Provincia

Liberad a la ballena varada

  • La cría fue encontrada con vida cerca del espigón Decenas de voluntarios intentaron devolverla, al mar hasta en cuatro ocasiones, aunque sin éxito

La amanecida dejaba al descubierto ayer un peculiar hallazgo en la barriada ayamontina de Punta del Moral. En torno a las 8:15, uno de los trabajadores de los servicios de limpieza de la localidad fronteriza, que se encontraba realizando su trabajo en el entorno del espigón, divisó un gran bulto sobre la arena: era una ballena.

El operario, José María Estévez Romero Tapi, se acercó a la orilla junto con otros dos vecinos de la zona y se percató de que el animal estaba vivo. Trataron de empujarlo hacia la ría Carreras, ya que a esa hora la marea era alta, pero no tenían fuerza suficiente. "El animal pegaba coletazos intentando volver al mar, pero por más esfuerzos que hicimos era imposible", afirmó Tapi a Huelva Información.

El trabajador municipal decidió entonces realizar un llamamiento a través de Facebook que rápidamente obtuvo sus frutos. A las 11:00 ya había en la zona casi 60 personas realizando las labores oportunas para mantener al cetáceo adecuadamente hidratado.

Tapi dio aviso a las autoridades. Personal del Ayuntamiento de Ayamonte, la Policía Local, Bomberos, Cruz Roja y la Guardia Civil se personaron en la zona para ayudar a los voluntarios. El Servicio de Emergencias 112 movilizó además a agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo, que no pudieron acceder a la playa por vía marítima debido al temporal y lo hicieron por tierra, según informó ayer el Consistorio ayamontino a través de un comunicado.

Los voluntarios se organizaron para realizar una cadena humana y trasladar cubos de agua desde la orilla hasta el lugar en el que había quedado varada la ballena, ya a varios metros de la orilla debido a la bajamar. Además, habilitaron un cerco alrededor de ella para hacer más fácil la tarea de rehidratación, primero con palas y luego con la ayuda de una excavadora.

Según detalló el operario de limpieza a este periódico, el animal mide unos siete metros de largo y pesa unas cuatro toneladas aproximadamente. El ejemplar es una cría de rorcual común, que suele vivir en aguas oceánicas y que se acerca a comer o curiosear a la plataforma continental, lo que le llevó a adentrarse en la desembocadura del Guadiana.

Como consta en la web de la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos, el rorcual común tiene una longitud media de 18 metros, por lo que se deduce que el ejemplar encontrado ayer en Punta del Moral es una cría. Tiene el dorso y los lados de color gris oscuro y la parte ventral blanca. Estos mamíferos tienen una sola cría cada dos o tres años, después de un periodo de gestación de entre 11 y 12 meses. Éstas, al nacer, miden unos seis metros, por lo que la hallada en tierras ayamontina debe ser muy joven.

El rorcual común se mueve en grupos pequeños o en solitario y se pueden concentrar en alguna zona por intereses alimenticios o reproductores. Es una de las ballenas más rápidas y puede alcanzar los 37 kilómetros por hora.

Por la tarde la historia parecía tener un final feliz. Los centenares de curiosos que se arremolinaban en torno a la ballena consiguieron empujarla al mar una vez la marea subió. El animal luchó contra las olas, pero enfermo, desorientado y muy débil, volvió una y otra vez a quedar varado en la orilla. Finalmente, a última hora de la noche, el ballenato murió.

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