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El Plan de Control de Mosquitos prevé la fumigación de 140.000 hectáreas

  • El programa cuenta con un presupuesto de 2,7 millones

  • La diputada de Medio Ambiente augura un verano tranquilo en cuanto a la presencia de insectos "si no pasa nada extraño"

La Diputación Provincial de Huelva junto con los ayuntamientos de Almonte, Ayamonte, Lepe, Isla Cristina, Cartaya, Aljaraque, Punta Umbría, Gibraleón, Huelva, Palos de la Frontera, Moguer y San Juan del Puerto trabajan un año más en el Plan de Control de Mosquitos, que está en marcha todo el año si bien el periodo de máximo trabajo y fumigación se concentra del 1 de marzo al 31 de octubre.

La campaña tiene como objetivo reducir la población de este insecto a niveles soportables para el ciudadano, porque su erradicación es imposible.

4.600Hectáreas de marisma. Es el terreno susceptible de albergar poblaciones larvarias

El plan operativo para 2018 tiene una dotación presupuestaria de 2,7 millones de euros, un montante similar al del pasado año, cuando se registró "una compaña de éxito y satisfactoria", según explicó ayer la diputada de Infraestructura, Medio Ambiente y Planificación de la Diputación Provincia, Laura Martín, durante la presentación del programa.

Éste parte de dos premisas fundamentales: máximo rendimiento mediante la optimización de los recursos, y el mínimo impacto ambiental con el empleo de técnicas blandas en un contexto del control integrado, lo que ha convertido a Huelva es un referente en toda España y fuera de ella en el manejo y control de los mosquitos, según la diputada.

El ámbito geográfico de las actuaciones abarca un total de 140.000 hectáreas, de las que 16.000 corresponden a marisma mareal, en la que el flujo y reflujo de las mareas en conjunción con factores topográfico y biológico dan lugar a 4.600 hectáreas de marisma susceptible de albergar poblaciones larvarias de mosquitos. Además, el plan abarca otras 114.000 de medio urbano y rural, donde se ubican 25 núcleos de población.

Martín explicó que las estrategias de control son complejas y que en muchos casos se diseñan específicamente en función de las características particulares del foco, lo que daría lugar, a grandes rasgos, a dos grandes grupos.

El primero de ellos, las marismas mareales, con un periodo de tratamiento que abarca del 1 de marzo al 31 de octubre. Las 4.600 hectáreas de marismas que generan focos de mosquitos están divididas en 94 parcelas que se tratan en cada periodo mareal, lo que significa que dos veces al año un número importante de operarios trabajan durante cinco días en esas cuadrículas. Por ello, para este año están previstas más de 1.600 actuaciones de tratamiento larvicida en marisma.

El segundo está constituido por el medio urbano y rural, cuyas 114.000 hectáreas están divididas en 17 zonas en las que se han realizado trabajos contra las plagas en un número indeterminados, ya que en muchos casos obedecen a factores imprevisibles, aunque suelen soportar un 20% del programa.

El plan 2018 cuenta con una solida estructura avalada por más de 30 años de servicio y está compuesto por unos 95 trabajadores distribuidos en distintos sectores, así como por maquinaria que les permite llegar a lugares de acceso difícil.

La plantilla de trabajadores está formada por 41 oficiales aplicadores, 5 capataces, 1 técnico de laboratorio, 1 biólogo jefe de programación y desarrollo, 1 biólogo jefe de investigación, 1 director del servicio y un auxiliar administrativo, además de 11 operarios contratados por 9 meses para reforzar las labores de verano. A ello hay que sumar los medios técnicos disponibles como los vehículos y las embarcaciones equipadas con motor fueraborda, entre otros. En las fases mareales de mayor incidencia, esto es, en los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre el trabajo de a pie se refuerza con cinco fases de tratamiento aéreo con la fumigación de 3.000 hectáreas de terreno.

Otro tipo de control que da un gran resultado es la regeneración de los esteros para impedir el estancamiento de aguas que constituyen focos de cría del mosquito. Así, el pasado año se intervino en las marismas y desembocadura del río Tinto, al igual que en esta campaña, en concreto frente a las zonas de San Juan del Puerto y Moguer, donde se van a regenerar esteros naturales. "Vamos a realizar un trabajo importante para restablecer la dinámica mareal, en una parcela de alta potencialidad para la cría de los mosquitos y facilitar que el agua fluya de nuevo de manera natural", explicó la diputada.

Paralelamente a la labor de control del insecto, el servicio desarrolla un trabajo de investigación en aspectos relacionados con la mejora continua de los tratamientos.

El presupuesto del servicio es financiado en un 80% por la Diputación y el 20% restante por los ayuntamientos, es decir, la Corporación Provincial aporta unos dos millones de euros y las doce corporaciones locales unos 500.000 euros, un montante para "mantener a raya a los mosquitos, "algo muy importante para la provincia de Huelva y su turismo".

A pesar de las lluvias que han caído, la diputada descartó que vuelva a producirse la plaga que se registro en 2016, entre otras cuestiones porque los operarios trabajan a marchas forzadas y porque además no se han producido las mismas condiciones meteorológicas.

Martín ha augurado un verano tranquilo en cuanto a mosquitos "si no ocurre nada extraño". Para la diputada, "desde la Diputación venimos trabajando desde hace muchos años por alcanzar unos niveles soportables de insectos porque sabemos la importancia que para un sector como el turístico tiene el mantener a raya los mosquitos".

"Esperemos poder disfrutar del verano, si las temperaturas lo permiten, del sol, las playas, la gastronomía y la oferta cultural de ocio sin tener que preocuparnos por los mosquitos. Esperemos también que este año terminemos la campaña con el mismo o mayor éxito", resaltó.

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