La familia del niño nervense con trastorno autista, que demanda un aula de educación especial para el colegio ubicado en la localidad minera, ha valorado de forma muy positiva la reunión mantenida ayer con el delegado territorial de Desarrollo Educativo, Carlos Soriano, en la que este se comprometió a estudiar el caso con detalle y trasladarlo a la Consejería para buscar la solución más acertada.

Los progenitores del menor, Paqui Torrado y Jorge Gómez, que mantuvieron durante todo el curso pasado un pulso titánico con la Delegación Territorial de Educación encabezada por Estela Villalba, destacan ahora la empatía y predisposición para resolver el caso mostradas en todo momento por el nuevo delegado. “Estela nunca nos llegó a recibir. Y este hombre nos ha atendido sin problema alguno. El cambio ha sido brutal. Conocía al detalle el caso de nuestro hijo y ha mostrado muy buena predisposición y voluntad para solucionarlo. Estamos muy contentos. Ahora esperamos que todo esto tenga, por fin, un feliz desenlace”, aseguran.

Antes de la reunión con el delegado, los padres mantuvieron el pasado 24 de octubre otro encuentro con el jefe de planificación, Antonio Pérez. Ambas reuniones las valoran de forma positiva. “El caso se estudiará al detalle y lo trasladarán a la Consejería de Educación en Sevilla. En todo momento han comprendido nuestras reivindicaciones y se han mostrado predispuestos a buscar una solución. Nos han asegurado que no dejarán el caso aparcado. Al fin y al cabo, solo se trata de voluntad política, que es lo que echamos en falta con la anterior delegada”, aclaran.

Los padres del niño insisten en que el colegio de Nerva, en el que está matriculado su hijo, dispone de un aula vacía que podría acondicionarse como aula especial donde atender otros casos futuros que pudieran surgir. “La orientadora tiene que estudiar nuevos casos a valorar en el colegio y, dependiendo de la demanda, así actuarán. Solo habría que contratar a dos monitoras, dos puestos de trabajo que era lo que proponía Estela para desplazar a mi hijo a Riotinto. Y en este caso, no se movería de su entorno”, subrayan.

En marzo de este mismo año, los progenitores del menor solicitaron al Defensor del Pueblo Andaluz intermediación y amparo en la batalla que comenzaron dos años antes, con el apoyo incondicional de la AMPA García Lorca del CEIP Maestro Rojas, para conseguir que se dotará al centro de educación de la localidad minera de un aula de educación especial para niños con necesidades especiales.

Este fue el detonante que desencadenó una cascada de muestras de apoyo y solidaridad hacia la familia del niño desde diferentes sectores de la sociedad local y comarcal, que contó con el respaldo plenario del Ayuntamiento de Nerva y la recogida de miles de firmas reivindicando el aula de educación especial. También se llevaron a cabo numerosas concentraciones vecinales. Todo resultó infructuoso a los ojos de la Administración regional, y el curso finalizó instando a los progenitores a matricular a su hijo en el CEIP Virgen del Rosario de Minas de Riotinto, donde sí disponen de un aula de educación especial. Sin embargo, horas antes del comienzo de curso, Paqui recibía la llamada del director del CEIP Maestro Rojas, Manuel Gabriel Ortega, para informarle de la incorporación de su hijo al nuevo curso 2022/23 en la clase de 1ºB, “en las mismas condiciones que el curso pasado”. 24 horas antes, la madre del menor se quejaba amargamente en las redes sociales de la ausencia de noticias sobre la aceptación de su hijo en su colegio de referencia, tras haber realizado en su momento la matrícula en fecha y forma, cuando el resto del alumnado ya conocía las clases en las que comenzarían el curso. 

Existen cuatro modalidades de escolarización. Nerva dispone en la actualidad de las modalidades A y B. La modalidad C conllevaría la creación de un aula específica para educación especial que lleva demandando desde hace años la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, AMPA García Lorca.

En Nerva, todos están convencidos de que la llegada de este aula redundaría en la mejora de la calidad educativa de todo el centro, ya que tanto el profesorado como el personal de apoyo que estarían al frente de la misma, como los recursos derivados de su implantación, también se pondrían al servicio de las necesidades del resto de niños del colegio.