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La Huerta Noble de La Redondela, incluida en la Lista Roja del Patrimonio por su pésimo estado de conservación

  • En este complejo agrícola destaca el famoso palomar, el elemento arquitectónico de este tipo más grande de Europa, con un total de 70.000 nidos hechos con orzas de barro

Edificio principal del complejo arquitectónico de la Huerta Noble, en La Redondela

Edificio principal del complejo arquitectónico de la Huerta Noble, en La Redondela / Jordi Landero (La Redondela)

El complejo arquitectónico de la Huerta Noble, ubicado en La Redondela y que alberga entre otros elementos arquitectónicos el mayor palomar de Europa, ha sido incluido en la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra debido a su pésimo estado de conservación.

Dicho listado recoge algo más de mil monumentos españoles que sufren riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, y a ellos se han incorporado estos días en el marco de la comunidad andaluza, además de la Huerta Noble en la provincia de Huelva, la Torre de la Miel en Nerja (Málaga), y la cementera de Atarfe (Granada).

La llamada Huerta del Carmen, conocida en la zona popularmente como Huerta Noble, se sitúa en una zona agrícola en las inmediaciones del casco urbano de La Redondela, y es el producto de una serie de agregaciones, doce, concretamente, aunque su base es de 1746.

La Huerta Noble se compone de un cortijo como edificio principal, una capilla anexa al anterior, una almazara, el palomar, y una huerta con otras edificaciones anexas, levantadas en el siglo XVIII.

Cortijo y capilla de la Huerta Noble, en La Redondela Cortijo y capilla de la Huerta Noble, en La Redondela

Cortijo y capilla de la Huerta Noble, en La Redondela / Jordi Landero (La Redondela)

La base de la Huerta Noble fue adquirida por Manuel Rivero en 1746 y, a excepción del palomar, que presenta un estado de conservación aceptable, el resto del conjunto se encuentra en bastante mal estado.

Así, la capilla está destechada y el cortijo presenta hundimientos provocados por un incendio. Por su parte la cerca ha sufrido desplomes y algunos de los valiosos azulejos que contenía han desaparecido, mientras que la mayoría fueron retirados y se encuentran en el depósito del Museo de Huelva.

La capilla de la Huerta Noble se encuentra destechada La capilla de la Huerta Noble se encuentra destechada

La capilla de la Huerta Noble se encuentra destechada / Jordi Landero (La Redondela)

La Huerta Noble formó parte también de la llamada Nueva Hacienda de Jesús, María y José, la cual incluía la huerta, aunque también tierra yerma, marisma y olivar, ocupando unas 163 de las antiguas fanegas de superficie. En ella Rivero mandó plantar 5.000 estacas de olivo, los cuales fueron cercados con tapias gracias a una facultad real firmada por Fernando VI el 23 de marzo de 1752.

Se sabe que en 1749 las obras debían estar a punto de finalizar puesto que Rivero hizo traer "naranjos de la China" desde la ciudad portuguesa de Tavira, plantando sucesivamente naranjos dulces y agrios, mandarinos, limoneros y otros frutales como perales, albaricoques o ciruelos. En la primavera de 1756 se colocó alrededor de la cerca un vía crucis de azulejos holandeses realizados en el taller de Jan Aalmis en Rotterdam, algunos de los cuales han desaparecido, mientras que el resto se encuentra en los almacenes del Museo de Huelva, donde algunos de ellos han sido restaurados.

Una de las calles del palomar de la Huerta Noble Una de las calles del palomar de la Huerta Noble

Una de las calles del palomar de la Huerta Noble / Jordi Landero (La Redondela)

La casa disponía de siete cuartos bajos y cinco altos, tres cocinas, varias dependencias pequeñas y azoteas, y acolado a ésta se encuentra el famoso palomar, de planta rectangular e integrado por once calles interiores en las que se distribuyen 70.000 nidos de palomas hechos con orzas de barro, de las que sobresalen las esquinas y una pequeña cúpula en el centro.

En el otro lado de la casa se encuentra la capilla, en realidad un pequeño oratorio con portada abierta a la fachada principal y espadaña con un solo hueco de campana. El permiso para poder oficiar en su interior lo concedió el arzobispado de Sevilla en 1756.

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