Detienen al dueño del Agripina por reabrir el local rompiendo los precintos

La Policía Autonómica le imputa un delito de desobediencia a la autoridad

La entrada al Agripina de Punta Umbría.
La entrada al Agripina de Punta Umbría.
S. P. / Huelva

Punta umbría, 31 de agosto 2010 - 05:01

La Policía Autonómica ha detenido al propietario de la discoteca Nova Agripina de Punta Umbría por hacer caso omiso de los precintos policiales que clausuraban el local por incumplir la normativa vigente en materia de establecimientos públicos y abrirlo al público. Al detenido, A.A.G., de 38 años y vecino de Punta Umbría, se le acusa de un presunto delito de desobediencia a la autoridad.

Los agentes de la Policía Autonómica procedieron al cierre y precinto de dicho local por orden de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, sin que se haya precisado el motivo exacto que motivó esta actuación. Y horas después el detenido rompió los precintos y abrió la discoteca al público para continuar ejerciendo la actividad prohibida por la resolución administrativa. Las diligencias policiales practicadas han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción Número dos de Huelva, a cuya disposición ha pasado el detenido.

La discoteca Agripina es uno de los puntos referentes de las noches puntaumbrieñas. Este verano ha sido de nuevo un punto de encuentro de jóvenes y menos jóvenes. Además, ha contado con varios ambientes, desde una terraza a un bar y la zona de disco, diferenciados y al aire libre.

Hace algunos años fue uno de los lugares más frecuentados y en esta temporada ha recuperado ese lugar en las noches estivales, llegando a congregar a numerosas personas, sobre todo durante los fines de semana.

Se trata de un lugar amplio y ubicado en un espacio discreto del municipio, junto a la ría, y a una distancia prudente de las viviendas. Su privilegiado enclave junto a la ría hace que sea uno de los lugares más atractivos para pasar al noche al aire libre y además se encuentra muy cerca de la zona de movida y del botellón.

Durante años han sido constantes las denuncias de los vecinos porque, al estar al aire libre, la música se escucha desde bien lejos, aunque este verano parece que había menos quejas.

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