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El Papa concede un tiempo jubilar por el 150 aniversario de la Hermandad de Piedras Albas

  • Este período se extenderá hasta el próximo 8 de diciembre

Tradicional romería en honor a Nuestra Señora de Piedras Albas

Tradicional romería en honor a Nuestra Señora de Piedras Albas / Jordi Landero (Andévalo)

El papa Francisco, a través de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido un período jubilar con motivo del 150 aniversario fundacional de la Hermandad de Nuestra Señora de Piedras Albas, que comparten las localidades andevaleñas de El Almendro y Villanueva de los Castillejos.

Dicho tiempo se inició el pasado día 8 de abril, justo el día que se cumplieron 150 años desde que Esteban Rodríguez Correa y Gaspar de Mora Gómez, fundaran la singular corporación, integrada por dos municipios que comparten la misma devoción por Nuestra Señora de Piedras Albas, los cuales históricamente inician en su honor el Domingo de Resurrección la primera romería de la provincia de Huelva.

Este período jubilar, entendido como un tiempo especial de gracia y santificación en el que la Iglesia concede especiales auxilios espirituales, se extenderá hasta el 8 de diciembre del presente año 2021.

La primera noticia histórica que se tiene acerca de la existencia de la advocación de Piedras Albas data del año 1290, en una referencia indirecta incluida en la carta de concesión de una dehesa por parte de Sancho IV a los vecinos de La Puebla del Castillejo, donde se cita como uno de los límites de dicha dehesa a la Iglesia de Nuestra Señora de Piedras Alvas.

No obstante, el origen de la Hermandad se sitúa en el acontecimiento histórico de reedificación de la ermita en la que se venera la imagen de Piedras Albas, ubicada en el paraje conocido como Prado de Osma, en el término municipal de El Almendro.

Las desamortizaciones y la supresión del Priorato de Ermitas habían llevado a estado de ruina a la antiquísima ermita de Nuestra Señora de Piedras Albas, venerada en ese lugar desde la Reconquista. Ante la imposibilidad por parte de los vecinos de El Almendro para afrontar los elevados costes originados por dicha reconstrucción, los devotos de Villanueva de los Castillejos acudieron en masa para ayudar a sufragar los gastos. Aquella ocasión propició el acercamiento de dos pueblos que, aunque vecinos, habían estado históricamente enfrentados. Desde entonces comparten en igualdad de derechos y obligaciones el culto a la imagen de la Virgen de Piedras Albas.

La veneración a Piedras Albas une a los vecinos de El Almendro y de Villanueva de los Castillejos La veneración a Piedras Albas une a los vecinos de El Almendro y de Villanueva de los Castillejos

La veneración a Piedras Albas une a los vecinos de El Almendro y de Villanueva de los Castillejos / Jordi Landero (Andévalo)

La leyenda que trata de explicar el origen de esta singular advocación se recoge en la obra que escribió en el siglo XVIII fray Felipe de Santiago, fraile franciscano del Monasterio de la Rábida. Esta narración, transmitida de padres a hijos, fue manuscrita en 1714, y cuenta que el pastor Alfonso Gómez, el día 8 de diciembre de 1470, por la madrugada, poco más o menos, advirtió un resplandor que salía de entre piedras y arbustos.

Atraído por la luminosa visión, descubrió dos imágenes de la Madre de Dios. Después de adorarlas, las imágenes solicitaron se les erigiesen dos santuarios, uno en el mismo sitio con la advocación de la Madre de Dios de Piedras Albas y el otro en el Cerro del Águila donde se debía venerar a la Santísima Virgen de la Peña. Oídas por el devoto pastor, éste contó lo sucedido al alcaide Tenorio, cuyo ganado guardaba, quien construyó una ermita a cada Imagen.

Años más tarde, en 1786, Andrés Barba Rojo, cura de El Almendro, en un extenso informe al prior de ermitas, titulado "Noticia Histórica, Geográfica y cronológica del Santuario de Nuestra Señora de Piedras Albas", relató la leyenda.

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