Un grupo de 80 voluntarios han participado en una actividad de retirada de plomo del Cerro de los Ánsares, en el Parque Nacional de Doñana, y han recolectado 1,5 kilos de perdigones, lo que evita la posible muerte de 175 ánsares.

Según ha informado el Espacio Natural de Doñana, además de los perdigones se han recogido una bala sin disparar, restos metálicos, de latas de aluminio y plásticos, unos 10 cartuchos, un paquete de tabaco y 20 trozos de cristal.

Según las estimaciones hechas por SEO/BirdLife, entidad que impulsa la actividad, y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), entre 8-10 gramos (10-15 perdigones) son suficientes para matar un ánsar adulto, por lo que aproximadamente se ha retirado veneno suficiente para salvar a unos 175 gansos.

Esta actividad se realiza anualmente coincidiendo con la llegada, en próximas semanas, de miles de ánsares a Doñana procedentes del norte de Europa buscando refugio y alimento para pasar el invierno.

Uno de los emblemas de la Doñana invernal es la concentración de miles de estas aves acuáticas en el Cerro de Los Ánsares, una gran duna móvil donde todos los amaneceres del invierno se dan cita para ingerir granos de arena.

Estos granos de arena o pequeñas piedras permanecen en la molleja, generando un pequeño mortero que colabora en la digestión del ave.

Los perdigones de plomo depositados en la superficie de la duna, son confundidos por las aves, ingeridos y retenidos en su molleja, diluyéndose al cabo de unos 20 días y provocando al ave una intoxicación conocida como plumbismo.

A pesar de que desde la década de los 80 está prohibido cazar en el Parque Nacional de Doñana, aún siguen apareciendo perdigones en la zona, calculándose que hay más de dos toneladas de plomo depositadas en el Cerro de Los Ánsares suponiendo un grave problema de conservación para el ánsar común.

SEO/Birdlife lleva desde 1999 retirando perdigones de plomo de la duna del Cerro de los Ánsares, gracias al apoyo de voluntarios, habiendo eliminado ya cientos de kilogramos.