Moguer no logra un acuerdo con los dueños para dotar a Fuentepiña de uso cultural
Ninguna de las fórmulas -cesión, alquiler, compra o convenio de colaboración- abordadas en la negociación fructifican La finca ya es BIC y debería abrir sus puertas y recibir visitas





Cuatro años de negociaciones baldías. El Ayuntamiento de Moguer no ha alcanzado un acuerdo con la propietaria para dotar a Fuentepiña de uso cultural. Ninguna de las cuatro fórmulas puestas sobre la mesa desde el Consistorio -compra, alquiler, cesión o convenio de colaboración- han fructificado, lo que se traduce en una estampa más que conocida: la de la casa de verano de Juan Ramón Jiménez abandonada, deteriorada, sucia y con la puerta tapiada para impedir que los okupas regresen a un espacio de gran valor en la obra del Nobel moguereño.
Según aseguraron desde el Consistorio, la negociación con la propietaria no se ha roto y, de hecho, el interés de la Administración local sigue siendo llegar a un acuerdo hallando una fórmula viable. Ese ha sido el empeño, desde el inicio de su mandato, del socialista Gustavo Cuéllar, que finalmente cerrará sus cuatro años al frente del Ayuntamiento sin haber logrado su objetivo.
Tiempo ha dado durante este periodo a que la finca recupere la protección patrimonial como BIC declarada en 2004 y perdida posteriormente, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dio la razón a sus propietarios, que la recurrieron ante la indefinición de las fincas a las que afectaba la declaración y al entender que la Administración autonómica no les notificó en tiempo y forma tal declaración.
Poco después, la Junta recurrió ante el Tribunal Supremo (TS) al considerar que no habría que notificar la declaración, sino que bastaría con publicarla en el BOE. Sin embargo, a finales de 2010, los juzgados volvieron a dar la razón a los propietarios.
Fue el 20 de enero cuando la Junta inscribió en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Sitio Histórico, los lugares vinculados a la vida y la obra de Juan Ramón Jiménez en Moguer. Una declaración que incluye al paraje y casa de Fuentepiña, la casa natal del poeta, el inmueble de la calle Aceña número 5, el cementerio parroquial donde se ubica el panteón con sus restos y los de su esposa, Zenobia Camprubí, y la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón, así como los bienes muebles y fondos bibliográficos que se conservan en ella.
Al ser el "huerto de la piña" (como a veces se refería el Nobel a este espacio) un BIC, la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía estipula que debe abrir sus puertas aun siendo una propiedad privada: "Se permitirá la visita pública gratuita, al menos cuatro días al mes, en días y horas previamente señalados, constando esta información de manera accesible y pública a los ciudadanos en lugar adecuado del Bien de Interés Cultural".
Para que esto ocurra, la casa debe ser antes restaurada y posteriormente mantenida, extremos a los que se comprometió el Ayuntamiento si la negociación con la propietaria salía adelante. Según la ley, los propietarios del bien son quienes deben "conservarlos, mantenerlos y custodiarlos de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores" y, en el caso de que esto no se cumpla (así sucede en este caso), la Consejería competente en materia de patrimonio histórico puede ordenar a los propietarios del bien inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico "la ejecución de obras o la adopción de las actuaciones necesarias para su conservación, mantenimiento y custodia".
Si esto último no ocurriera, la normativa deja claro que la Consejería competente podrá imponer multas coercitivas cada mes en que se mantenga la situación de desobediencia, por importe máximo cada una del 10% del coste de las obras o actuaciones impuestas, o bien proceder a la ejecución subsidiaria de las mismas con cargo al obligado a su realización. En último lugar, podrá proceder a la expropiación total o parcial del bien "por causa de interés social".
Desde la Delegación de Cultura siempre han mantenido que quien debe conservar y mantener el espacio es el propietario, que realizará las actuaciones y reformas necesarias bajo autorización del Ayuntamiento de Moguer como responsable urbanístico de la propiedad aunque esas modificaciones deberán ir también a la Comisión Provincial de Patrimonio. De forma regular, desde la delegación se han realizado visitas a la finca y se han remitido escritos a la propietaria para que adopte las medidas que atajen la situación que atraviesa la casa de campo. Sin embargo, la casa sigue abandonada y cada día más deteriorada.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por aljaraque