Niebla y las fiestas de San Walabonso
El Ayuntamiento y la Diputación han editado un facsímil de la concesión de la celebración en honor al patrón iliplense l La existencia del Santo en tierras onubenses se remonta al siglo IX
POCAS poblaciones han aportado tanto a la historia provincial como Niebla. La importancia que alcanzaron su concejo, hoy diríamos Ayuntamiento, y vecinos durante la Edad Media la han situado en la cumbre del acontecer onubense, destacando por encima de todo su etapa musulmana y su entrada dentro del señorío. Sin embargo, también hay otras épocas, donde se han centrado menos los investigadores, pero no por ello son menos interesantes, que en algún momento nos darán muchos frutos.
Este es el caso del siglo XVII donde la palabra crisis siempre ha escondido acontecimientos dignos de relatar, pero totalmente ocultos por las consideraciones generales. Como aquel 24 de abril de 1624 cuando se toma una decisión en el concejo que va a tener grandes consecuencias para su identidad, no es otra que la instauración de la fiesta del patrón San Walabonso, en estrecha relación con la celebración también religiosa del Corpus Cristi.
Tan distinguido tesoro se esconde dentro de un libro de Actas que se guarda en el magnífico archivo municipal, de carácter provincial, pues el núcleo de Niebla fue cabeza del Condado de su mismo nombre.
¿Conocen las Actas Capitulares de Niebla en época moderna? Si no es así, es una pena porque son tan excepcionales y monumentales como las mismas murallas o la Iglesia Mayor de Santa María de la Granada. Si en el exterior se nos muestran con esa apariencia tan singular, que da el pergamino o pellejo curtido de animales, en su interior se aprietan cientos de documentos escritos en cortesana y procesal en el mejor papel que ha existido, el de algodón. Además, el formato de esta documentación es sencillamente espectacular, sin parangón en ninguno de los Archivos municipales onubenses. Finalmente, la letra forjada con tintas para la permanencia, no como hoy en día que escribimos para que dentro de unos años no nos lea nadie.
¿Saben quién fue Walabonso? Seguro que si no son de Niebla, lo más posible es que no.
Durante el siglo IX convivían en Niebla las religiones musulmanas, cristiana y judía, claro que siempre bajo el dominio de la primera, que no era muy tolerante con las demás. La prohibición de matrimonios mixtos llevó a los padres de Walabonso, un cristiano y una musulmana, a emigrar al reino de Córdoba. Fue allí donde abrazó el credo cristiano y defendió acaloradamente que los mismos méritos había contraído Mahoma que Jesucristo, por lo que fue condenado a muerte en el año 850, convirtiéndose en mártir.
El Ayuntamiento de Niebla consciente de la levedad de los acontecimientos y de la facilidad que tiene el tiempo para deshacer lo andado, se ha propuesto recuperar esta tradición. Pero ese tipo de cosas se deben de hacer a lo grande, ni más ni menos que el acto se celebró en el salón de plenos, donde se ha escrito mucha historia y decidido aquellas cuestiones fundamentales para la vida de los vecinos. La respuesta de éstos fue acorde también, la sala totalmente llena para ver el acta capitular y conocer los hechos, los cuales forman parte ya de la leyenda. Para completar el círculo se presentó una edición facsímil de la concesión de la citada fiesta en honor al patrón, editada por la Diputación Provincial de Huelva y el Ayuntamiento. Raquel Zapata Santos ha sido la encargada de coordinar el trabajo.
Caía ya la noche sobre Niebla cuando salíamos por la puerta del Socorro, íbamos pensando en lo bonito que eran los hechos narrados y no pudimos evitar sentirnos como aquellos iliplense de hace casi cuatro siglos, pues hoy como ayer seis docenas de cohetes llenaban de ruido y chiribitas el cielo de la ciudad eterna, en el corazón mismo del Condado onubense.
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