Toros

Nerva, la última cruzada taurina

  • El coso sorteó distintos avatares para poder mantener en pie sus 135 años de vida.

  • La peña taurina Sanchiño gestiona la plaza por acuerdo plenario desde 2023.

La plaza de toros de Nerva nació al albur de la desaparición de otro coso: Riotinto. Aquella gigante estructura de más de diez mil localidades se la llevó por delante apenas dos años después de su inauguración la demolición que los responsables de la compañía minera aplicaron en busca de espacio donde construir alojamientos.Un coso peculiar que a punto estuvo de repetir la historia con esta plaza que se había convertido en la heredera de sus aficionados y costumbres.A punto de ser demolida cuando el año 2000 comenzaba a despuntar la plaza de toros de Nerva había comenzado un par de años antes a ser objeto de especulación. Abandonada a su suerte por los anteriores propietarios, el ayuntamiento se convierte en propietario de la misma cuando allá por marzo de 1998 ultima con sus legítimos dueños la compra por cinco millones de pesetas y su paso a patrimonio municipal.

Nerva en ruinas (3) Nerva en ruinas (3)

Nerva en ruinas (3) / Gilberto Hernández (Huelva)

  

Nerva en ruinas (4) Nerva en ruinas (4)

Nerva en ruinas (4) / Gilberto Hernández (Huelva)

Al fin parecía que el vetusto coso, acorralado por un imponente herbazal sobre sus gradas y ruedo comenzaría a resplandecer de nuevo.Nada más lejos de esa realidad porque en sucesivos años el coso taurino pasaría su tiempo entre devaneos políticos y opinión social.En abril de 1998 se habla desde el ayuntamiento de remodelación del recinto. Ciento cuarenta millones de pesetas y dos años de obras la iban a dejar de dulce.Ya por entonces el coso nervense que ostentaba ser la de mayor capacidad -4.500 localidades - de todas exceptuando la de la capital se asomaba a reducir aforo.No mucho más allá de octubre de 1998 - han pasado sólo ocho meses desde la compra- el presupuesto de obra ha aumentado hasta los doscientos millones pero la corporación habla ya de demolerla. Al menos deja caer su intención de hacerlo porque nada se mueve en ese sentido.En marzo de 1999, un año después de su compra 1.200 firmas y la oposición que Partido Popular y GINER ejercen en el ayuntamiento parecen parar los planes municipales de un nuevo coso taurino sobre el solar del anterior. Parece, digo porque el devenir de la centenaria plaza de toros depara que en mayo del año 2000 el pleno municipal, con el voto de la oposición en contra excluye del catálogo de bienes protegidos al coso taurino a pesar de que el GINER solicitase en ese pleno que la descatalogación fuese de grado dos en vez de grado uno a fin de posibilitar una futura rehabilitación .La cuestión es que esa acción municipal era el paso previo a la demolición no sólo del edificio sino de 110 años de historia taurina y social en una plaza de comarca como siempre fue Nerva.Nos vamos parando poco a poco en esas etapas en las que desde su paso a propiedad municipal atravesaba el coso. Un recorrido donde se visualizaba de forma positiva el futuro taurino de Nerva. Eso sí, desde dos posiciones distintas.De un lado el proyecto del equipo de gobierno de una plaza nueva dotada de infraestructuras que permitiesen ofrecer corridas de toros y con la premisa de adaptarse a la nueva reglamentación que sobre plazas de toros vendía la Junta de Andalucía. Visto lo visto con algunas plazas históricas como Zufre tras una ‘modernista’ restauración, lo mejor que le pudo pasar a Nerva es aquello de: virgencita, virgencita, que me quede como estaba.Del otro la contestación social de aficionados y oposición desde el que preservar ese legado taurino que desde el verano de 1888 vino cosechando entre anécdotas y personajes esta importante plaza de nuestra provincia. La de mayor aforo de todas exceptuando la de la capital.

El modelo francés

Finalmente el apoyo popular fue mitigando la decisión municipal y la piqueta jamás entró a rematar lo que sin embargo el tiempo si había robado a la infraestructura de la plaza. Diecisiete años después de aquella voluntad por derribar el viejo edificio, una escuela taller con la que dar oxígeno a la plaza, otra que no llego nunca a realizarse y una lucha constante y dura con la frontalidad que en distintos momentos pusieron en acción distintos departamentos de la Junta de Andalucía para otorgar permisos de espectáculos llegó esa reinauguración del coso nervense en agosto de 2017.Fuegos de artificio con Rivera Ordóñez y Fandi en un cartel donde entra para completarlo el francés Michelito. De aquella tarde nunca más se supo. Pero sí que fue la línea de salida por la que Nerva arranca de nuevo con una preciosa historia, corta pero intensa, sobre su centenaria estructura. Arranca el modelo francés. Ese, donde los aficionados, los que pagan, mandan y deciden.Es sin duda llamativo el itinerario histórico de la plaza; cómo se ha conseguido que no desapareciera y que hoy se levante erguida ante su historia con un modelo de gestión que no es nuevo pero tampoco usual por ese tipo de plazas donde una vez resuelta su participación en fechas patronales vuelven a lucir verdín y silencio de un año para otro.Desde el año 2021, un ayuntamiento socialista es capaz de visualizar un futuro estable para la plaza de toros y firma un convenio de cesión y gestión con aficionados nervenses que se ratifica en acuerdo plenario en este 2023. Una gestión que avalan un grupo de aficionados comprometidos en escribir otra parte brillante de la historia taurina de Nerva desde la peña Sanchino a quienes buscan, les premian y sin duda eso es justo. Algo se está haciendo bien. Han ido acicalando el escenario, tutelan que se cumpla en su integridad un contrato empresarial por cuatro años; pintan de blanco y albero el coso, adecuan el tendido, pasan horas y horas embelleciendo una plaza que ha vuelto a ser santo y seña dentro de un perímetro de plazas históricas como Zalamea, Santa Olalla del Cala, Valverde del Camino o esa joyita taurina que significa Aracena.La peña taurina Sanchino pone cara a esa actualidad bonita con la que Nerva no solo ha mantenido esos 135 años que en agosto cumplirá una plaza que ha sorteado un destino en forma de piqueta. Es posible que en ese tiempo que manda desde 1988 todas las posturas buscaran potenciar el toreo en Nerva. Triunfó sin duda la que además valoró esa riqueza histórica irrepetible. Ellos fueron los primeros cruzados en defender una plaza que hoy respira belleza desde su albero.Pero no sólo eso. Los toros han vuelto a llevarnos de nuevo a Nerva a muchos de nosotros. Se ha generado riqueza económica, se revitaliza un enclave y los toros, desde luego, no digo lo único, han servido para encender focos de nuevo sobre esta Nerva minera. El trabajo, el creer en una idea ha devuelto la Fiesta a manos de los aficionados y desde luego la formula está dando frutos y debiera visualizarse como una línea de trabajo a favor de la Fiesta. Un ejemplo en el que mirar hacia la propia historia y valorar esa cruzada de taurinos que le ha devuelto historia y futuro a Nerva, una plaza que luce solera.Ojalá esa misma luz que luce Nerva la pueda ver pronto Ayamonte, callada y condenada miserablemente al silencio como plaza de toros.

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