Las aguas del Golfo de Cádiz, especialmente en la zona del Estrecho de Gibraltar, soportan una de las mayores densidades de tráfico marítimo del mundo. Es un paso obligado para todos los buques cuyas líneas unen los puertos del Atlántico y norte de Europa, con los del Mediterráneo.

Pero además es un espacio donde la pesca se vive con suma intensidad. La riqueza de estas aguas descubren grandiosos cetáceos como el rorcual común, o diferentes especies de delfines.

En el vídeo que se adjunta, dirigido y realizado por el onubense Dani Salas, vecino de El Rompido (Cartaya) y un auténtico enamorado de la pesca recreativa, la embarcación chárter de pesca Torre Vanessa, con puerto base en Mazagón y capitaneada por el también onubense Javier Torres, irá en busca de grandes pelágicos oceánicos, depredadores de gran tamaño que se alimentan de grandes bancos de peces en superficie, para mostrar la modalidad de pesca recreativa sin muerte.

Para hacerse con ellos, emplea potentes equipos que pondrá al límite. Asiste a la feroz picada de un atún con el que entra en un combate de varias horas para, finalmente, tras haber disfrutado de su captura, devolverlo a su hábitat.

En definitiva se muestra un espectacular día de pesca en el Estrecho de Gibraltar, donde la actividad de estos grandes túnidos es máxima.

En este caso, los pescadores miden sus fuerzas con un ejemplar que supera los 250 kilos de peso, además de luchar contra las enormes corrientes del Estrecho.

Abierta la veda para la captura con carácter recreativo del atún rojo

El pasado jueves, 16 de junio, quedó abierta la veda para la retención y desembarco de "eventuales ejemplares muertos" en la modalidad de pesca recreativa y deportiva de atún rojo. Un periodo que legalmente concluye el próximo 14 de octubre, pero que normalmente permanece abierto apenas unos días por agotamiento del cupo asignado para la especialidad por la Secretaría General de Pesca. 

El ejemplar de atún rojo capturado y devuelto al mar arrojó un peso de 244 kilos

Una asignación que este año asciende a 33.982 kilos de atún rojo como máximo, lo que supone el 0,55% de los 6,09 millones reservados este año a España.

Pero solo podrán ponerla en práctica aquellos aficionados que previamente hayan solicitado y recibido autorización para pescar esa especie de túnidos, y siempre en la modalidad sin muerte, o lo que es lo mismo, comprometiéndose a adoptar "las medidas precisas para asegurar la devolución con vida al mar de todos los ejemplares que capturen".

Además, se les permite lanzar sus cañas para intentar coger algún ejemplar de Thunnus thynnus cuya talla mínima legal son 30 kilos de peso -o 115 centímetros de largo-, aunque también se admiten piezas de 8 kilos y 75 centímetros, siempre procurando mantenerlos vivos para devolverlos al mar y, de no ser así, en el supuesto "de que accidentalmente muera" uno de ellos, el Gobierno solo consiente un ejemplar por buque y día de pesca, hasta un máximo de dos piezas "en toda la temporada". Superado ese cupo individual, se les retira la autorización para ir a por dichos túnidos.

En este sentido las autoridades nacionales hacen hincapié en que solo "en el caso de que no se pudiera haber evitado la muerte", podrán llevarlo a puerto, donde deberán desembarcarlo entero, pero nunca para vender.

Además, los patrones de las embarcaciones -o los aficionados con licencia de pesca marítima-, antes de atracar con una pieza del gran túnido a bordo, están obligados a remitir un correo electrónico avisando de su llegada al muelle al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, concretamente a la dirección 'bzn-dea@mapa.es'.

Mo obstante, acaben vivos o muertos los atunes rojos que piquen en el anzuelo, los pescadores también están obligados a cubrir una declaración de capturas y devoluciones al mar, y a remitirla a Pesca en los cinco primeros días de cada mes, además de a conservar una copia de dicho documento a bordo durante todo el año.