El Plan de Cría del Lince invertirá 27 millones de euros en cinco años

La población actual de 74 ejemplares en Doñana es un 50% mayor a la de 2004 · El director del Espacio Natural subraya que la imagen del Parque depende en gran medida de la conservación del felino.

El felino ha tenido que superar en los últimos años dos graves enfermedades, una leucemia y otra renal.
El felino ha tenido que superar en los últimos años dos graves enfermedades, una leucemia y otra renal.
Carlos López / El Condado

23 de noviembre 2010 - 05:01

Es el felino más amenazado del planeta y poco menos que el símbolo y emblema de Doñana. La ciencia, por el contrario, ve en el lince ibérico algo más: un desafío, en cuanto a la preservación de una especie animal se refiere.

Hasta ahora los trabajos en este campo han tenido numerosos claro-oscuros y el proyecto Life, que persigue "la conservación de la naturaleza para mantener y mejorar los hábitats naturales y las especies y/o vegetales de interés comunitario de los espacios designados dentro de la Red Natura 2000", ha sufrido recientemente uno de sus mayores varapalos con la muerte de ocho ejemplares en lo que va de año. La cifra se traduce en que la población de 74 felinos, que se estima habitan Doñana en libertad, se haya visto diezmada. Aun así existe lugar para el optimismo, dado que en su totalidad representa un 50% más de los ejemplares que vivían en 2004.

Son muchas las voces que reclaman mejores resultados para un programa en el que durante el periodo 2006-2011 se habrán invertido 27 millones de euros. Para más inri, el programa Ex Situ de cría en cautividad tampoco atraviesa su mejor momento. En los tres centros diseminados en la península: La Olivilla, en Santa Elena, Jaén; Silves, Portugal; y El Acebuche en Matalascañas (al que cabe sumar un centro asociado en el Zoo Botánico de Jerez) los contratiempos han estado a la orden del día, sobre todo en el de Huelva.

En marzo de 2010 la entonces coordinadora del Plan de Cría en Cautividad, Astrid Vargas, ofrecía en rueda de prensa una demoledora noticia que ponía en un brete todo el trabajo desarrollado hasta la fecha: una enfermedad renal crónica (ERC) de origen endogámico afectaba a casi el 40% de los felinos, de los 70 ejemplares que entonces se encontraban censados en el Parque. La enfermedad detectada en los meses de noviembre y diciembre de 2009 constataba que no existían estudios previos que pudieran arrojar luz sobre la mortandad que causaba la enfermedad que se llevó a cuatro animales de entre dos y seis años, mientras que otros diez seguían en estado terminal.

Vargas fue valiente al reconocer que se trataba "del contratiempo" más importante con el que se había encontrado la especie, si bien dejó un halo para el optimismo al recordar que en 2007 los felinos se sobrepusieron a una epidemia de leucemia felina que mató a 11 ejemplares de esta especie silvestre.

El fracaso traía consecuencias y Vargas presentaba su dimisión al frente del proyecto. Ante las evidencias y la presión mediática en agosto, los técnicos del Programa de Cría en Cautividad lograban detectar y controlar la ERC, que se asociaba a "suplementos de su alimentación", bien por el efecto patógeno de alguno de sus contenidos, bien por la intensidad de la dosis que se administraba.

Se abría así una luz de esperanza, si bien la enfermedad afectaba ya a 25 de los casi 80 ejemplares del proyecto, cobrándose además la vida de tres de ellos. La noticia era doblemente importante, ya que se sospecha que estos episodios de ERC podrían estar detrás de la baja natalidad lograda en el presente ejercicio.

En efecto, la temporada de cría se resolvía con el apareamiento de 8 de las 27 hembras seleccionadas entre los tres centros de reproducción, sobreviviendo sólo 10 cachorros. Se trata de la cifra más baja desde 2005.

Estos errores en la alimentación de los felinos llevaba a la Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales (Asanda) a denunciar la muerte de 5 linces y otros 22 más infectados por las susodichas enfermedades renales. La novedad venía protagonizada por el hecho de que los Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) inspeccionaron el Centro de Cría en Cautividad del lince en El Acebuche, al objeto de recabar informes sobre los fallecimientos de Ecológico, Garfio, Cromo, Arces y más recientemente Cascabel, este último ejemplar reintroducido en la comarca de Guadalmellato (Córdoba).

La denuncia, cursada a principios del pasado mes de septiembre se producía ante las sospechas de que la dolencia pudiese ser inducida a través de una "dieta inadecuada que ha provocado el envenenamiento de la mitad de los linces del programa de Cría en Cautividad de la Junta".

Algunos científicos reconocen que se han dado "palos de ciego" en la política de conservación de la especie. "Es indudable que si tenemos un mínimo de espíritu crítico habremos de reconocer errores", apostillan. En retrospectiva se habla de una falta de acierto a la hora de diagnosticar o prever los desafíos a los que se enfrentaría la especie, si bien añaden que quienes se hicieron con las riendas de los programas de conservación lo hicieron cuando la población se encontraba enormemente diezmada, lo que ha provocado una elevada cosanguinidad que ha implicado la necesidad de sortear enormes contratiempos.

El director del Espacio Natural de Doñana, Juan Carlos Rubio, subraya la importancia de llevar hacia buen puerto este desafío debido a que la credibilidad internacional sobre la sostenibilidad del Parque vendrá determinada por ser capaces de preservar la especie. Aun así y en términos globales Rubio realiza una lectura positiva de los programas Life e incide en que, en ocasiones, el foco informativo se centra en trágicos sucesos cuando la realidad es que existen núcleos donde la población del felino se ha aclimatado a su hábitat.

Entre tanto y para este otoño, Doñana volverá a ser 'colonizada' por nuevos ejemplares silvestres capturados en Sierra Morena, donde el lince parece haberse adaptado mucho mejor que en Doñana. El director de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente, Javier Madrid, explicó que esta introducción en Doñana se realizará tras el preceptivo periodo de cuarentena y en el cercado de aclimatación existente en la zona de Coto del Rey. Serán los sucesores de Baya y Caribú, los machos liberados a finales de 2007 y 2008 que no dieron esquinazo a la parca o como Esponja que fue abatida por un cazador.

Lo cierto es que nadie en la comunidad científica cuestiona la necesidad y validez de proseguir con estos planes de conservación, si bien matiza que se han de cambiar los criterios y estrategias. Voces autorizadas como el director de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), Fernando Hiraldo, reclamaron recientemente "multiplicar por cien su transparencia; en los costes económicos, en las acciones que se hacen y en los resultados que tienen". Sin embargo a reglón seguido reconoció que sin estos programas el Lince se habría extinguió, a la par que no le dolieron prendas al reclamar que "el peso de la ciencia sea mayor".

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