Colegio de Farmacéuticos

La Farmacia amplía su papel en beneficio de la salud

  • En el segundo año de la pandemia de Covid-19, la farmacia onubense ha asentado su labor con medidas dirigidas a mejorar la prevención y la detección precoz de los casos

Elvira Marfil.

Elvira Marfil. / M.G.

Si en los primeros compases de la pandemia de la COVID-19 tuvo que articular medidas de urgencia para atender las necesidades de información y consejo sanitario de la población, así como para garantizar su acceso a la prestación farmacéutica –que es su razón de ser–, en este segundo año de convivencia con el coronavirus, la farmacia onubense ha asentado y ampliado su labor en beneficio de la salud de la sociedad onubense.

Junto a aquellas medidas encaminadas a mejorar el uso que realiza la población de sus tratamientos, en estos últimos meses han tomado también especial relevancia aquellas dirigidas a mejorar la prevención y la detección precoz de los casos de COVID-19. Para ello fue fundamental la aprobación, el pasado verano, de la dispensación de los test de antígenos sin receta médica, lo que facilitaba el acceso de la población a estas pruebas de autodiagnóstico. Una medida muy bien acogida, pero que también vivió momentos controvertidos, especialmente en Navidad, cuando la demanda sobrepasó todas las expectativas y proveedores ajenos al canal farmacéutico trataron de hacer su a agosto a costa de los usuarios y de las propias farmacias.

Javier Rodríguez. Javier Rodríguez.

Javier Rodríguez. / M.G.

“Por suerte, la administración atendió nuestra petición de regularizar precios, como ocurrió con las mascarillas, y la situación se encarriló. No nos importaba dispensar incluso por debajo del precio al que habíamos obtenido los test. Nuestra labor como sanitarios, nuestro deber en una situación tan comprometida para nuestra Salud Pública, estaba por encima de todo eso”, explica Javier Rodríguez, farmacéutico comunitario en Bonares.

El compromiso de la profesión farmacéutica con el reto en Salud Pública que representa la actual pandemia se ha puesto de nuevo de manifiesto con la apuesta del Servicio Andaluz de Salud por la farmacia comunitaria, por su capilaridad, cercanía y capacidad, para dispensar Paxlovid, primer tratamiento oral destinado a aquellos pacientes en los que la COVID-19 pueda evolucionar a una mayor gravedad.

Cinta Zambrano . Cinta Zambrano .

Cinta Zambrano . / M.G.

La distribución farmacéutica, una aliada fundamental

Una aliada esencial para que todo conseguir que los pacientes tuvieran un acceso excelente a todo lo anterior o a cualquier otro medicamento ha sido la distribución farmacéutica, cuya fiabilidad y garantía se sustenta precisamente en el hecho de estar gestionada por farmacéuticos. Gracias a ellos, explica Cinta Zambrano, que forma parte de Bidafarma en Huelva, en este ámbito “no se ha notado ni la huelga de transportes ni el desabastecimiento de materias primas”, que sí se ha afectado a otros sectores. La farmacia es una, pero a la vez una profesión diversa. Son muchos los ámbitos de actividad en los que pueden desarrollar su labor los farmacéuticos, cuya colaboración resulta esencial, tanto entre ellos mismos como con otros profesionales sanitarios.

Así se pone de manifiesto, por ejemplo, en la colaboración que se produce entre la farmacia comunitaria y la hospitalaria para facilitar el acceso de los pacientes a los tratamientos de dispensación hospitalario, o la colaboración entre la unidad de Farmacia del Hospital Juan Ramón Jiménez con hasta 13 especialidades de dicho centro en la elaboración de una guía para los tratamientos de los pacientes ambulatorios, un manual coordinado por la farmacéutica Loreto Domínguez con la intención de que se convierta en una “herramienta de gran utilidad, que se puede utilizar tanto en las consultas de pacientes externos en farmacia como en las consultas de los especialistas, elaborada en un lenguaje que los pacientes pueden entender”.

En este segundo año de pandemia, la labor de los farmacéuticos onubenses también ha sido especialmente relevante en ámbitos como el de los Análisis Clínicos, cuyos centros existentes en nuestra provincia –en su gran mayoría, gestionados por farmacéuticos–, “han seguido teniendo un papel fundamental con el fin de garantizar el acceso de la población a la creciente necesidad de contar con un diagnóstico eficaz, especialmente en aquellos momentos en los que se ha podido recuperar el encuentro familiares y amigos”, detalla la analista Elvira Marfil.

Loreto Domínguez. Loreto Domínguez.

Loreto Domínguez. / M.G.

Por supuesto, la labor los farmacéuticos –en este caso, los de Salud Pública– también ha resultado esencial en el campo de la seguridad alimentaria y la salud ambiental, tal y como explica el vocal de este ámbito en el Colegio de Farmacéuticos onubense, Eduardo Forján, quien destaca cómo en este último ejercicio han incluido como nuevas funciones entre sus cometidos la realización de alertas sobre productos cosméticos y de maquillaje, y controles oficiales de centros de tatuajes, micropigmentación y piercings. Asimismo, han hecho hincapié en la evaluación y control de planes de contingencia frente a la COVID-19 en residencias y centros para personas de edad avanzada.

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