Miguel Andrade Iglesias, bodeguero bollullero
Gente de aquí y allá
Forma la quinta generación de una familia que se dedica al vino desde el año 1885, al menos que se tenga constancia por algunas facturas que se han encontrado

De amplia y antigua tradición bodeguera es la familia de Miguel, natural de Bollullos, aunque con antecedentes gallegos, ya que los Andrade proceden del pueblo de Puentedeume. Fernando Pérez de Andrade levantó una serie de fortalezas, siendo la más importante la de Nogueirosa; y muchas obras civiles, como el gran puente, de más de cincuenta arcos y con una capilla en medio y un hospital para peregrinos. Por eso, cuando Miguel fue a visitar aquellas tierras, sintió una gran admiración y bautizó a uno de sus vinos, producidos en Bollullos, con el nombre de Castillo de Andrade. Y no quedan ahí sus antecedentes históricos. Pero para no cansar, hablaré de ellos más tarde.
El tío de Miguel, Antonio Iglesias, también dedicado al negocio de los vinos, era muy amigo de mi amado y augusto padre. Recuerdo cuando su sobrino se presentó en mi casa para traerle a mi padre unos vinos que, dicho sea de paso, me los bebí yo, porque mi padre era poco aficionado. Aquellos vinos eran exquisitos y recuerdo sus nombres: “Jubiloso”, “Papa Cheche”, “Rica Hembra” y otros. Y así fue como Miguel y yo hicimos amistad hablando de los ricos caldos del Condado. Desde entonces tengo especial predilección por el fino o pálido “Palmarejo”, que aún después de haber pasado más de 50 años sigo comprando y tomando una copa en las comidas. Este vino es de las Bodegas Andrade, regentadas por mi buen amigo Miguel Andrade.
Hicimos la “mili” juntos y, por qué no decirlo, fuimos soldados predilectos de mi padre, que por aquel entonces era el teniente coronel mayor del regimiento de infantería Granada 34 de Huelva. El padre de Miguel se dedicaba a fabricar vinos con las uvas propias de la zona, llamadas “Listan”, “Zalema”, “Palomino” o “Garrido fino”, pero no dejaban de ser vinos corrientes que se vendían por garrafas. Sin embargo, su hijo, al terminar el servicio militar, quiso hacer mejores vinos y por eso se fue a Madrid a estudiar Enología. Luego viajó a Alemania para conocer los famosos y ricos vinos del Rin y seguir aprendiendo.
Gracias a su mujer, que es farmacéutica y siempre le acompañó en su amor por los vinos, combatieron para que la grave enfermedad de la uva zalema, la “filoxera”, que tanto daño hizo, no les afectara. Y poco a poco fueron consiguiendo unos vinos de mucha calidad. Así, además de los ya nombrados, crearon “Murallas de Niebla” (tintos y blancos), Viña Odiel (vinos jóvenes y afrutados), siendo los primeros de Andalucía. Además, hacen un exquisito vermut llamado Rosario que hace las delicias de los aficionados a esta exquisita bebida.
Al contrario que en otros pueblos de la provincia con tradición de buenos vinos pero que ya casi no tienen bodegas, en Bollullos aún existen muchas y buenas como son las Bodegas Sauci, con su famoso y buen vino “Espina Pura”; las Bodegas Raposo, con un gran vino fino “La Nuez”; los caldos exquisitos de la Cooperativa; las Bodegas Oliveros, que también hacen un gran vermut; o las Bodegas del Convento de la Morañina, que tienen vinos de todo tipo, a cual mejor. Y otras que ahora no recuerdo.
Miguel tiene cuatro hermanas y él es el único varón de la familia, pero su hija Lupe, que ya trabaja en la bodega, es la quinta generación de la familia que se dedica a este menester desde el año 1885, al menos que se tenga constancia por algunas facturas que se han encontrado.
Decía al principio que había algunos antecedentes históricos familiares que dejaba para más adelante. Pues bien, se trata de lo siguiente. En los Pinos de Valverde existe un lugar mágico donde estuvo enterrada una jovencita inglesa que falleció. Este lugar es conocido como “la tumba de la inglesita”. Allí tradicionalmente se han reunido personas aficionadas a la poesía para recitar sus propios poemas. Incluso mis hermanos y yo organizamos en una ocasión un concurso de poesías allí mismo, en ese lugar emblemático, que por cierto ganó mi hermana Pilar con una hermosa composición que nos dejó a todos boquiabiertos.
La finca donde se encuentra la tumba de la jovencita Mariana Haffenden, en tiempos fue propiedad de la familia Andrade, ya que Matilde Zarza Haffenden se casó en Bollullos Par del Condado con un antepasado de nuestro buen amigo Miguel, su pariente Miguel Andrade Terriza, que tuvo cinco hijos y que fueron los pioneros de las bodegas que hoy, de manera tan exitosa, lleva Miguel Andrade Iglesias.
Querido amigo, que sepas que he estado encantado de escribirte esta breve reseña por tu buen hacer y por llevar el nombre de Bollullos y de Huelva y de sus buenos vinos por bandera.
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