Ha fallecido Manuel Ruiz Bando, primer alcalde de la democracia en Beas
Hace treinta y cinco años, el domingo 25 de marzo de 1979, se enfrentaron en el estadio Municipal Colombino, el Real Club Recreativo de Eusebio Ríos y el Real Madrid de Luis Molowny. Aquella temporada de 1978-79 era histórica para el conjunto onubense que, por vez primera participaba en la máxima categoría de la Liga. Muchos beasinos acudieron a Huelva para ver ese encuentro. Durante el camino, así como en el posterior retorno al pueblo, comentarían entre ellos el resultado de aquel encuentro. Pero, además de este apasionado tema de conversación, existió otro tan entusiasta como aquel, cual era la proximidad, a diez días vistos, de la celebración de las primeras elecciones municipales de carácter democrático. Por tanto junto a nombres como los de Isabelo, Lapi, Stielike o Zambrano, también surgieron otros en las conversaciones entre los beasinos, como los de Manolo Ruiz, Manolo Muniz, Manuel Ramírez, Joaquín Mora o Jacinto Paredes, por citar solo algunos de los integrantes de las distintas listas electorales.
Aquellas elecciones estaban llamadas a ser un importante acontecimiento, una gran fiesta de participación e ilusión. Había pasado casi medio siglo de la celebración de unas elecciones municipales democráticas. Por vez primera en muchas décadas los beasinos iban a poder elegir de modo directo a quienes iban a dirigir los destinos del municipio. No era, por tanto, de extrañar el entusiasmo y la pasión en las conversaciones.
La participación electoral aquel 3 de abril de 1979 fue muy destacada, tres de cada cuatro electores se acercaron a depositar su voto en las urnas. El Partido Socialista Obrero Español, encabezado por Manuel Ruiz Bando, Manolo Cortegana, como era conocido en Beas, fue el más votado, logrando 7 de los 11 concejales que debían integrar la corporación municipal. La Unión de Centro Democrático obtuvo las otras cuatro actas de concejales en juego. El Partido Comunista de España también presentó candidatura, pero no logró ningún concejal en la nueva corporación municipal.
Por tanto, Manuel Ruiz, se va a convertir en el primer alcalde de la nueva etapa democrática que ahora se iniciaba. Él apostó, como otros beasinos y españoles de aquellos años, por la vía democrática para sacar a España, y a su pueblo, de su letargo histórico. Comprendió que el voto de las urnas, es el veredicto de los ciudadanos, el que coloca al político en el lugar justo. Y para ganarse el voto de los vecinos primero hay que transmitirles respeto y confianza, y eso se consigue sabiéndose situar en el lugar del otro, sabiendo escuchar más que hablar. Manuel entendía que en política democrática no vale desacreditar al contrincante, atropellarlo para nuestro propio objetivo, porque con ello se resienten los pilares de la convivencia. También sabía que es necesario contar con el adversario político, que hay que encontrar el consenso, y tratar de gobernar para todos, para aquellos que depositaron en uno la confianza al votar en una urna, pero también para aquellos que optaron por otras opciones políticas tan legítimas como la propia.
Quizás por todo ello ha sido el único alcalde de Beas, que después de estos 35 años de ayuntamientos democráticos, ha logrado sumar apoyos en cada reelección a la que se fue presentando. Además, cuando dejó de concurrir como cabeza de lista a las elecciones municipales, en el año 1991, le dejó a su heredero político la mayor herencia electoral posible, el respaldo de casi el 80% de los beasinos y beasinas, el que ha sido el mayor techo electoral en la historia democrática de Beas. Por todo esto, y además de por otros muchos valores, Manuel Ruiz fue nombrado Hijo Predilecto de Beas en el año 2010, siéndole entregada la Medalla de Oro de la ciudad.
Ahora, el día de sus exequias, el lunes 17 de marzo de 2014, el Ayuntamiento de Beas, al que tanto aportó y sumó, se ha olvidado de rendirle el más mínimo de los recuerdos posibles. Ni un solo gesto para recordar su memoria. Sus propios compañeros de partido político, que hoy gobiernan el municipio, no han sido capaces de rendirle un recuerdo en su despedida. Qué ingrato es, a veces, el mundo de la política. ¿Qué ha pasado para que en el funeral de Manuel Ruiz estén presentes dignatarios políticos de primer orden, como el ex presidente del Parlamento Andaluz, José Antonio Marín, amén de otros militantes socialistas y de otras fuerzas políticas, y no lo estén los gobernantes socialistas de Beas? Sus compañeros socialistas de hoy le despiden con la misma indiferencia que le recibieron cuando se le proclamó Hijo Predilecto de Beas. Entonces no estuvieron presentes en el acto de nombramiento y, hoy, tampoco lo están en su funeral.
Reflexionemos, parémonos a pesar, miremos hacia atrás con la vista bien amplia y limpia. Dejemos los grises de los tiempos presentes, para volver al color de la ilusión de 1979. Es este un triste episodio más de la triste vida política beasina de los últimos años: sinsabores, rencillas personales, odios, etc. y mucho más, hasta hacer de la vida pública actual una vendetta silenciosa, alejada de la gran fiesta popular que fue aquel 3 de abril de 1979.
También te puede interesar