Intervenidas 15 toneladas de madera procedentes de Portugal
El cargamento carecía de permiso y se apilaba en un paraje sin autorización No había recibido el tratamiento contra el gusano redondo
La Guardia Civil y la Policía Portuguesa (GNR) han intervenido 15.000 kilos de madera de pino procedentes de Portugal que estaba siendo apilada sin autorización en un paraje de Aroche y que no había sido tratada por la empresa propietaria contra el nematodo o gusano redondo.
La intervención, según informó la Guardia Civil en un comunicado, se producido en la madrugada del viernes después de que el pasado 20 de abril se desarrollara un Dispositivo Internacional Móvil por ambos cuerpos policiales para controlar e identificar personas e inspeccionar posibles irregularidades en la frontera luso-española.
En el transcurso del operativo, los agentes llevaron a cabo una inspección en una finca portuguesa cercana a la frontera española, donde se estaba llevando a cabo una tala de pinos autorizada en Portugal y cuyas maderas se estaban apilando en una finca del término municipal de Aroche.
Una vez en la finca española donde eran transportados los troncos de los pinos, los agentes identificaron al conductor del vehículo portugués que en ese momento estaba realizando una descarga y le solicitaron la documentación que autorizaba su entrada y transito por España, careciendo de cualquier tipo de documento.
Inspeccionada la madera, un total de 500 pinos cortados en maderos -con unas 15 toneladas de peso-, los agentes comprobaron que ésta no había sido sometida a tratamiento alguno para la lucha contra las plagas del nematodo (gusanos que atacan a la madera), obligatorio en la Comunidad Europea para evitar su propagación, y que carecería por tanto del permiso fitosanitario para su transporte y cirlación.
Por ello, procedieron a la inmovilización de la misma, poniéndola a disposición de la Autoridad Competente en esta materia, la Delegación de Sanidad Vegetal de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
La madera estaba siendo apilada en una finca pública, sin que se conozca los motivos de la elección del sitio. También se desconoce el destino del cargamento ni para qué iba a ser utilizada la madera.
La empresa portuguesa propietaria de la madera ha sido denunciada por una infracción a la Normativa sobre Sanidad Vegetal y Fitosanitarios.
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