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Fallece el cantaor onubense Rogelio Beltrán 'El Puebla'

  • Era uno de los principales exponentes de los palos de Huelva y del flamenco más puro

Rogelio Beltrán 'El Puebla', con uno de sus discos

Rogelio Beltrán 'El Puebla', con uno de sus discos / Jordi Landero (Cartaya)

El insigne cantaor natural de Puebla de Guzmán y residente en Cartaya, Rogelio Beltrán Domínguez, conocido artísticamente como 'El Puebla', ha fallecido en las últimas horas a la edad de 89 años.

'El Puebla', que con solo 18 años se trasladó a vivir a Cartaya, donde ha pasado sus últimos años en el Centro de Mayores y Dependientes de dicha localidad costera, era un ferviente defensor del flamenco más puro, que ha perdido uno de sus más importantes referentes.

En 1012, con 80 años vio cumplido uno de sus sueños: que la calle donde vivía entonces (calle Calma) llevase a partir de entonces su nombre artístico, Rogelio Beltrán 'El Puebla', en reconocimiento a su dilatada trayectoria artística y su estrecha vinculación con Cartaya.

Deja así para la historia la huella de los más de 60 años que ha pasado en dicha localidad costera onubense este humilde defensor del flamenco puro, que cantó su primera saeta en un balcón de Puebla de Guzmán, sobre una silla por ser aún muy pequeño, con pantalón corto y descalzo.

Este andevaleño emigrado a la costa con sólo 18, y que siendo aún casi un niño se vio obligado a viajar al norte de España para trabajar en la construcción de pantanos, reconoció hace unos años en una entrevista en Huelva Información haber portado siempre bajo el brazo lo que verdaderamente apasionaba: el cante flamenco, y más concretamente los palos de Huelva.

Rememoraba entonces haber vivido unos primeros años de auténticas penurias y duro trabajo: "por tan sólo 11 pesetas diarias los maestros de albañil, 6 los peones, y a cientos de kilómetros de mi casa, de mi tierra y de mi gente". También recordaba cómo después se trasladó a Sevilla para recolectar arroz, "y en mil sitios más" hasta instalarse definitivamente en Cartaya para recolectar higos y almendras "que eran algo así como ahora las fresas y las naranjas", decía.

Calle de Cartaya con el nombre del cantaor Calle de Cartaya con el nombre del cantaor

Calle de Cartaya con el nombre del cantaor / Jordi Landero (Cartaya)

Sobre el flamenco, contaba que en su niñez, aún en su pueblo natal, comenzó escuchando en un antiquísimo gramófono de discos de pizarra a sus grandes maestros: José Cepero, Manuel Torres o Antonio Chacón, entre otros.

También recordaba como tenía que pedir permiso a su padre con tan sólo 6 años "para ir al circo, únicamente a escuchar flamenco, porque lo demás no me gustaba".

Después comenzó a cantar para reuniones de amigos porque "aunque lo hacía por pura afición, me llevaba unas perrillas a casa, donde pasábamos muchas calamidades".

Uno de sus palos preferidos, fue siempre la saeta.

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