Palos de la Frontera se ha propuesto recuperar su rico pasado. Un pasado cargado de importantes hitos históricos centrados sobre todo en el Descubrimiento de América en 1492, que cambió el curso de la historia, pero que contiene otros elementos menos conocidos que ahora el Ayuntamiento se ha propuesto sacar a la luz.

Uno de ellos, quizás el más importante, es su Castillo, uno de los recursos patrimoniales de Palos de la Frontera más castigados por el devenir del tiempo, cuya construcción se ha establecido entre los años 1322 y 1379, y cuya existencia responde a la estratégica ubicación del municipio justo en la entrada del río Tinto.

En este sentido el Consistorio palermo se encuentra en estos momentos acometiendo unas importantes obras encaminadas a la conservación y restauración de dicha fortaleza, las cuales fueron visitadas recientemente por el alcalde, Carmelo Romero, acompañado por ediles tanto del equipo de Gobierno como de la oposición, entre los que dio a conocer sobre el terreno el desarrollo de esta "estratégica actuación", mostrando sobre el terreno en qué momento se encuentran los trabajos, hacia donde van a ir avanzando a partir de ahora y los proyectos que se barajan para su continuidad y puesta en valor.

Durante la visita, alcalde y concejales pudieron por tanto intercambiar opiniones sobre el desarrollo de este "ambicioso proyecto", que según el Ayuntamiento una vez concluido y puesto en valor "se convertirá junto al puerto histórico de la localidad en punto de atracción turística de alto valor tanto para la ciudad como para el resto de la provincia".

Las obras, que afectan tanto al edificio fortificado como a las laderas del cabezo donde éste se ubica, van tomando forma y prestancia conforme avanza la actuación, ya que la recuperación de dicho elemento patrimonial se viene desarrollando en varias fases, siendo la primera de ellas la recuperación de los restos mediante un proyecto de estudio y reconstrucción. Para ello, gracias a la existencia de abundante documentación histórica que describe el castillo, se ha podido realizar un trabajo exhaustivo en lo relativo a su reconstrucción. Una vez que ya están las obras descubiertas, se trata de completar el castillo y de recuperar zonas que el tiempo, el terreno y la mano del hombre, han ido deteriorando con el paso de los siglos.

Reciente visita de la corporación municipal palerma a las obras del castillo

Según el Consistorio palermo, en estos momentos los trabajos se centran, principalmente, en la ejecución del diseño del mirador y la torre del homenaje de la fortificación, así como en la consolidación de las laderas del cabezo.

Según relata la arqueóloga Lucía Fernández Sutilo en un documento de investigación que lleva por nombre ‘El castillo de Palos de la Frontera. Un nuevo discurso histórico a la luz de los últimos hallazgos arqueológicos’, este castillo es "uno de los elementos patrimoniales de Palos de la Frontera más castigados por el devenir del tiempo", al tiempo que establece su construcción en una fecha comprendida entre 1322 y 1379, para entrar en una fase de declive y abandono generalizado tras el Descubrimiento de América que culminaría en el siglo XVIII, cuando el geógrafo real Tomás González, a través del párroco local, tuvo conocimiento de la existencia de este castillo, el cual calificó como la ruina más antigua conservada del municipio, de la que sólo se podían apreciar ya dos de sus muros.

El estudio de Fernández Sutilo también incluye algunas de las principales referencias históricas en torno al castillo de Palos, así como describe las distintas actividades arqueológicas e investigadoras que se han realizado en torno al mismo, la primera de las cuales realizó Elena Whishaw en la década de los 20. Aunque sus resultados nunca fueron publicados, sí quedaron reflejadas ciertas anotaciones en sus escritos que han servido para los posteriores estudios.

Según prosigue Fernández Sutilo, posteriormente el interés por este hito patrimonial cayó en el olvido hasta que a finales de los 80, concretamente en el marco de la conmemoración del V Centenario, se incentivó la puesta en marcha de varios proyectos de investigación en torno a la revalorización de los lugares colombinos a ambos lados del Atlántico.

El alcalde de Palos, Carmelo Romero, muestra los trabajos al resto de ediles de la corporación municipal

"De la mano de este revulsivo nació la redacción de un primer proyecto con metodología arqueológica cuyo objetivo fundamental era obtener una secuencia lo más completa posible de los aspectos físicos, ambientales e históricos del cerro, así como de las características constructivas y grado de conservación de las estructuras soterradas", señala el documento de Fernández Sutilo, en el cual añade que "se presentaba así  una oportunidad irrepetible para reconstruir, en la medida de lo posible, un retazo de la historia de la villa a través del conocimiento de los restos del que fue uno de sus edificios más emblemáticos".

Los resultados obtenidos del trabajo de investigación permitieron intuir, entre otras muchas cosas y pese a la pérdida de parte del paramento este y de las torres sureste y suroeste, que la planta completa de esta fortificación habría tenido un perímetro prácticamente rectangular de 26,30 metros en dirección norte-sur, y de 21metros de este a oeste.

También se determinó que en cada uno de sus extremos debieron ser edificadas torres defensivas flanqueando el recinto amurallado, si bien, de las cuatro que debieron existir sólo se documentaron los vestigios de dos de ellas: la torre noroeste, que conservaba buena parte de su cimentación, así como una pequeña muestra de su desarrollo aéreo, con unas medidas al exterior de 4 por 6,20 metros, frente a los 3,60 por 3 metros del interior.

Según prosigue la arqueóloga "algo más complicado" resultó la identificación de la torre noreste debido a su mal estado de conservación, así como a la práctica destrucción de su cimentación, a pesar de lo cual  las evidencias materiales aún apreciables en el momento de la intervención "permitieron comprobar que sus características tipológicas eran totalmente distintas a la anterior", siendo su cimentación de planta poligonal acabada en chaflán, así como imposible determinar su altura debido a su grado de destrucción. También se apuntó la posibilidad de que no mantuviera necesariamente la morfología de su zapata, pudiéndose tratar de una torre cuadrada o incluso circular.

Actual estado de las obras en la fortaleza palerma

De las otras dos torres que debieron flanquear el recinto amurallado nada se pudo constatar en el momento de la excavación, pese a lo cual se planteó que ambas debieron presentar una morfología similar a la noroeste.

Sobre los contenidos del interior del recinto amurallado "es poco lo que se pudo dar a conocer" al encontrarse las estructuras prácticamente arrasadas hasta su nivel de cimentación, aunque en general y "con un cierto grado de indefinición en algunos casos", se pudieron determinar distintas dependencias en torno a un patio central o de armas libre de edificaciones.

En resumen, concluye la arqueóloga, esta intervención supuso "la recuperación de parte del legado histórico y monumental de esta fortaleza, la cual pedía a gritos un proyecto de restauración que no llegaría hasta el año 2014, cuando se decidió iniciar un nueva intervención arqueológica con un doble objetivo; por un lado aportar la información necesaria para el proceso de restauración; y por otro, afrontar, bajo una nueva óptica metodológica, tanto dialécticas antiguas sobre su fundación y desarrollo, como nuevas cuestiones funcionales".

Los distintos estudios realizados y los resultados de las intervenciones arqueológicas, han permitido finalmente avanzar hasta el punto de concretar con mayor precisión la existencia de varias fases en la construcción del castillo de Palos: una primera fundacional (siglo XIII) con la existencia inicial de una torre cuadrangular y una cerca muraria adosada a ella; una segunda fase de reformas durante su periodo ocupacional (XIV), en la que se habrían añadido las torres noroeste, suroeste y sureste, por lo que la estructura primigenia ya habría adquirido la categoría y fisonomía de un castillo; una tercera de en ennoblecimiento del edificio (mediados del siglo XV), la cual se relaciona con la reforma de la torre noreste y con la configuración interna que ha llegado hasta la actualidad; y una cuarta y última fase de uso residual y abandono del edificio (siglos XVII-XVIII).

Por su parte, el arquitecto coordinador de las actuales obras, Saúl Nieves García, ha precisado en relación a los trabajos de restauración del castillo, los cuales cuentan con un presupuesto de 420.353 euros, que la intervención se centra en la consolidación de tapiales, restauración de pavimentos y elevación de cerramientos para la completa puesta en valor del monumento, cuyos restos ocupan un área aproximada de unos 650,00 metros cuadrados en la parte superior del cabezo de San Jorge.

La intervención está coordinada con otro proyecto, el de consolidación de las laderas del cabezo,  por lo cual se han adoptado soluciones unitarias en materias como la accesibilidad de todo el ámbito de actuación, el sistema de drenaje e iluminación monumental y la regeneración paisajística del conjunto.

Otro momento de la visita a las obras

El presupuesto de este segundo proyecto asciende a 598.311 euros, siendo su objetivo general la consolidación morfológica de las laderas del cabezo frente a la erosión y posibles desprendimientos, con el fin de procurar la estabilización estructural de los restos arquitectónicos de todo el entorno del castillo -que ocupa un solar ligeramente triangular de 3.245,55 metros cuadrados-, especialmente su ladera sureste, muy degradada y visible desde la población. La intervención se conjuga, a su vez, con la regeneración paisajística de un "espacio palermo singular y degradado, impulsando la recuperación del patrimonio natural, turístico y cultural de Palos", concluye Nieves García.