Gente de aquí y allá: María Angustias Núñez Orta, mujer empresaria de vocación

¡Adelante hermanas Núñez, que habéis hecho mucho por Punta Umbría y todo el pueblo os tiene en su corazón!

La cafetería Núñez ha sido una escuela de hostelería

María Angustias Núñez Orta
María Angustias Núñez Orta / M. G.
Fernando Barranco

13 de diciembre 2021 - 05:02

El otro día me llamó una buena amiga para decirme que después de tantos años iban a cerrar la célebre cafetería Núñez de Punta Umbría y que iban a invitar a una copa a todos los amigos de su propietaria, María Angustias, y que ella no quería que yo faltara. Pero como no tenía mi número de teléfono, le encargó a esta amiga que me localizara y me lo dijera. Así que allí fui con mi mujer a tomar una cervecita y unos aperitivos.

Aún recuerdo el día de su inauguración, hace 41 años, pero no como una cafetería normal, sino como un self-service, lo que no dejó de ser una novedad en Punta Umbría. Servían una comida de calidad y a muy buen precio. Y tengo que incidir en el buen servicio, porque eso ha sido una característica general de toda la familia, todos volcados con el negocio: María Angustias, sus hermanas Conso y Maribel, también su hermano Quique, todo simpatía y que desgraciadamente se fue de esta vida antes de tiempo, y todas las camareras que durante este tiempo han sido fantásticas, atentas y simpáticas. En la cafetería Núñez siempre han destacados las mujeres, de hecho pocas veces han trabajado hombres. Uno fue Driss, el marido de María Angustias, una persona súper educada y un trabajador incansable al que siempre he visto desde muy tempranito abriendo y preparándolo todo para que a las 8 de la mañana el establecimiento se encontrase en perfecto estado. Pero aparte de él, apenas recuerdo solo a dos o tres hombres más a lo largo de toda la historia. Y por supuesto ella me dice que no deje de poner que tienen un agradecimiento infinito a toda la clientela que la ha acompañado en este largo camino de 41 años dando servicio a Punta Umbría.

María Angustias nació el 3 de noviembre de 1960 en la misma casa de la calle Calamar donde vive en la actualidad. De pequeña aprendió las primeras letras con la gran maestra de este pueblo doña Pasión. Luego pasó al Colegio Virgen del Carmen y fue en ese tiempo cuando su tío Juan Núñez, que tenía en esta preciada esquina donde más tarde estaría la cafetería un almacén de bebidas, y por cierto, allí se hacía un belén viviente que gustaba mucho en la población. Pues bien, cuando decidió edificar en ese solar grande, repartió con su hermano Enrique y el local comercial le tocó a él y fue cuando sus hijas, la mayor era María Angustias que solo contaba con 18 años, le propusieron montar el negocio. Nació, como dije antes, como un negocio de comidas donde trabajaban todos y en la cocina su madre preparaba sus exquisiteces.

A todo esto, no me puedo olvidar de su tía Rita, la mujer emprendedora por excelencia de Punta Umbría que estuvo siempre apoyando a sus sobrinas, especialmente a María Angustias, que era la mayor y por aquel entonces inexperta. Por eso la acompañaba a los bancos, a solicitar préstamos o realizar las operaciones propias de su negocio. Rita es una gran mujer que empezó con una tienda de comestibles en la calle Fragata y luego tuvo otros negocios, destacando una cafetería y heladería en la calle Ancha que a pesar de llamarse actualmente ‘19 palmeras’, todavía hoy se le sigue llamando Rita.

Por la cafetería Núñez han pasado muchas chicas para trabajar, podemos decir que más de 200. Algunas estuvieron 8 o 9 años y todas acabaron siendo consideradas amigas. Además eran tan buenas que a muchas vinieron a buscarlas para trabajar en buenos negocios de Huelva como encargadas y otras montaron sus propios negocios. La cafetería Núñez ha sido una escuela de hostelería cuya directora ha sido María Angustias Núñez Orta, todo en encanto de mujer, admirable, cariñosa y buena persona, ayudada por sus hermanas Conso y Maribel, también amables y simpáticas. La verdad es que da gusto tratarlas porque son encantadoras.

Pero todas ellas estaban cansadas ya de seguir trabajando de esta manera durante tantos años seguidos, privándose de muchas cosas. Así que decidieron traspasar el negocio, con la suerte de que han venido otros jóvenes animosos que de momento ya lo han abierto y todo sigue igual. Y es que como el negocio funcionaba tan bien, ellos no han cambiado nada. De hecho, recientemente he saludado a un gran amigo de los que se han quedado a partir de ahora con la cafetería y me ha dado mucha alegría saber que está en buenas manos. Hasta eso han hecho bien las hermanas Núñez.

La verdad es que María Angustias y también sus hermanas han pasado una época muy dura y dolorosa de la que supieron sobreponerse en su momento por su gran fuerza de voluntad, por su entereza y, sobre todo, por amor a su negocio y a su clientela. La cafetería era para ellas como un hijo al que mimaban con esmero y la clientela, que éramos todos sus amigos, nos trataban como si fuésemos de la familia. Ese fue el secreto del éxito y gracias a ello se les hacía el trabajo más llevadero. Además, me cuenta María Angustias que han terminado esta etapa de su vida sin deber dinero a nadie, ni bancos, ni proveedores y con la satisfacción del trabajo bien hecho y de no haber tenido ningún disgusto de importancia, con nadie.

Ella tiene ahora más tiempo libre para poder dedicarse a los demás, como lo viene haciendo desde hace tiempo, ya que es una pieza fundamental en la asociación ARO, donde no solo se asiste a personas con problemas de alcoholismo, sino también con problemas depresivos o de autoestima. Ella asiste a menudo como monitora contando sus experiencias y dándole ánimos a quien lo necesita, ayudando así a mi amiga Toñi Hermoso, que es otra mujer entregada a los demás y que bien merece un aplauso también por su labor, igual que el doctor Cristóbal Gangoso, verdadero artífice de los milagros que se consiguen en su asociación.

¡Adelante hermanas Núñez, que habéis hecho mucho por Punta Umbría y todo el pueblo os tiene en su corazón!

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