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'Navega con Álvaro', "la mejor sesión de quimioterapia sin efectos secundarios"

Fernando Jiménez enseña a manejar el timón al pequeño onubense Martín Carrasco

Fernando Jiménez enseña a manejar el timón al pequeño onubense Martín Carrasco / Jordi Landero (Punta Umbría)

En la primera jornada del presente verano que se desarrolló en aguas de Punta Umbría el pasado sábado la actividad solidaria 'Navega con Álvaro', participaron dos embarcaciones: 'Álvaro' y 'Victoria', dos veleros tipo crucero de entre 10 y 13 metros de eslora; y siete menores con enfermedades crónicas complicadas u oncológicas en distintas fases. A medida que avance el verano, irán aumentando tanto el número de barcos como el de niños, hasta llegar a cinco veleros y más de una veintena de menores.

El objetivo no es otro que hacer que los pequeños, de entre tres y veinte años de edad, desconecten de la dura y complicada realidad que les ha tocado vivir durante los periodos de tratamiento contra la enfermedad, las operaciones, y las largas estancias en la habitación de un hospital.

El promotor y coordinador de la iniciativa es el empresario cordobés Fernando Jiménez, que a su vez es el patrón de una de las embarcaciones, 'Álvaro', que lleva el nombre del hijo, en su honor, tras el fallecimiento de éste en 2017 a causa de una leucemia.

En declaraciones a Huelva Información justo antes de zarpar desde la marina del Real Club Marítimo y Tenis de Punta Umbría para dar inicio a la actividad, Jiménez señaló que la idea se le ocurrió en la planta de Hematología del Hospital Reina Sofía de Córdoba en 2016, donde se estaba tratando a su hijo Álvaro por dicha enfermedad, que le fue diagnosticada con 24 años de edad. "Allí nos tirábamos semanas enteras, y hasta meses, con mi hijo ingresado", relata.

Foto de familia de los menores con sus familias, y de los organizadores de la actividad, antes de zarpar en Punta Umbría Foto de familia de los menores con sus familias, y de los organizadores de la actividad, antes de zarpar en Punta Umbría

Foto de familia de los menores con sus familias, y de los organizadores de la actividad, antes de zarpar en Punta Umbría / Jordi Landero (Punta Umbría)

Fue entonces cuando se enteró que se hacía algo similar desde hacía 15 años en Santander (Cantabria), lo cual su promotor había importado a su vez de una iniciativa parecida en Francia. "Me gustó tanto -explica- que pensé que, cuando Álvaro saliese de la situación en que se encontraba, teniendo en cuenta que le encantaba el mar y la navegación como al resto de la familia, podríamos hacerlo aquí en Punta Umbría, donde tenemos un barco".

"Nunca se lo dije, me lo guardé convencido de que se iba a curar y de que, por tanto, iba a poder participar en la iniciativa. Pero finalmente Álvaro no lo superó y se nos fue en 2017, con 27 años", confiesa Jiménez, quien añade que "a pesar de ello, decidí seguir adelante por él, aunque sin él, y porque para mí sería una forma de que Álvaro navegase con nosotros".

Apenas cinco meses después de la pérdida de Álvaro, Fernando Jiménez puso en marcha por primera vez la iniciativa. Fue en el verano de 2018. Tras el éxito cosechado, se repitió en 2019, hubo que cortar por la pandemia entre 2020 y 2022, y finalmente se ha retomado esta pasada semana, dándose por iniciada la tercera edición. La actividad se desarrolla este verano dos sábados al mes durante junio, julio y septiembre.

Los niños que participan proceden de las unidades de Oncología Infantil de los hospitales Juan Ramón Jiménez de Huelva, Virgen del Rocío de Sevilla y Reina Sofía de Córdoba. También tienen cabida menores con enfermedades crónicas complicadas.

Blanca (d), fue diagnosticada de leucemia y su hermana melliza Elena (i) fue su donante de médula Blanca (d), fue diagnosticada de leucemia y su hermana melliza Elena (i) fue su donante de médula

Blanca (d), fue diagnosticada de leucemia y su hermana melliza Elena (i) fue su donante de médula / Jordi Landero (Punta Umbría)

Todos los que participan en la organización de la iniciativa lo hacen de forma totalmente altruista. "Aquí no cobra nadie", enfatiza Jiménez: ni los patrones, que ponen sus barcos a disposición del proyecto; ni los monitores, enfermeros o médicos que acompañan a los menores en cada embarcación.

Y es que, según añade, "es tan bonita la causa, que a todo el que se lo cuento me presta ayuda sin dudarlo, como es también el caso del Real Club Marítimo y Tenis de Punta Umbría, el de los médicos de las unidades de Oncología Infantil de los tres hospitales que participan o el de los medios de comunicación. Todos empujamos en la misma dirección y el proyecto sale prácticamente solo", señala.

Para Fernando Jiménez la actividad aporta a los menores "fundamentalmente olvidarse durante un día de lo que han pasado o por lo que están pasando debido a su enfermedad". Y es que, según precisa, se trata de menores que, o están recién operados, o con las últimas sesiones de quimioterapia, o ya en fase de revisión. Por otra parte, según prosigue, lo que más le manifiestan las familias de los chicos es "una enorme alegría y gratitud, muchos abrazos y muchísimo cariño".

Una de las madres de algunos de los pequeños que participaron el pasado sábado en 'Navega con Álvaro' es Isabel Pérez, de Carmona (Sevilla). Tiene dos hijas mellizas, Blanca y Elena, de 12 años de edad, y a la primera de ellas le fue diagnosticada en abril de 2022 una leucemia. Tras muchas semanas de hospital y tratamientos, en el mes de septiembre de ese mismo año Blanca fue finalmente sometida a un trasplante de médula, de la que su hermana Elena fue la donante. Blanca está actualmente en fase de revisión y, según su madre, "en la última nos dijeron que estaba completamente limpia de la enfermedad".

Los pequeños Martín y Elena saludan desde la proa de la embarcación acompañados por un enfermero y un monitor de la actividad Los pequeños Martín y Elena saludan desde la proa de la embarcación acompañados por un enfermero y un monitor de la actividad

Los pequeños Martín y Elena saludan desde la proa de la embarcación acompañados por un enfermero y un monitor de la actividad / Jordi Landero (Punta Umbría)

Isabel Pérez, que no encuentra palabras para agradecer la labor de Fernando Jiménez, ha indicado a Huelva Información que "es una oportunidad que se nos presentó y que no podíamos desaprovechar, sobre todo porque ellas -Blanca y Elena- se merecen disfrutar al máximo y desconectar del hospital, donde Blanca ha estado mucho tiempo, y del sufrimiento que desde casa ha padecido también Elena".

"A ellas les gusta todo -añade- y por eso los días previos han estado muy ilusionadas, nerviosas de alegría y deseando que llegase el momento de navegar. Además de por la actividad en sí, también por la posibilidad de conocer y relacionarse con otros niños y niñas, de aprender cosas nuevas y de vivir experiencias diferentes".

Por su parte Lorena Márquez, de Huelva, es madre de un niño de siete años, Martín Carrasco, al que le diagnosticaron un tumor renal del que ha sido tratado y operado para extirparle un riñón, pero que derivó en metástasis en los pulmones, cuyo tratamiento con quimioterapia concluyó el miércoles de la pasada semana, estando actualmente pendientes de los resultados.

Según Lorena, "hemos decidido que el niño participe porque es muy activo e inquieto, y le gustan mucho los deportes, por lo que pensamos que le podría venir muy bien para desconectar un poco de todo lo que lleva pasado por la enfermedad". "Estamos convencidos de que lo está disfrutando ya que para él esto es una aventura y una forma de desconectar, de evadirse, de pasarlo bien y de conocer a otros niños y niñas que han pasado o están pasando por lo mismo que él", concluye esta madre onubense.

El chapuzón en alta mar es una de las actividades que más gusta a los pequeños El chapuzón en alta mar es una de las actividades que más gusta a los pequeños

El chapuzón en alta mar es una de las actividades que más gusta a los pequeños / Jordi Landero (Punta Umbría)

Diversión, aprendizaje, nuevas experiencias y aventura

Durante la actividad lo primero que hacen es salir a mar abierto a navegar: "nos separamos un poco de la costa para que tengan la sensación de estar en alta mar", relata Jiménez, quien explica que, cuando el tiempo y las condiciones lo permiten, se dan un "chapuzón" del que disfrutan muchísimo "dada la sensación que les produce bañarse rodeados de agua.

Además, durante la navegación, a los que así lo desean, "les damos participación y cierta implicación en el manejo del barco, por ejemplo con el el timón… Por el contrario, otros prefieren simplemente pasear y dejarse llevar".

El pequeño onubense Martín Carrasco disfruta manejando el timón de la embarcación El pequeño onubense Martín Carrasco disfruta manejando el timón de la embarcación

El pequeño onubense Martín Carrasco disfruta manejando el timón de la embarcación / Jordi Landero (Punta Umbría)

Después se adentran en la ría de Punta Umbría hasta llegar al Paraje Natural Marismas del Odiel, donde se busca un punto de fondeo para almorzar, descansar un rato y realizar alguna actividad como paddle surf. Ya sobre las cinco de la tarde regresan a puerto, donde se reencuentran con sus padres, que no navegan, y a los que por tanto la actividad les sirve, según Jiménez, "para evadirse un poco durante unas horas de todo lo que han pasado o están pasando". Una vez en tierra, se van todos juntos a tomar un helado a Punta Umbría, donde se cuentan las anécdotas de la jornada a modo de despedida.

Son muchas las satisfacciones que, quienes hacen posible este proyecto, reciben a cambio de hacer más felices a estas niñas y niños. Pero de todo, su impulsor, Fernando Jiménez, se queda con el caso de la madre de una niña "bastante fastidiada". "No quería salir de casa, estaba sumida en una enorme depresión y, cuando se le presentó la oportunidad de participar, no se lo pensó y se lo pasó fenomenal". Tras la jornada de navegación dicha madre se lo agradeció con estas palabras: "Muchas gracias por esta sesión de quimioterapia sin efectos secundarios".

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