Provincia

Lepe rememora la aparición de la Bella cinco siglos después

  • Con motivo de la llegada de la imagen de la Patrona tras permanencer un mes en Sevilla, miles de fieles se echan a la calle para recibirla y recordar su hallazgo

La leyenda sobre el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Bella se narra por primera vez en un escrito del año 1673 del fraile Fernando de San José, residente del Convento de San Francisco del Monte, situado en las cercanías de la Torre del Catalán.

Cuenta que el 15 de agosto, alrededor del año 1484, mientras paseaban los frailes por las orillas de El Terrón, una embarcación tripulada por tres marineros se paró junto a ellos para bajar del barco junto con una caja de madera, rogando a los frailes que la custodiasen en el convento hasta el momento en que pudiesen volver a por ella.

Los franciscanos aceptaron tal tarea, y durante unos años estuvo guardada bajo la protección del cenobio, hasta que un día un fraile de la Orden Tercera de San Francisco pidió abrir la caja en presencia de todos los hermanos. Tras ser favorablemente resuelta su petición ésta fue abierta apareciendo en su interior la sagrada imagen. Decidieron colocarla en el retablo mayor de su iglesia y al extenderse la noticia comenzaron a llegar para visitarla fieles procedentes de todos los puntos de la comarca.

Pues bien, miles de leperos se echaron ayer a la calle para rememorar la efeméride, aprovechando la llegada de la imagen de la Patrona de Lepe después de un mes en Sevilla, ciudad a la que la actual junta directiva de la hermandad decidió trasladarla el pasado día 31 de octubre, concretamente al Centro Nacional de Aceleradores (CNA), situado en la Isla de la Cartuja, al objeto de practicarle una tomografía axial computarizada, más conocida como TAC o escáner, una técnica de imagen médica que utiliza radiación X para obtener cortes o secciones de objetos anatómicos con fines diagnósticos.

Según relató entonces el actual hermano mayor, José Manuel Rodríguez Lagos, la imagen de la Bella llevaba 32 años ya sin ser examinada a fondo, desde la última restauración que se le practicó en 1982. Por ello, el principal objetivo era "conocer cómo está la imagen por dentro después de 32 años". Además, "se ha aprovechado para hacer un examen y una revisión mucho más completa del actual estado de su policromía con el objeto de corregir posibles desperfectos".

De nuevo en Lepe, donde tuvo un caluroso recibimiento, se confirmó definitivamente lo que ya había venido adelantando la hermandad en los últimos días tras las valoraciones efectuadas por el profesor Francisco Arquillo Torres y su equipo de trabajo, responsables de los trabajos: "la imagen se encuentra en un excelente estado de conservación".

No obstante, en el estudio de Arquillo se ha efectuado una limpieza superficial de su policromía destinada a devolverle su viveza y tonalidad, perdida por el paso del tiempo y la exposición al culto.

"Los leperos han estado este mes tristes", comentó ayer el hermano mayor. Y es que "ha faltado lo más importante para muchos en el camarín de la Virgen de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán: la imagen de la Bella". Por eso el recibimiento se preparó a lo grande y rememorando el acontecimiento histórico de su llegada a Lepe en el siglo XV.

A las diez de la mañana, frente a la antigua lonja de la localidad ya no cabía un alfiler. Nadie se quiso perder el momento de la llegada. Una llegada que se intentó que fuese lo más parecido posible a la primera.

Es por ello por lo que la talla llegó en un camión y dentro de una caja cerrada de madera, tal y como narra la leyenda. Fue recibida por una salve de cohetes y, entre vítores y aplausos, los cargadores del paso se fueron abriendo paso portando la caja entre la multitud, hasta depositarla a la vista de todos, donde fue abierta por el propio hermano mayor y por el párroco del municipio, Feliciano Fernández.

Los leperos quedaron boquiabiertos cuando tras las puertas de la caja apareció la reluciente talla. Y es que el fervor por su Patrona es muy grande en Lepe, por lo que la jornada fue inenarrable para muchos.

El hermano mayor, casi sin palabras por la emoción del "histórico momento", subrayó la satisfacción de toda su junta por los buenos resultados de las pruebas y trabajos de mantenimiento realizados a la talla, así como señaló que "la madre de todos los leperos ya está de nuevo con sus hijos, el pueblo de Lepe".

Los actos prosiguieron con el solemne traslado de Nuestra Señora de la Bella hasta el templo parroquial de santo Domingo de Guzmán, recorriendo ante la admiración de miles de leperos y personas venidas de localidades vecinas, las calles Alcalde César Barrios, Real, Feria, y porche de la iglesia, antes de entrar en su templo. Todo el itinerario fue profusamente decorado con guirnaldas de flores, y numerosos vecinos engalanaron sus fachadas y balcones, lo cual dio más espectacularidad, colorido y alegría al paso de la virgen.

Ya por la tarde, a las 20: 00, tuvo lugar en Santo Domingo de Guzmán una solemne función principal de acción de gracias, que fue celebrada por el párroco local Feliciano Fernández, que además es el director espiritual de la hermandad. Acompañó al canto el coro de la propia hermandad, que dirige Narciso Perera.

No obstante, los cultos especiales con motivo de la llegada de la Patrona de Lepe, no culminan hasta hoy, con la exposición al culto y veneración de la Santísima Virgen de la Bella en su capilla de santo Domingo desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, de forma ininterrumpida. Al finalizar la exposición se procederá al rezo de una salve en honor de la virgen, en su casa desde ayer.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios