Monumentos a escala un vecino de gibraleón reproduce edificios emblemáticos andaluces

Juan Bermúdez El poeta de la construcción

Se llama igual que el navegante de Palos de la Frontera, descubridor de un archipiélago en el Océano Atlántico al que bautizaron con el nombre de Islas Bermudas, en honor a su apellido; pero hoy no nos ocuparemos del marino, sino de otro Juan Bermúdez que también ha descubierto la forma de entretenerse en su jubilación. Nuestro Juan Bermúdez de hoy, de segundo apellido Gómez, nació en un pueblo de Málaga llamado Colmenar, pero en sus años como funcionario de Correos y Telégrafos vino destinado a Huelva y en estas tierras se quedó. Al jubilarse se compró una parcela de unos 4.500 metros en los bonitos campos de Gibraleón, donde desarrolla día a día el gran proyecto de su vida, que es ni más ni menos que construir monumentos de Andalucía a escala junto a su casa.

El propio Juan Bermúdez, acompañado de su esposa y uno de sus hijos, deleita al visitante mostrándole toda su obra. Primero, al toque de la campana de la Ermita de la Virgen del Carmen se observa al entrar que el constructor, sin planos -sólo a base de fotografías-, es capaz de reproducir con precisión cualquier edificación. La iglesia, donde tiene su sede la Hermandad del Cristo de la Sangre y que en su día albergara a los Carmelitas Calzados de Gibraleón, ha sido reproducida fielmente. Luego, con música árabe, pasamos al Patio de los Leones de la Alhambra granadina, donde vivió el rey moro. De unos 25 metros cuadrados de superficie, por un momento el visitante puede imaginar que está oliendo las flores del Generalife: la fuente funcionando, la música y los grabados en las paredes que Juan Bermúdez ha tallado con planchas de escayola y mucha paciencia...

Al salir de Granada, inmediatamente aparece, adosada en la esquina de su propia casa, la Giralda de Sevilla, a la que no le falta ni un solo detalle. Hasta el Giraldillo lo hizo él, además de fabricar personalmente los ladrillos y tejas con barro de la zona y otros elementos constructivos para los que, en ocasiones, recicla otros objetos.

El Costurero de la Reina surge perfectamente realizado; la Torre del Oro trasladada desde la orilla del Guadalquivir hasta la ribera del Odiel. Quién podría decir a los que conocieron la finca La Calvilla con la Casa de la Bomba, sus eucaliptos y las calderas para sacar la esencia olorosa y medicinal de este árbol tan abundante en la zona, que hoy iba a vivir allí Juan Bermúdez Gómez, un enamorado de lo monumental, un trabajador incansable, un poeta de la construcción que sin papeles y sin cálculos previos es capaz de construir un arco de medio punto, bóvedas, cúpulas, arcos árabes, calcular a ojo la flecha o el vano y nada se le cae.

Hoy Juan tiene cumplidos sus primeros 70 años y sigue trabajando diariamente en lo que más le gusta: la construcción monumental a escala. Por eso, ahora anda entre columnas construyendo la Mezquita de Córdoba como si él mismo fuese el alarife del califato. Cuando esté terminada, será el monumento número 13 de su colección.

En casi todas las edificaciones se puede entrar ya que, aunque pequeñas, son accesibles, y algunas cumplen incluso con su cometido, como el molino de aceite en el que Juan, con las aceitunas de sus cuatro olivos, hace un aceite de calidad para su propio uso.

No se puede entrar, sin embargo, en la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla, pero sin duda es una de las obras más bonitas que tiene en su parcela, en la que aún queda espacio para unos 35 monumentos más.

Hasta un hórreo asturiano tiene construido, así como la bonita fachada de la antigua Casa-Cuartel de la Guardia Civil de Gibraleón, con los alcorques y jardincillos que tenía delante y también muchas fuentes que dan frescor a su entorno y con las que Juan Bermúdez "cambia de aires" cuando se cansa de trabajar en un sólo edificio.

Y cómo no, un recuerdo a la Ermita de Nuestra Señora de Consolación, que se encuentra en tierras de la Axarquía malagueña y es la patrona de su pueblo, Colmenar. La ermita original se encuentra construida en lo más alto de la Sierra de Camarolos y del Jobo y es del siglo XVII.

Hasta la casilla del perro que se encuentra junto a la entrada de la parcela es la reproducción de una vivienda del barrio inglés de Huelva, el Barrio de la Reina Victoria, más conocido como Barrio Obrero.

Pero no queda ahí la cosa. Cuando acabe con las obras de la Mezquita, tiene pensado reproducir algunos monumentos de Huelva. Son muchos los que le piden que haga la Ermita de la Cinta, la Virgen Chiquita de Huelva, o la Basílica de la Virgen del Rocío.

Quien escribe estas letras regaló a Juan, como recuerdo de la visita, una muy buena reproducción del Monumento a la Fe Descubridora que se encuentra en la Punta del Sebo y que es más conocido como Monumento a Colón. Bermúdez agradeció el detalle y señaló el lugar donde pensaba construirlo.

En definitiva, que Juan Bermúdez sigue soñando, sigue escribiendo poesías con los pequeños ladrillos y las pequeñas tejas y por eso se ha ganado el título de "el poeta de la construcción".

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