El Gobierno de Portugal decidió ayer cerrar su frontera con España a partir de este viernes, y en principio durante un plazo de dos semanas, en un intento por contener la expansión de la pandemia de coronavirus, que ha alcanzado niveles sin precedentes en dicho país durante las últimas semanas.

La medida no solo se limita a la frontera terrestre con España, sino que también quedarán clausuradas las salidas por mar y aire hacia otros países. Según indicó ayer jueves el ministro del Interior luso, Eduardo Cabrita, "el Gobierno adoptará a medida de limitación de desplazamientos para el exterior en los próximos 15 días de ciudadanos nacionales", a lo que añadió que "salvo casos excepcionales, en la próxima quincena quedarán limitadas las salidas por vía aérea, terrestre o fluvial de ciudadanos nacionales".

Cabrita hizo dicho anuncio al término del debate sobre la renovación del décimo estado de emergencia que aprueba la Asamblea de la República portuguesa desde el inicio de la pandemia. La ampliación de esta medida excepcional salió de nuevo adelante con el apoyo de los principales partidos políticos lusos ya que votaron a favor PS, PSD, CDS, PAN y la diputada no adscrita Cristina Rodrigues. Solo el Bloco se abstuvo, mientras que se opusieron PCP, PEV, Chega, Iniciativa Liberal y la diputada no adscrita Joacine Katar Moreira.

Este cierre fronterizo entre España y Portugal se trata del segundo que se produce desde que se inició la actual crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus el pasado mes de marzo. Entonces fue una decisión bilateral adoptada entre los ejecutivos de ambos países y se prolongó entre el 17 de marzo y el 1 de julio de 2020.

En esta ocasión la decisión ha sido unilateral por parte de Portugal, que está padeciendo una tercera ola de la pandemia sin precedentes en dicho país. El primer ministro portugués, António Costa, admitió el miércoles por la noche en una entrevista que la situación está "muy mal" por el crecimiento "exponencial" de los contagios en la tercera ola, que ha dejado también "un número dramático" de fallecimientos. Costa admitió que la relajación de los controles durante las fiestas de Navidad está en parte detrás del repunte de los contagios y que, con los datos que hoy están sobre la mesa, "las normas habrían sido diferentes". "Hubo una confluencia entre la aparición de la variante inglesa y las reglas de Navidad", explicó. Tal es así, que la Dirección General de Salud -DGS- del Gobierno portugués notificó ayer jueves nuevos máximos de casos y fallecidos, con 16.432 positivos y 303 fallecidos en las últimas 24 horas.

Solo en la región del Algarve, la más visitada por los onubenses, la DGS notificó ayer la existencia de 16.356 casos de Covid-19, 327 más que el día anterior, así como 193 fallecidos desde el inicio de la pandemia, una decena más que las 24 horas antes.

El cierre afecta a todos los puestos fronterizos hispanolusos ubicados en territorio onubense, que por carretera son: Castro Marím-Ayamonte (a través del puente internacional del Guadiana), Rosal de la Frontera-Vila Verde de Ficalho, El Granado-Pomarao, Paymogo-Sao Marcos y Encinasola-Barrancos; así como también a los fluviales: Ayamonte-Vila Real de Santo António y Sanlúcar de Guadiana-Alcoutím.