Rifa del piñonate el Domingo de Resurrección
linares de la sierra
El sorteo se realiza a beneficio de la Hermandad Sacramental
Para el sorteo se utiliza una baraja de cartas

El pueblo de Linares de la Sierra acogerá un año más hoy Domingo de Resurrección de su popular y querida rifa del piñonate. Una cita que muchos vecinos de Linares junto a bastantes visitantes y curiosos no se pierden cada año.
La rifa del piñonate se hace a beneficio de la Hermandad Sacramental, donde están implicados bastantes vecinos de pequeño pueblo serrano. Por la mañana temprano, sobre las nueve y media, será la misa en la iglesia de San Juan Evangelista y después el cura párroco local irá hasta la antigua casa del cura, justo al lado, para bendecir los piñonates que formarán parte de la rifa. Así todo comenzará en torno a las diez de la mañana.
El rito es muy sencillo. Bajo la apuesta de un euro el responsable de la mesa de juego te entrega cuatro cartas de la baraja española. Cuando se completa la venta de toda la baraja, una mano inocente corta otra baraja y la carta que se levante es la ganadora. La persona que la tenga se lleva la rifa en cuestión. Siempre hay alguna rosca de piñonate y en muchas ocasiones mezclada con regalos de otros productos como vinos, dulces, tartas, aceitunas, licores, dulces caseros e incluso productos ibéricos. Para quiénes no juegan la venta directa de la rosca suele tener un precio en torno a los 5 euros.
El juego es entretenido e incesante. Hay momentos donde la venta de toda la baraja se hace con rapidez y en otras tarda un poco más. En estos últimos años suele haber dos o tres meses en las dependencias de la antigua casa del cura.
Normalmente los apostantes van de mesa en mesa viendo qué apuestan en cada una de ellas y según el premio juegan o no.
Lo que más se rifa son las roscas de piñonate, realizadas por mujeres del pueblo los días previos, y de vez en cuando otros artículos de interés que son regalados por vecinos de Linares y miembros de la Hermandad Sacramental.
Y para el final se deja siempre los productos que podíamos denominar estrellas o más demandados; dos roscas de piñonate gigantes en forma de cáliz, paletilla y los afamados dulces de Aracena.
De antaño la tradicional rifa del piñonate de Linares de la Sierra duraba muchas horas, pero el gran trabajo previo sumado a los gastos económicos que supone para un pueblo reducido en cuanto al número de personas, he hecho que la rifa dure hasta mediodía.
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