Las Herrerías de Puebla de Guzmán
La historia de la aldea está vinculada a la búsqueda de cobre y azufre para la fabricación de ácido
Un proyecto contempla la formación de personas de la localidad como guías turísticos
Desde hace muchos años vengo aquilatando y difundiendo la importancia que tienen las aldeas de los municipios de la provincia de Huelva para el patrimonio, la economía y la cultura. Lejos de ser consideradas realidades minúsculas son ricos universos que proyectan mucho valor añadido y diversidad medioambiental e histórica. Incluso muchas de ellas han sido las causantes del enriquecimiento o florecimiento económico del municipio matriz.
En el Andévalo hay un hermoso espacio que siempre hemos conocido como "la Jerrería", aunque sería más preciso decir Las Herrerías, aldea perteneciente a ese bello y dinámico municipio que es Puebla de Guzmán. Como estamos ante una realidad minera de la Faja Pirítica Onubense, el lugar más rico del mundo si hablamos de minerales polimetálicos, su historia está vinculada a la búsqueda del cobre y el azufre, para la fabricación de ácido. Aquella página la escribieron las compañías poseedoras de los yacimientos que levantaron un ferrocarril mítico para dar salida a los productos hacia los mercados internacionales.
En 1884 la compañía The Bee Metal & Chemical recala en Cabezas del Pasto, muy cerca de Las Herrerías, para explotar un rico yacimiento de cobre. El transporte a lomos de mulas hacia el Puerto de La Laja, a 20 kilómetros, donde se cargaba en barcos el mineral debía dar lugar a proyectos más ambiciosos. Así en 1887-1888 se construyó un tranvía entre Cabezas del Pasto y Cañada del Sardón, donde el mineral viajaba a través de un cable aéreo. Un pasito más se dio en 1890 al construir un ferrocarril. Es ahora cuando la compañía minera fija sus ojos en el azufre de Las Herrerías, comenzando el desmonte de la corta Guadiana.
Unos años después los herederos de Jorge Rieken se hicieron cargo de la mina creando la Sociedad Carlos & Justa Sundheim, ampliando el ferrocarril hasta Las Herrerías, como vemos todos ellos son apellidos importante en la historia de esta provincia. En 1911 las minas de Herrerías fueron arrendadas a la compañía química francesa Societé Anonyme des Manufactures et Glasses et Produits Chimiques St. Gobain, Channy et Cirey. En 1950 la propiedad volvió a las manos de la familia Sundheim y Doestch que junto a varias entidades financieras constituyeron Minas de Herrerías, S.A., cerrándose la línea en 1965.
Desde entonces Las Herrerías han sido sometidas a una dura crisis, como consecuencia de la falta de explotación de sus recursos mineros, por los bajos precios de los metales en los mercados internacionales. Para luchar contra esta inercia y recuperar el patrimonio de Minas de Herrerías se creó en 2010 la Asociación Herrerías, cuya alma mater es el ingeniero de minas Pepe Suárez. Entre sus objetivos siempre han estado defender, recuperar y rehabilitar el patrimonio minero, pero también desarrollar proyectos de protección, difundir la historia, recopilar los archivos de las compañías mineras y crear en última instancia una Fundación para ello.
En los siete años de vida muchas son las iniciativas llevadas a cabo como las Jornadas de Nuestra Memoria Histórica Minera o su participación en la organización de las Jornadas de Patrimonio del Andévalo o de Voluntariado; recuperación de elementos patrimoniales como el Malacate que estaba en Huelva y que fue instalado en Minas de Herrerías; publicación de varios libros; fomento del senderismo; exposiciones como la última sobre el ferrocarril del Guadiana. Todo ello le ha reportado algunos premios relacionados con la defensa y divulgación del patrimonio.
Recientemente han puesto en marcha un nuevo proyecto cuyo interés rebasa el marco local y se proyecta sobre el espacio comarcal, crear la Escuela de Guías Turísticos de Puebla de Guzmán. Se pretende formar a personas en la historia y patrimonio de esta localidad, alcanzando finalmente la titulación de Guía Turístico de la Junta de Andalucía. La formación la llevaran a cabo reconocidos especialistas en diversos temas, que impartirán sus enseñanzas siempre en íntimo contacto con los bienes patrimoniales. En esta iniciativa estarán implicadas todas las asociaciones del término municipal.
En todo ello será fundamental la colaboración del Ayuntamiento de Puebla de Guzmán, donde nos consta que su alcalde es una persona muy comprometida con estos temas y el rumbo será marcado por un consejo local. Además junto a la Asociación Herrerías buscarán la financiación para el proyecto. También se va a fomentar uno de los déficit que tenemos en esta provincia, el conocimiento del idioma portugués.
A esta iniciativa se ha sumado el apoyo de la Asociación de Desarrollo Rural del Andévalo Occidental (Adrao), la Mancomunidad de Municipios Beturia y el Vicerrectorado de Estudiantes, Empleo y Extensión Universitaria, mediante el Aula de la Experiencia y Extensión Universitaria de la Universidad de Huelva.
En resumen una magnífica idea para cubrir el importante hueco que tenemos de guías turísticos en el Andévalo, fomentando el empleo y las oportunidades en marcos locales tan deprimidos económicamente. Pero también una oportunidad para conocer la historia y defender y divulgar el patrimonio minero y agroganadero y forestal.
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