Puertas, sillas y arte del castaño cachonero

Que sea de Huelva

Galaroza lleva casi dos siglos trabajando la madera de este árbol. Referente en la provincia de Huelva, ha surtido de muebles también a la zona sur de Badajoz

Artesano de la fábrica Hermanos Valle de Galaroza.
Artesano de la fábrica Hermanos Valle de Galaroza. / M.G.
Alejandro Moreno López

14 de abril 2019 - 05:00

Huelva/El campo ha tenido siempre gran importancia para la economía y la subsistencia del entorno rural. De hecho, desde tiempos inmemoriales muchos han sido los pueblos de la provincia de Huelva que han sabido aprovechar las riquezas que la naturaleza les ha brindado. Entre estas actividades se encuentran las derivadas del castaño, un árbol, que más allá de las riquezas gastronómicas y económicas de sus frutos, desde hace casi dos siglos ha puesto a Galaroza en el mapa de los productores de madera. Y lo ha hecho siendo referencia a nivel regional y de la zona sur de la provincia de Badajoz donde pueblos como Fregenal de la Sierra, Salvatierra o Fuente de Cantos establecían rutas para obtener las mejores maderas de castaño de la localidad onubense.

Antonio Sosa, alcalde de la localidad cachonera, reconoce que “Galaroza ha sido desde hace mucho tiempo lugar de referencia de fabricación de portones y balcones de madera de castaño”. Tanto es así, que esta localidad serrana “siempre ha tenido buenos talladores entre sus vecinos. De hecho, ya mi abuelo se dedicó al oficio de carpintero y luego, se lo transmitió a mi padre”, añade . Y es que, como reconoce Sosa, “la madera de castaño es muy buena para exteriores, pues bien curada y tratada aguanta bien las inclemencias del tiempo de esta zona y, además, estos portones aportan señorío y elegancia a las fachadas”. Es por ello, que desde hace más de 150 años desde el sur de Extremadura “venían a llevarse la madera para las casas”.

Junto a las construcciones de madera de castaño, Galaroza también es foco de elaboración artesanal de sillas de estilo sevillano, con materias primas procedentes del castaño, pino, chopo, entre otras. “Es un elemento de referencia en Galaroza que traspasa incluso las fronteras de nuestro país”, admite el regidor. Una actividad que ha dado empleo durante décadas, principalmente, a mujeres con la construcción de las sillas y a familias enteras con el pintado. Es el caso de la familia Lobo, que se inició en esta labor en el año 1842 y que tiene, en la actualidad, al pintor Rafael Lobo Blanco como su máximo exponente. Pintor autodidacta ha recorrido las principales ciudades de Europa con el fin de formarse y conocer distintas corrientes pictóricas, lo que le ha permitido ampliar el campo de trabajo y elaborar las sillas desde un estilo clásico a una forma más moderna.

Retablo de la parroquia de Galaroza.
Retablo de la parroquia de Galaroza. / M.G.

Pero, además, un ejemplo de la importancia de la madera se puede apreciar en el espectacular retablo mayor que presenta la parroquia de Galaroza, datado en la segunda mitad del siglo XVIII, y que tras ser quemado durante la Guerra Civil, se sometió a una intensa restauración de mano carpinteros de Galaroza para que encajara en el ábside semicircular de la parroquia. Además, el interior del presbiterio acoge la gran sillería de coro de madera tallada y que reproduce la original que está fechada alrededor de 1720.

Como reconocimiento a la labor de este destacado sector el pueblo cuenta entre su callejero con un vía dedicada a los carpinteros así como un monumento conmemorativo.

Actualmente, el sector de la madera de castaño de Galaroza se ha diversificado “para adaptarse a los nuevos tiempos”, por lo que se han creado fábricas de muebles artesanos y a también a medida, con estilos más modernos. “Las empresas han visto que es necesario modernizarse. Ahora se fabrican ventanas de estilo europeo, de gran calidad y eficiencia energética, lo que supone abrir un campo muy amplio de trabajo”, asegura el alcalde de Galaroza.

Portón de madera de castaño en Galaroza.
Portón de madera de castaño en Galaroza. / M.G.

Junto con el sector cárnico -el más destacado en la actualidad en el pueblo- y el turismo, el sector de la carpintería de madera de castaño es la otra gran fuente de riqueza de esta localidad de la sierra de Huelva, de la que viven algo más de medio centenar de cachoneros.

stats