El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó en su reunión menor de ayer declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el Monumento a los Descubridores ubicado en el entorno del Convento de Santa María de la Rábida, en Palos de la Frontera.

El monumento vive una lenta e imparable agonía desde finales de 1999 cuando se pudo constatar su alarmante deterioro ante la caída de placas. Ahora, nueve años más tarde aún se está pendiente de la actuación definitiva que lo restaure y consolide su estructura.

En septiembre de 2002 se firmó un acuerdo por el que la Consejería de Cultura, la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de Palos se comprometían a su restauración. El convenio se valoró en 185.000 euros y una duración de la obra de cuatro meses. Poco después, el deterioro continuó. Y al necesitarse una estructura especial de andamios vuelve a paralizarse la actuación. No es hasta julio de 2004 cuando el equipo del arquitecto Pedro Rodríguez accede al monumento y descubre que el deterioro es mucho mayor.

En octubre de 2006, la Consejería de Cultura confirmó que gran parte de la estructura resulta irrecuperable dado su gran deterioro. La noticia obligó a desmontarlo.

El informe de Rodríguez resultó demoledor: se precisa una columna con una base de 9,69 metros y una altura de 47,89. La piedra se desgranaba por el empuje del óxido de los elementos metálicos que componen su estructura interna. Para colmo hubo tongo en su construcción para el celebrar el IV Centenario del Descubrimiento de América. El informe constató que la estructura no era de piedra maciza sino de láminas de piedra caliza entorno a una estructura metálica y de hormigón.

Ante este panorama, Rodríguez anunció que la restauración consistiría en el desmontaje de la columna, llevando las piedras calizas a un taller para su restauración mientras que se procede a construir una nueva estructura.

Para Cultura el coste llegaría a los 800.000 euros con el objetivo de recuperarlo en el menor tiempo posible. Sin embargo, no se ha iniciado la restauración propuesta.

El monumento se inauguró el 12 de octubre de 1892 sin terminar. Lo diseñó Velázquez Bosco en 1891 con esculturas talladas por Mélida.

En 1948 tuvo que ser restaurado por Feduchi que acopla bajorrelieves de Echegoyán y pierde la bola del mundo. Luego en 1967 se vuelve a restaurrar a cargo del Instituto de Cultura Hispánica. Ahora parece que llega la tercera restauración.