El Ifapa logra 5 nuevas variedades de fresa que duran más sin perder sabor

El resultado de la investigación es un producto más competitivo en los mercados · Los cultivos experimentales se llevan a cabo en la finca El Cebollar de Moguer

Uno de los invernaderos de la finca El Cebollar, donde se encuentran los cultivos experimentales de fresa del Ifapa.
Uno de los invernaderos de la finca El Cebollar, donde se encuentran los cultivos experimentales de fresa del Ifapa.
Efe / Málaga

agricultura, 01 de diciembre 2011 - 05:01

Investigadores andaluces de centros del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa) han logrado, mediante cruzamiento y selección, cinco nuevas variedades de fresa que se adaptan a climas templados, pueden alargar su duración y mejoran su sabor, tamaño y textura. Con el objetivo de obtener una producción de fresa más competitiva a nivel nacional e internacional, el Ifapa mantiene un convenio que se ha renovado este año por tercera vez y cuya duración se extiende a 2014 con varias empresas privadas, formadas en su mayoría por grandes viveristas y productores de fresa.

El director del centro Ifapa de Málaga, José Manuel López Aranda, explicó a Efe que este convenio surgió para sumar "de forma sinérgica" esfuerzos públicos y privados para tener variedades de fresa frente a la ingente oferta extranjera que llegaba a España.

En este centro, punto neurálgico de la investigación al contar con un banco de germoplasma con más de 600 variedades de fresa junto con la finca experimental El Cebollar que el Ifapa tiene en Moguer, ya se han conseguido cinco nuevas variedades de fresa producidas de "forma fluida", según López Aranda.

Amiga, Aguedilla, Fuentepina, Santaclara y Fontanilla son sus nombres, y para su consecución hacen falta "un mínimo de 7 años y mucha suerte", reconoció el experto, junto al que trabajan casi una veintena de expertos entre ingenieros agrónomos, biólogos, ingenieros técnicos agrícolas, mejoradores o genetistas. Cada variedad debe experimentar 7 fases en total: cruzamientos, selección individual, dos selecciones familiares -de primer y segundo año- selección avanzada, ensayos de desarrollo comercial y un test para ser inscrita en el registro de variedades protegidas.

A esto hay que sumar, según precisó López Aranda, procesos paralelos de multiplicación in vitro, multiplicación y almacenamiento en vivero, caracterización de resistencia y/o tolerancia a las principales enfermedades e identificación molecular. Entre los descubrimientos más importantes de este grupo está la identificación molecular de las nuevas variedades de fresa mediante microsatélites, el perfeccionamiento del cultivo in vitro (micropropagación) de los elementos de multiplicación y el estudio de genes que afectan a su maduración.

López Aranda apuntó que es "necesario" que consumidores e intermediarios "confíen" en este tipo de cultivos a través del refuerzo de las técnicas de certificación de los sistemas de producción, por un lado, y a través de los medios y la publicidad.

El mensaje que hay que transmitir es que comer fresas es igual a tomar vitamina C, flavonoides y otros antioxidantes básicos para la prevención de importantes enfermedades relacionadas con el envejecimiento, según López Aranda. Además de estos beneficios, las nuevas variedades pueden durar hasta 8 días, cuando la vida normal de este producto es de 4 o 5, y proporcionan el recambio varietal, es decir, que el mercado amplíe su radio geográfico de expansión.

El director del centro malagueño Ifapa explicó que la necesidad más urgente del sector, uno de los más tecnificados del mundo, es el combate contra las plagas, relacionado con la nueva política medioambiental de la UE y las nuevas exigencias de los mercados en cuanto a seguridad y sostenibilidad. "Se tardarán años" en conseguir "verdaderas resistencias" a las enfermedades del suelo porque la sustancia que se usaba hasta 2006, el bromuro de metilo, era "técnicamente perfecta" pero nociva para la capa de ozono, por lo que se prohibió.

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