de septiembre 2013 - 05:01

LA conocí cuando tenía una tiendecita de comestibles y demás elementos propios del hogar en la puntaumbrieña calle Fragata, en pleno corazón de este pueblo marinero y me llamó la atención entre otras cosas su bondad, que la transmitía con sólo oírla hablar.

Rita, empezó a trabajar muy pequeñita, era la posguerra y con doce años dejó de ir al colegio para empezar junto a su hermano Manolo lo que sería toda su vida, trabajadora incansable y empresaria ejemplar.

Después de esa tiendecita, montó un supermercado y luego otro y luego una cafetería-heladería que aún continúa funcionando en plena calle Ancha y siendo una referencia para todo el pueblo.

Todos los que la conocemos, hablamos bien de ella, no hay más remedio porque siempre tiene una gran sonrisa para todo el mundo. A pesar de haber trabajado durante los veranos más de veinte horas diarias, jamás se le vió una mala cara.

Rita siempre creó muchos puestos de trabajo, llegó a tener trabajando con ella hasta 22 personas a la vez y a todas ellas les transmitió ánimos y buen talante en la atención al público, que era lo más importante para ella. Con todas estas personas guarda una muy buena relación.

Muchas de las que trabajaron con ella, son hoy empresarias independientes con negocios repartidos por Punta Umbría y todas ellas tienen el sello, marca de la casa, es decir: estilo Rita Núñez, que no es otra cosa que trabajo, ilusión, amabilidad y eficacia. Con su mismo apellido también existen otros sobrinos y sobrinas a quienes también da gusto tratar en sus respectivos negocios, como por ejemplo la cafetería situada al principio de la Avenida de Andalucía.

Hace sólo unos días me tomé con ella un café en la Cafetería 29 Palmeras de la puntaumbrieña calle Ancha, donde tantas y tantas horas pasó de su vida, con clientes que ya después pasaron a ser sus amigos para siempre. Allí me contó algunas cosas de su vida que yo no conocía y que al contármelas, aún aumentaba en mi la admiración que ya sentía por ella.

Recuerda que todos los días del verano la visitaban para tomar su cafelito o un heladito don Manuel Clavero Arévalo, ministro que fue de Cultura, o el también ministro de Hacienda, García Añoveros, o el de Trabajo don Félix Manuel Pérez Millares y el alcalde de Huelva, durante tantos años Pedro Rodríguez, y que todos ellos derrochaban sencillez, amabilidad y cordialidad.

Añora la época de la Punta Umbría de calles de arena cuando hacía el reparto de las compras de sus clientes en sus tiendas con un burro, aunque la Punta Umbría de hoy con sus comodidades no la cambia por la de antes.

Siempre ha estado con las cosas de Punta Umbría y ha colaborado con todo, no en balde pertenece a todas las hermandades que hay en Punta Umbría, la del Rocío, la de la Virgen del Carmen, la de la Santa Cruz, poniendo siempre su granito de arena.

Nunca le dio por la política local, sólo tenía tiempo para trabajar, pero no obstante fue propuesta en cierta ocasión para encabezar una lista como aspirante a la Alcaldía, propuesta que declinó, pero bien es verdad que en otro momento de su vida apoyó a un candidato pero sólo en la campaña electoral, luego una vez ganador, se desligó totalmente volviendo a sus quehaceres. Estoy seguro que aquello coincidió con una etapa triste de su vida que por motivos de salud, trató de evadirse.

La enfermedad no la encogió y siguió adelante hasta poder con ella. Hoy vive feliz haciendo de ama de casa, cosa que nunca en su vida pudo realizar anteriormente y como dice ella misma, hace cosas al contrario que todas las madres, en vez de ir sus hijos a su casa a comer, es ella la que come diariamente en casa de sus hijos, porque nunca tuvo tiempo de aprender a cocinar. Es feliz con sus nueras y sus dos hijos Iván y Rómulo a los que adora porque son extraordinarios, cosa de la que yo mismo doy fe.

El otro día un buen amigo me preguntaba por qué en mi galería de personas importantes no había ninguna mujer, y le contesté que en breve saldría publicada la semblanza de la primera pero que no era la única, que habría más. Y es que en efecto, no sólo los hombres ha hecho cosas buenas en pro de este pueblo. Rita sin duda es la primera que traigo aquí por poseer múltiples cualidades como empresaria, como trabajadora y como buena mujer a la que todo el mundo quiere y admira.

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