El Gran Hotel El Coto pierde el uso de la zona de jardines y piscina
La Audiencia condena a Bamar a desalojar esos espacios tras resolver un litigio
Bamar 2000 SA, que explota el Gran Hotel el Coto de Matalascañas, pierde el uso de la zona de jardines y piscinas que ha venido disfrutando desde su apertura. La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a la sociedad a "desalojar el inmueble" y cerrar o vallar esos espacios. Aunque la sentencia fue notificada en mayo de 2012, los sucesivos recursos han dilatado el caso hasta nuestros días.
Se trata de una resolución judicial que compromete la viabilidad económica del hotel, al tener que prescindir de unos servicios sin los cuales el complejo pierde uno de sus grandes atractivos turísticos. Su supervivencia también se ve fuertemente amenazada tras concluir la cesión del aparcamiento por parte del Ayuntamiento, después de que la empresa privada explotara la parcela pública durante años.
En cuanto al conflicto societario las últimas sentencias ponen fin a más de 22 años de litigio que tiene su génesis en 1991 cuando la Sociedad Gran Hotel El Coto SA, promotora del complejo turístico homónimo, se declara en suspensión de pagos. Dos años más tarde el administrador de Bamar, Manuel Bajo García, presentó una querella en el juzgado de La Palma del Condado contra todos los administradores, así como diversas cajas de ahorro que habían sindicado las hipotecas del crédito que pesaban sobre el hotel. La denuncia penal dejó en suspenso la vía administrativa y, con ello, la suspensión de pagos. Esta denuncia finalmente no prosperó.
Comienza a librarse entonces una segunda batalla judicial, esta vez por parte de los acreedores, que se agrupan para tratar de recuperar sus créditos y rentabilizar el mayor activo de la sociedad en suspensión de pagos: la parcela 21.628, conocida como local 37 (superficie que hoy día acoge la piscina y los jardines) que según la Audiencia de Huelva está valorada en más de cuatro millones de euros.
Sin embargo y según las sentencias a las que ha tenido acceso este periódico, Bamar trató de utilizar la finca logrando que la sociedad suspendida firmara un contrato de alquiler con Alfabeta de Inversiones Hoteleras SL, empresa en la que Manual Bajo también era propietario. Según Ismael Peidro, representante de parte de los acreedores, mediante "un alquiler irregular se apodera de este espacio, tras pactar el pago anual de 18.000 euros más IVA, revisable desde el año 95 con el incremento del IPC".
Peidro explicó que, con todo perdido, en 2001 los administradores del Hotel Gran El Coto "confabulan para agenciarse" mediante otros subterfugios la parcela. Para ello suscriben una venta de la parcela a Alfabeta de Inversiones S.L. por valor de 72.000 euros, cuando el valor de la misma ronda los cuatro millones de euros. La argucia permite a Bamar seguir disfrutando de la parcela hasta que en abril de 2005 la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Huelva decreta la nulidad de la operación por "fraude de acreedores". Dicha sentencia es recurrida ante el Tribunal Supremo que, en auto del 28 de octubre del 2008, desestima la casación y confirmando la sentencia, hoy firme.
Ya en 2011 los acreedores presentan demanda para hacer lo propio con el contrato de arrendamiento. El juzgado de primera e instancia e instrucción numero 1 de La Palma acuerda el 23 de mayo de 2011 la inexistencia del contrato de arrendamiento del año 95 y condena a las demandadas (Bamar y Alfabeta de Inversiones), al desalojo de los inmuebles que actualmente ocupa (zonas de piscina y jardines) impidiendo su acceso a los clientes del hotel y "dejándolos libres y expeditos en el plazo de 30 días".
En un último intento de ganar tiempo, en marzo de 2011, se trató de vender la propiedad por la cantidad de 42.000 euros. El juzgado número 3 de la Palma suspendió judicialmente ésta y futuras operaciones de compra-venta, e incluso censuró la "mala fe", al constatar que "no fue puesta en conocimiento del órgano judicial".
El administrador de Bamar 2000, Manuel Bajo, comunicó a través de su abogado que ha recurrido la decisión de anular la última operación de compra-venta, de tal forma que, "aunque ello no les exime del requerimiento de la vallar la zona", dispone de una nueva vía para seguir litigando y defendiendo sus intereses.
La pérdida de la parcela de la piscina y jardines no es el único contratiempo que tiene que afrontar Bamar 2000 SA. Actualmente el hotel no dispone de la parcela pública que "usurpó" durante siete años y que utilizó como aparcamiento privado, logrando así acceder a la cuarta estrella de la que goza el complejo turístico en Matalascañas.
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