Perros a 50 kilómetros por hora
Cartaya recupera las populares carreras de galgos, una de las tradiciones pérdidas de la provincia
Varios centenares de aficionados a las carreras de galgos procedentes de toda la provincia de Huelva se han dado cita en Cartaya con motivo de la celebración de la primera carrera de galgos 'Pinares de Cartaya'. Y es que aunque minoritaria, esta curiosa actividad congrega, además de a los propietarios de los galgos y a sus incondicionales aficionados, a muchos curiosos que lo único que pretenden es disfrutar con las carreras de estos veloces canes, que en muchas ocasiones superan los 50 kilómetros por hora.
Esta de Cartaya, ha tenido lugar concretamente en el paraje conocido como 'Pradera de San Isidro', donde a la agradable sombra de los pinos fue acondicionada una pista de cerca de 400 metros de larga para tal fin.
La organización de esta prueba, ha obedecido por otra parte a la que estaba previsto llevarse a cabo dentro del marco de la primera edición de la feria de la caza y de la pesca que recientemente ha tenido lugar en esta misma localidad, pero que hubo de ser suspendida por el mal estado del terreno debido al mal tiempo reinante durante aquellos días.
Por otra parte, la organización de un evento de este tipo, aunque algo engorrosa para sus responsables, en líneas generales puede ser considerada como bastante simple, y sobre todo no dejan de llamar la atención a los neófitos en la materia, -que probablemente seamos la mayoría-, algunos de sus detalles más curiosos como es el hecho de usar un extraño y rudimentario -pero efectivo- mecanismo para tirar de la 'liebre' tras la que corren los galgos. Se trata de una especie de 'maquina' de fabricación totalmente casera realizada con la rueda, los piñones y los pedales de una vieja bicicleta a la que se sujeta una cuerda en cuya punta se ata a su vez la denominada 'liebre'.
A la rueda se ata la otra punta del cabo, y al ritmo del pedaleo que de forma manual realiza uno de los organizadores, la cuerda se va enrollando en la rueda, tirando así a gran velocidad de la 'liebre', que está realizada con una botella de plástico vacía y totalmente recubierta por la piel de uno de estos pequeños animales. Igualmente también resulta muy rudimentaria y casera, pero dada la velocidad que alcanzan los galgos en su afán de atraparla, es igual de efectiva que el aparato descrito anteriormente.
De los 24 galgos inscritos en esta prueba cartayera, los ganadores se han repartido finalmente 600 euros en metálico, además haber obtenido cada uno de ellos una placa como recuerdo de su participación. El animal más veloz ha sido una hembra llamada 'Mulata', propiedad de Eduardo Nieto. El segundo lugar ha correspondido a 'Gitano', un galgo macho, también propiedad del anterior. Por último, el tercer puesto ha sido para otra hembra, 'Atalaya' de Jorge Díaz.
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