Con claveles blancos, aplausos y algunas lágrimas recibieron los ciudadanos de Punta Umbría a cuarenta refugiados procedentes de Bosnia. En total llegaron hasta la provincia aquella tarde de 1992, veinticuatro niños y niñas y seis adultos. Todos ellos se alojaron durante seis meses en el albergue municipal y recibieron, además del alojamiento, asistencia médica y escolarización. 

La entonces consejera de Asuntos Sociales, Carmen Hermosín, ayudada por un intérprete, dio la bienvenida a los "nuevos vecinos" del que iba a ser el primero de muchos contingentes que llegarían durante los siguientes años hasta la provincia onubense. 

A mitad del discurso la interprete interrumpió a la consejera para preguntarle cuándo iban a cenar y dónde iban a dormir los recién llegados, poniéndo de manifiesto el importante cansancio de un grupo que había hecho un largo viaje hasta Madrid, primero, y hasta Punta Umbría en autocar después. 

Hermosín finalizó entonces su intervención asegurando que desde la Junta "harían todo lo posible para paliar las circunstancias de la guerra" asegurando que "deseamos que el conflicto acabe lo más rápidamente posible". 

Acabado el acto los niños y niñas bosnios recibieron muñecos de peluche de manos de un grupo de mujeres de la localidad, un regalo que agradecieron con sonrirsas.

Solo en los dos últimos meses de 1992, llegaron hasta España un total de 1.500 personas de las cuales 300 se alojaron en Andalucía. Con la extensión del conflicto, el número no dejó de crecer, y muchos de ellos incluso se vieron obligados a quedarse en nuestro país de forma permanente al lograr encontrar un empleo y regularizar su situación.