doble crimen de almonte

Poemas a la luz de las velas para recordar a Miguel Ángel y a María

  • Un millar de personas respaldan a la familia de las víctimas en la concentración por el quinto aniversario de los asesinatos y guardan dos minutos de silencio

La llama de la memoria se encendió anoche en la avenida de los Reyes de Almonte para brillar con más fuerza que nunca. Más de un millar de ciudadanos, según Protección Civil, se concentró ante el número 3 a las 22:00, hora en la que hace cinco años un despiadado asesino asestó más de 150 puñaladas a Miguel Ángel Domínguez y a su hija María.

Al grito de "no estáis solos" fueron recibidos los familiares de las víctimas del crimen que hace un lustro deshilachó el corazón de los onubenses. De corazón anduvieron sobrados los que lucieron en la solapa los corazones verdes que representan a los asesinados. Enmudeció la calle cuando retumbó en el silencio el llanto de la esposa y madre de los fallecidos, Marianela Olmedo, postrada ante el altar de velas y flores dispuesto para la ocasión.

El portal de la casa donde ocurrió el crimen se convierte en un altar improvisado

La otra madre de este negro capítulo de la historia de Huelva, María Espinosa, se dirigió a la fotografía de su hijo con su nieta a hombros para decirles "¡qué solos estuvisteis aquella noche! ¿Por qué no me cogió a mí allí para no pasar este calvario?".

Música clásica con aires fúnebres y poemas, como el No te rindas de Mario Benedetti. Y el padre de Marianela, Mariano Olmedo, sugirió a los políticos "que se pongan un corazoncito verde por mi niña y por su padre", solicitud que hizo extensivo al Tribunal Supremo, que debe decidir ahora sobre el caso.

Correspondió a un amigo de la familia, Francisco López, leer la semblanza de las víctimas. "Esta es la historia de un hombre bueno y de una heroína de ocho años que aquella noche de sombras dejó de ser la princesa de su padre para convertirse en el hada mágica de todos los cuentos bellos del mundo". A Miguel Ángel lo describió como un hombre "conciliador, tímido, generoso, gran futbolista, amante del hogar y de la familia y padre entregado (...) Su paciencia era infinita y, a pesar de su timidez, llenaba los espacios que ocupaba".

Con la proclama de los asistentes de "madre coraje" subió al escenario Marianela Olmedo. "No sabéis la alegría que es para mí veros aquí", manifestó a su gente con las mejillas llenas de lágrimas. La mujer que se ha sentido sola y atacada se aferró a su corazón verde para confesar que "esta frase que pone aquí, eres la luz que ilumina mi sol y mis estrellas, se la decía Miguel Ángel a mi niña, y por eso la puse en su lápida", que todavía no ha sido capaz de visitar en el cementerio.

El talento de Flori, la pequeña artista de La voz kids, dejó sobre el escenario una canción que estremeció al público. También sonó el Imagine de Lennon. Se leyeron frases de apoyo a la causa y se guardaron dos minutos de silencio. El recogimiento volvió a romperse con el clamor de "justicia". Las mil velas repartidas se acabaron apagando, pero la luz de la esperanza y de la memoria de Migue y María quedarán encendidas para siempre en las almas de Huelva.

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