Legendarios futbolistas se han venido a vivir a este paraíso. Recuerdo por ejemplo a Luis del Sol, jugador del Real Madrid y del Betis y entrenador del Recreativo de Huelva; Luis Aragonés, jugador del Recre y del Atlético de Madrid y seleccionador nacional de España, con la que fue campeón de la Eurocopa de 2008; Maguregui, jugador del Athletic de Bilbao y de la Selección Española; y muchos más. Y eso sin contar a los muchísimos jugadores del Recre que también se han venido a vivir aquí para no alargar la lista. Pero ahora a quien vemos todos los días paseando por nuestro pueblo en compañía de su esposa es a Chinchón, que durante 12 años defendió los colores del Racing de Santander en Tercera, Segunda y Primera División, además de sus primeros años defendiendo los colores del Decano.

Manolo nació en Huelva en 1944 en el barrio del Matadero, barrio de futbolistas y toreros como Antonio Borrero “Chamaco” y el célebre jugador del Recre 'Joselín', que era genial y famoso por sus penaltis, con los que engañaba a todos los porteros. También era del barrio el legendario portero del Recreativo y del Valladolid Zumalabe o el buen torero y amigo Antonio Batalla. Se sacrificaba y entrenaba a las 7 de la mañana porque a las 9 empezaba a trabajar en la Imprenta Rábida y a medio día volvía a los entrenamientos.

Empezó jugando los campeonatos infantiles en el campo de “la pista”, jugando en un equipo llamado “Vespa”. Otros equipos eran el llamado Belchite, Otro era Las Metas, y aquí hago un pequeño recordatorio a una persona que hizo mucho por el fútbol modesto de Huelva, el célebre 'Pipió', que tenía una frase siempre en sus labios: “Tos palante y tos patrás”. Chinchón pasó del Vespa al Veracruz, otro equipo señero que lo lideraba otro gran hombre de Huelva, Manolo Sánchez, “el de la industria onubense”, un caballero de los pies a la cabeza que tanto hizo por el deporte en general y por la juventud. Chinchón me contaba que los domingos, antes de jugar, iban a misa en la Iglesia de la Concepción y luego todos eran invitados a desayunar al bar Astoria.

Posteriormente pasó a jugar en el Atlético de Huelva, con el que ascendió a Tercera y luego pasó a llamarse Atlético Onubense, equipo que nos llegó a enamorar por el buen fútbol que hacía. Tan bien jugaban que algunos fueron seleccionados para ir a Sevilla con el primer equipo. Y ahí, en el Estadio Sánchez Pizjuán, le ocurrió un percance, ya que se rompió la tibia y el peroné. Y cuando se recuperó, se tuvo que ir a hacer al Servicio Militar, con lo cual perdió dos temporadas. Tras acabar la mili, reapareció jugando contra el Mestalla, al que ganaron por 5 a 1.

Un delantero centro que jugó con él, Sampedro, fue fichado por el Racing de Santander y habló allí de las cualidades de Chinchón, al que llamaron y ficharon. Sampedro era un goleador que jugó en varios equipos de élite, entre ellos el Barcelona, con el que fue campeón de liga. Y ahora empieza la leyenda del futbolista Chinchón, que jugó 12 años en el equipo cántabro y se ganó el cariño de toda la ciudad por ser un jugador de gran corazón que lo daba todo por el equipo. Jugaba hasta con molestias y le infiltraban antes del partido para que pudiese aguantarlo entero y nunca daba un balón por perdido.

El nombre de Chinchón en Santander es sinónimo de honradez. Tengo un amigo santanderino que me dice que todo el mundo lo recuerda y lo quiere y en el Estadio del Sardinero hay un mosaico con su foto y toda su trayectoria.

Una vez retirado del fútbol y, tras recibir numerosos homenajes, se vino a Huelva y montó un bazar en la calle Isla Cristina al que llamó Comercial Chinchón y al que yo acudía cada vez que tenía que hacer un regalo, ya que tenía muchas novedades poco vistas. Además, la honradez y lealtad que tenía como futbolista la seguía teniendo como comerciante. Y eso también hizo que se ganase el cariño y aprecio de su clientela. Manolo sigue todos lo domingos la trayectoria tanto del Recre como del Racing, ya que tiene sintonizada Radio Cantabria y lee todos los días el Diario Montañés.

Y para terminar esta breve semblanza de este gran hombre, decir que en Punta Umbría tiene muchos y muy buenos amigos porque lo quiere todo el mundo.