La pintora riotinteña Rosa Pérez-Carasa expone durante estos días en el Museo Vázquez Díaz de Nerva alrededor de una veintena de obras con la que pretende mostrar la belleza oculta en edificios abandonados y lugares baldíos de corte industrial, como los que encontró en Riotinto durante los años de inactividad minera.

Pérez-Carasa fija su atención en todo aquello que pasa desapercibido, a pesar de formar parte de lo cotidiano. Su pincelada cálida devuelve el esplendor perdido en edificios y fábricas a medio derruir, cuyas estructuras esqueléticas muestran otro atractivo que la artista es capaz de imprimir en sus lienzos.

Papel, cartón, DM, tabla o lienzo, cualquier soporte es ideal para que Pérez-Carasa llene el vacío de luz y color. Muelles de descarga, hangares, naves gigantes, grandes cintas transportadoras, bancales, chimeneas y túneles… protagonizan esta muestra pictórica de óleos que recorren las entrañas del Riotinto minero de la última década, triste y apagado, del que la pintora riotinteña consigue sacar oro de la nada. También lo hace con los restos de la mina del preciado metal de Rodalquilar en Níjar, Almería, y Puertollano, Ciudad Real.

Rosa Pérez-Carasa (Riotinto, 1957) es Licenciada en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, y en 1981 obtuvo la Beca Paisaje del Ministerio de Cultura. Ha participado en innumerables exposiciones individuales y colectivas promovidas por galerías privadas e instituciones públicas españolas. Sus obras forman parte de colecciones y museos repartidos por toda la geografía nacional, pero sobre todo de la Comunidad de Madrid. De entre los premios cosechados a lo largo de su trayectoria pictórica destaca la Medalla de Honor en el XXIII Premio BMW de Pintura.

Los expertos enmarcan la pintura de la artista riotinteña dentro de la tradición figurativa, con una clara intención por expresar la relación entre el ser humano y su entorno a través de la temática urbana, centrándose de forma muy especial en paisajes y escenarios que perdieron su interés general, a pesar de su belleza intrínseca.