Piedras Albas planta cara al mal tiempo
Los mayordomos y todos los piedralberos, bien pertrechados contra las inclemencias meteorológicas, celebran en el Prado de Osma la tradicional romería





Los piedralberos, como se conoce a los devotos de Santa María de Piedras Albas e hijos de las localidades de El Almendro y Villanueva de los Castillejos, tienen completamente asumido desde hace 560 años que su romería, o fiestas de pascua de resurrección, debido a la fecha en que se celebran, justo después de la Semana Santa y en plena primavera, son "pascuas floridas", por lo que cuentan con una alta probabilidad de convertirse en "pascuas mojadas".
Así lo explicó con total naturalidad Juan Antonio González Márquez, uno de los más de 50 mayordomos de la misma familia con que la Virgen de Piedras Albas cuenta este año, tras la llegada de la caballería, bajo una leve llovizna que no paró prácticamente en toda la jornada, a la Ermita de Piedras Albas, en el Prado de Osma, para dar comienzo un año más a la primera romería de la provincia de Huelva, que celebrarán hasta este miércoles conjuntamente ambas localidades andevaleñas.
"Si las pascuas vienen con mal tiempo, al mal tiempo hay que ponerle buena cara", prosiguió González, quien añadió que "hay que saber navegar en la alegría y en la tristeza y saber sonreír ante las nubes llenas de agua". De todas formas los piedralberos no pierden la esperanza de que la situación mejore y están muy atentos a las previsiones meteorológicas, que por el momento indican que en la jornada de este lunes "nos vamos a salvar", apuntó el mayordomo, y que el martes, día grande de la fiesta, "también vamos a tener un buen día".
De esta forma, los mayordomos, así como todos los piedralberos, llegaron llenos de júbilo y bien pertrechados contra las inclemencias meteorológicas al Prado de Osma sobre sus caballos y carruajes, después de recorrer desde primera hora de la mañana, bajo los sones del tamboril, las principales calles de ambos municipios y posteriormente el camino de herradura que los separa del santuario de su Patrona, donde se celebra la tradicional romería.
Para González Márquez, cuya familia repite por segundo año mayordomía, ser piedralbero, y sobre todo coger el pendón y ser mayordomo es motivo de mucha alegría y "vincularnos con la comunidad, con nuestra memoria y con nuestras raíces, además de todo lo que supone en lo relativo a nuestras creencias y nuestra fe en la Virgen María, Madre de Jesús". También supone, subrayó, "muchas horas de trabajo, muchas reuniones, mucha coordinación entre nosotros y mucho debate y diálogo con la hermandad" lo cual "al fin y al cabo son insignificancias teniendo en cuenta lo importante que es para los hijos de El Almendro y de Villanueva de los Castillejos ser mayordomos de la virgen".
Y es que la llegada del Domingo de Resurrección supone para estos dos pueblos cambiar el rigor, el recogimiento, y la sobriedad de la Semana Santa, por el colorido, la luz y la alegría de los sones de la gaita y el tamboril que abren paso a la caballería camino del Prado de Osma. Así, y con letras como "Por el caminillo viejo sale la caballería / el domingo de mañana, primer día de romería. / ¡Ay, quién, pudiera ser flor de Almendro / y en la luz de tus ojos, tu Castillejos!" las coplas de estos dos pueblos hermanos anuncian el inicio de las fiestas romeras de la provincia.
Con las primeras claras del día, el tamboril ya recorría las principales calles de ambos municipios anunciando la llegada de tan señalado día. Una hora más tarde, los mayordomos, portando los pendones de la Virgen y acompañados por los miembros de la hermandad, partieron desde la parroquia de Villanueva de los Castillejos hasta la de El Almendro, siempre en compañía del tamboril a cuyo son los cirochos trenzan sus primeras danzas de la romería.
Tras la celebración de la misa de Resurrección, los piedralberos se concentraron frente a la antigua fábrica de harina que marca el límite entre ambos municipios, para recorrer sus principales calles antes de partir hacia el Prado de Osma en compañía de la caballería y bajo la leve llovizna que ha marcado la jornada. Ya en el recinto romero, y sin dejar de mirar al cielo, los cohetes fueron los encargados de dar la bienvenida a los romeros, que llenaron de alegría cada uno de sus rincones, no sin antes hacer una visita a su patrona, a cuyos pies depositaron sus pendones. Fue entonces cuando las coplas, la comida, la bebida y la convivencia entre familiares y amigos adquirieron el protagonismo de una primera jornada de romería que ya por la tarde acogió la misa de Gloria en la ermita de Piedras Albas, y el besamanos de su imagen. Tras el mismo, la virgen recorrió en procesión el Prado de Osma, encabezada por el tamboril y en presencia de los cirochos que bailaron la danza.
Con la caída de la tarde, los piedralberos acompañaron de nuevo a los mayordomos con sus pendones hasta El Almendro y Villanueva de los Castillejos para dar por concluida una intensa jornada de romería. Hoy los piedralberos también partirán destino al Prado de Osma, donde continuará la convivencia en un ambiente mucho más íntimo. La romería tocará a su fin mañana, su día grande, cuando a última hora de la tarde se produzca la emotiva toma de pendones por los nuevos mayordomos. Un momento que se vivirá cuando la procesión haga su tradicional parada en El Calvario.
No obstante, aún quedará para rematar definitivamente la primera romería de la provincia la curiosa celebración del Miércoles de los Burros.
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