Homenaje a los cincuenta años de Los Choqueros
rociana | tributo al mítico grupo de sevillanas
El Ayuntamiento dedica su feria a estos hombres que llevaron el nombre de su pueblo por medio mundo El conjunto brilló con un sello propio y se situó en lo más alto de las listas de ventas
Hace medio siglo Práxedes Rodríguez, José María Valencia, Antonio Salas y Carlos Romero entonaban al calor de una guitarra sus primeros compases por sevillanas. Ninguno de esos jóvenes rocianeros podía llegar a imaginar que escribiría con letras de oro la historia de un género musical como las sevillanas, que comenzaba a hacerse grande por el empuje y el talento de artistas de la talla de Los Romeros de la Puebla, los Amigos de Gines o los Marismeños. Pero incluso frente a esta mítica competencia, Los Choqueros fueron capaces de brillar con un sello propio, situándose en lo más alto de las listas de ventas.
Medio siglo después de aquella singladura, el Ayuntamiento de Rociana dedica su feria a este grupo de hombres que llevó su pueblo por medio mundo. "Nuestra presentación sobre el escenario siempre era la misma: el tema Venimos cantando… desde Rociana y Huelva, una carta de presentación con el que Rodríguez afirma que gustaba subrayar sus orígenes.
El primer capítulo en la historia de los Choqueros comenzaría a escribirse en 1963. Rodríguez y Valencia formaron el dúo Los del Sur, nombre comercial con el que se darían a conocer en infinidad de fiestas dentro y fuera de la geografía andaluza, curtiéndose sobre los escenarios y dándose a conocer con el boca a boca. El televisor aún era un lujo al alcance sólo de los más pudientes, por lo que la fama se ganaba desde abajo destacando y mostrando la valía en la tablas de las grandes fiestas.
Con los primeros contratos de envergadura en el 66 se formalizó la constitución del grupo y dos años más tarde se incorporaron al elenco Antonio Salas y Carlos Romero, formando el grupo que obtendría la mayor parte de los éxitos.
Corría el año 1969 y con un merecido nombre en el mundo de las sevillanas José María Vaquero, manager entre otros de Carmen Sevilla, Camilo Sexto y Lolita, se hizo con las riendas del grupo y los tuteló en la grabación de su primer disco, Fiestas en Andalucía. En él se incluyen su primeros grandes éxitos, como Sevillanas flamencas, Mi novia o Sevillanas del desvelo, algunas de las cuales llevan la firma de letristas del caché de Alonso Pernía, que componía también para grupos como Los del Río. Sin embargo, antes de entrar en el estudio de grabación, tuvieron que renunciar a su nombre artístico. La discográfica ya tenía en cartera a un grupo llamado Los del Sur, lo que les obligó a rebautizarse como Los Choqueros.
Sus voces varoniles, aflamencadas y un sonido clásico, en el que las sevillanas eran únicamente vestidas con la guitarra, el piano, las castañuelas y cañas, fueron su sello de identidad. Las letras, por su parte, tocaban temas universales como la amistad y el amor. Oros de la tierra, como el Rocío o la romería, les harían enganchar a todo tipo de público y desfilar por los platós de Televisión Española en el programa del omnipresente José María Íñigo.
En un solo año llegaron a grabar varios sencillos y un Long Play. Eso hizo que Hispavox, que entonces tenía en plantilla a lo más granado del género (Los Hermanos Reyes, los Marismeños, Los Romeros de la Puebla o Amigos de Gines) les fichase, logrando elevar su caché. Así se codearon con los mejores artistas del momento. Sin embargo, Práxedes considera que su contratación fue un modo de agenciarse a uno de los baluartes de la competencia, puesto que la apuesta por ellos en publicidad no era tan incondicional e importante como la que disfrutaban en Marfer, a cuya empresa regresarían un año más tarde con la entrada de Antonio Bejarano, integrante que suplió a Carlos Romero. Corría el año 1974.
Al siguiente año, Las alegres rumbas de Los Choqueros darían vida a un nuevo LP con importantes éxitos que les abrirían las puertas de Europa, con un tour por Suiza, Francia e Italia.
El éxito del flamenco y las sevillanas a la otra orilla del Atlántico les llevó por toda Sudamérica, en cuya sociedad prende el interés por su música, convirtiéndose en un grupo de referencia del flamenco en Chile, Ecuador, Costa Rica, Venezuela, Panamá y Colombia. En el país cafetero encontraron una calurosa acogida y un éxito sin precedentes. Desfilaron por las televisiones del país y recorrieron las capitales más importantes. Allí compartieron escenario con algunas de las estrellas nacionales más rutilantes, a la par que se adentraron en nuevos géneros musicales con el disco Rumba Ballenata, editado en Colombia.
En 1982 Práxedes abandonó el grupo y fue relevado por Juan Correa. Cinco años más tarde, afrontaron un nuevo trabajo de estudio titulado Gente Sencilla, que incluye la sevillana Para hablar de Andalucía, que a la postre se convertiría en uno de sus éxitos más atemporales.
En Colombia contrayeron matrimonio algunos de sus miembros y montaron negocios que les hicieron aparcar el mundo de la música hasta que en el año 2000 la situación socio política que acechó el país les obligó a regresar a su tierra.
En España el grupo se reconstruyó con renovadas ilusiones y la atemporalidad de éxitos como Soy andaluz compañero. Actuaron en fiestas organizadas por El Corte Inglés y regresaron a los tablaos y salas de fiestas de la capital española. No obstante, su deseo de grabar un nuevo disco se les resistió. Las discográficas sobrevivían como podían a la piratería y no terminaban de adaptarse a tecnologías como internet. La situación de la industria les hizo enterrar sus esperanzas de continuar en el candelero y morir con las botas puestas. Con esta pena se marchó de este mundo José María Valencia.
Aun así, el mundo discográfico les daría una alegría con la colaboración del grupo Voces del Pueblo, que en 2013 les homenajeó incluyendo en su álbum discográfico cuatro sevillanas de los Choqueros.
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