"Pensé que era una broma, arrancó, se bajó y dijo a carcajadas: vas a correr"
La madre de la bebé afirmó que "todo iba bien al principio", pero que Moya se "enfadó y se enfrió" al descubrir que tenía más hijos
Creyó que era una broma. Gema María Cuerda, madre de la pequeña Miriam, nunca pensó que Jonathan Moya pudiese secuestrarla y mucho menos que días después su hija acabaría muerta. "Pensé que me había gastado una broma, empecé a andar a ver si me lo encontraba por ahí. Me perdí, en lugar de salir a la carretera, fui en otra dirección. Finalmente, cuando encontré a alguien, llamé a la Guardia Civil y a mi familia. No volví a ver a mi hija".
Así resumía la mujer sus sensaciones después de que Moya le arrebatase a la bebé de 16 meses, "que únicamente decía algunas palabrillas y todavía tomaba el pecho" cuando le fue arrebatada. El secuestro se produjo la tarde del 20 de diciembre de 2012. Moya decía estar buscando a un tal Pepe y horas antes la habría violado -presunta agresión sexual por la que será juzgado el año que viene- y, aunque ella le reiteraba que la llevase a la estación, el "siempre me ponía excusas". Entonces, "me dijo que el coche no tenía batería, que por favor empujase el vehículo. La niña se puso al lado de mi pierna y me agarró, ante lo que me dijo que la montase en el coche; arrancó, se fue marcha atrás, se bajó del coche y me amenazó diciendo. "Vvas a correr", mientras reía a carcajadas. Me quedé bloqueada".
Claro que, para que todo eso pasase, Cuerda tenía que llegar antes a Almería, cosa que hizo el 19 de diciembre de ese año como fruto de una desdichada cadena de acontecimientos. Todo comenzó con un anuncio en internet. La mujer, divorciada, buscaba pareja y especificaba que tenía una hija. Moya fue uno de los que respondió. Tras contactar con ella por WhatsApp, la visitó fugazmente en la localidad onubense de Palma del Condado, volviendo días más tarde para permanecer allí junto a la familia de la mujer durante "dos o tres semanas".
Dijo llamarse Juan y ser un rejoneador con "una posición económica bastante alta y que hacía galas benéficas", apuntó la mujer, quien añadió que la suya es una "familia humilde que nunca dudó de sus palabras". Al principio todo fue bien pero Moya se enteró de que Cuerda tenía más hijos, "se enfadó y la cosa se enfrió".
"Al principio era cariñoso con Miriam, pero de últimas no le echaba mucha cuenta", añadió la madre en su declaración, durante la que relató además cómo Moya abandonó la autovía A7 tras ver a la Guardia Civil y comenzó así un tránsito de caminos en el que se sintió "desorientada", en el que el acusado habría buscado a diferentes personas, entre ellas "Pepe", y aseguraba que el presunto secuestrador y asesino "mencionaba a todas horas" a Raúl Ríos, con el que decía hablar y mensajearse de forma constante. No obstante, la mujer aclaró que no puede asegurar que fuese cierto.
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