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Gente de aquí y allá: María José Jerónimo, elegante bailaora y coreógrafa de vocación

  • Ella ha formado parte de muchos cuadros flamencos haciendo giras por muchos países como Alemania, Austria, Finlandia, Suecia, Portugal y muchos más, entre ellos Japón

María José Jerónimo, elegante bailaora y coreógrafa de vocación

María José Jerónimo, elegante bailaora y coreógrafa de vocación / M. G. (Huelva)

Mi mujer, gallega ella, al llegar a Punta Umbría y, sin decirme nada a mí, se fue a la Peña Flamenca para informarse sobre clases de baile porque le gustaba y le hacía mucha ilusión aprender. Entonces conoció a María José Jerónimo, que era la profesora, y a todas sus alumnas, y llegó a casa loca de contenta del recibimiento y la forma tan amable con que fue recibida por todas.

Ella en ningún momento había dicho que era mi esposa, pero yo fui a recogerla el primer día que fue a clase y dio la casualidad de que las conocía a casi todas, menos a la profesora, que la conocí ese día. También coincidí con los maridos que esperaban a sus mujeres y a todos ellos también los conocía. Y así, de esta forma, cuando iba a recogerla hacíamos tertulia en la espera y lo pasábamos muy bien, porque todos eran unas personas excepcionales: Carmelo Macías, una gran persona que era el presidente de la Peña Cultural Flamenca de Punta Umbría, toda una institución; Rodolfo, que era un caballero de los pies a la cabeza y que se marchó de este mundo antes de lo previsto, pero que sigue en nuestros corazones siempre; Juan de Soledad, magnífica persona; Enrique González y Rafael Eugenio, con los que sigo teniendo una gran amistad y seguimos compartiendo muy buenos momentos juntos.

De vez en cuando se acercaba María José, la profesora, y así fui conociéndola poco a poco y enterándome de su gran categoría internacional como bailaora. De esa forma empecé a verla actuar en el escenario de la magnífica Peña de Punta Umbría con sus grupos de pequeñas alumnas puntaumbrieñas. Quedé admirado de los bonitos espectáculos que montaba, no en balde ella aprendió a bailar y, posteriormente, se graduó como profesora de Danza Española en la Escuela de Matilde Coral de Sevilla y formó parte, durante dos años, de un cuadro de baile que ella formó y dirigía con Concha Márquez Piquer y con el que hacía giras por toda España. Además, de este cuadro de baile salieron muchas bailaoras muy buenas que también triunfan por España.

Ella ha formado parte de muchos cuadros flamencos haciendo giras por muchos países como Alemania, Austria, Finlandia, Suecia, Portugal y muchos más, entre ellos Japón, donde tanto gusta el flamenco y donde fue profesora en las ciudades de Tokio y Osaka, entre otras.

María José nació el 9 de febrero de 1970 en el bonito pueblo de San Silvestre de Guzmán, en el Andévalo onubense, y se crio junto a sus padres en una finca de su propiedad a orillas del río Guadiana. Ella era hija única y vivían felizmente de los productos que daba el campo. Fue una época muy feliz que recuerda con mucho agrado. Después sus padres se vinieron a Huelva. Él empezó a trabajar en una fábrica del Polo Industrial y ella en el Hospital Blanca Paloma. María José empezó a ir al colegio para empezar su formación, pero un día, viendo la televisión, vio algo que la dejó impresionada. Era el célebre cantaor de flamenco jerezano Antonio Núñez Montoya, conocido como ‘El chocolate’, y estaba cantando “Llorando me la encontré”. Aquello le encogió el corazón y, con solo 8 años le dijo a sus padres que le había gustado mucho y que los pies se le movían solos bailando al son de lo que escuchaba.

Entonces sus padres fueron a la Peña Flamenca de Huelva a ver si la niña podía asistir a clases de baile y así empezó a bailar y a doctorarse en lo que constituye su profesión, que no es otra cosa que su verdadera vocación, porque ella vive el flamenco y el baile con pasión desde los 8 añitos y ya nunca ha dejado de bailar.

Y con ese currículo que se labró con el paso de los años hubo un presidente de la Peña Cultural Flamenca de Punta Umbría, Miguel Martín Delgado, conocido como ‘Miguelín el del taller’, que quiso formar un cuadro de baile propio de la peña y llamó a la mejor, que no era otra que María José Jerónimo. Entonces ella llegó a la Peña Flamenca y formó varios cuadros que a día de hoy continúan y, además, no paran de seguir incorporándose más mujeres tanto pequeñas como mayores. Y es que María José, con su buen hacer, además de enseñar, también crea afición. Afortunadamente sus padres viven todavía y disfrutan de los éxitos de su hijita, a la que siempre han apoyado en todo momento desde pequeñita.

Nuestra amiga la bailaora me dice que el campo donde vivió los primeros años de su vida la marcó tanto que le encanta la naturaleza: las montañas que veía desde pequeña, los pajaritos que le cantan al verla pasar, las corrientes del río, los animales, los árboles… Y como siguen teniendo la finca de San Silvestre, heredada de sus abuelitos, ella cada vez que puede va allí para rememorar sus tiempos infantiles que tanta paz y felicidad le dieron y aún le dan.

Y para terminar esta breve semblanza de la gran bailaora de flamenco que Punta Umbría tiene el honor de tener entre sus habitantes, decirles que conozco a muchos padres que tienen a sus hijas en la academia de baile de la peña que con tanto acierto dirige ella y que le tienen un gran cariño por ver a sus hijas tan felices con todo lo que aprenden. María José, yo te felicito y te doy la enhorabuena por ver cómo tanta gente te admira.

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