Procesión para conmemorar los 75 años de los Dolores

Un valverdeño jardinero de profesión y afincado en Sevilla, Francisco Santos Rite, donó al pueblo de Valverde del Camino la actual imagen de la Virgen de los Dolores. Hombre humilde, financió el trabajo encargado al imaginero de Alcalá de Guadaíra Manuel Pineda Calderón, con sus ahorros y, dice, que con el dinero que pudo ahorrar tras dejar de fumar. La imagen costó 600 pesetas. La obra llegó a Valverde en 1938, en el mes de marzo, poco antes de la Semana Santa.

Esta imagen fue de las primeras que se adquirió tras restaurar el templo valverdeño, afectado por las llamas del fatídico incendio de julio de 1936. Ahora, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de los Dolores, los Capiruchos Blancos, ha querido rendir homenaje a la advocación mariana con una serie de actos que culminó en la procesión.

La procesión comenzó empañada por la incertidumbre de la meteorología. Ya en la mañana del sábado, hubo que modificar la planificación y se decidió que el tercer día de triduo se iba a desarrollar en la iglesia parroquial y no en la Plaza Ramón y Cajal. Al final, aprovechando un gran claro la cofradía se puso en marcha y comenzó la procesión especial. En la comitiva, los estandartes y varas de muchas hermandades procedentes de otros pueblos como Zalamea la Real, Moguer, Palos de la Frontera, Niebla, La Palma del Condado, Beas o Trigueros. Así como hermandades de la localidad andevaleña encabezadas por la Pro-hermandad de la Cruz El Barrio, la Velá de Santa Ana, San Pancracio, los Capiruchos Negros, la Virgen del Reposo, la Sacramental o María Auxiliadora. En la comitiva también iban los miembros de la Corporación Municipal.

Antes de comenzar la procesión, la hermandad entregó un pergamino a la familia de José Cejudo Fernández, párroco valverdeño recientemente fallecido y que era muy devoto de la Virgen de los Dolores.

Con la imagen de la madre en el paso sin los varales y su palio, los valverdeños pudieron contemplar una imagen que parecía diferente, muy bien engalanada para la ocasión. La primera cuadrilla llevó al paso a las puertas del templo donde una niña, Victoria Clavijo, le cantó dos fandangos a la Virgen que provocó un enorme aplauso del público que se agolpó en la entrada. La Banda Municipal acompañó la procesión.